La primera vez que mis ojos se posaron sobre él fue cuando vi su pequeña silueta correteando por los alrededores de la biblioteca. Con gracia observe a mi compañero de trabajo, Aone, tratando de regañarlo porque En las reglas esta escrito que esta prohibidísimo correr por los pasillos. Y menciono que solo trataba, porque Aone, a pesar de ser un grandulón, era demasiado tímido cuando se tenía que interactuar con otras personas. Para su suerte – y la mía- yo era un tipo serio y reservado. Quizá por esa razón para mi fue un shook total que alguien como Hinata, tan alegre y alborotador, acaparará toda mi atención.
Un viernes fue cuando nos vimos por primera vez, difícilmente podría olvidar el día en que lo conocí.
Sus ojitos bailaban de un lado a otro, mientras observaba las revistas de la Jump que estaban a mi espalda. Cuando parecía que estaba a punto de decidirse por un tomo, chasqueaba la lengua y cambiaba de idea. Pasaron aproximadamente 20 minutos antes de que, por fin, decidiera alguno.
- Quiero el de Dragon Ball- dijo emocionado, me pregunté entonces si ese era su tono de voz constante o de verdad aquel manga le causaba tanta felicidad - ¡Genial!
Al tenerlo en sus manos gritó. Olvidando nuevamente que estábamos en la biblioteca. Aone le miro alarmado desde una esquina, parecía que de verdad le costaba mucho intentar llamarles la atención a los clientes. Particularmente a Hinata, que desde la primera vez que entro por la puerta, no dejo de halagar, cada vez que tenía oportunidad, a Aone por su altura.
Eres genial, Aone, ¿Sabes qué cosas haría yo si fuera tan alto? Y Aone le respondía que no sabía, entonces Hinata se reía y rascando su nuca nervioso le comentaba, Yo tampoco porque jamás he sido alto.
- ¿Es tan bueno? – pregunte, más por sacarle platica que porque de verdad me importará. Mi fascinación eran los video juegos, los mangas no eran malos, pero no estaba dentro del hábito de la lectura.
- Eso dicen – dijo él -. La verdad es que jamás lo he leído, pero un amigo cumple años y encontré el regalo perfecto. Es un gran fan de dragón ball.
- ¿Estas tan feliz por haber comprado algo que ni siquiera es para ti?
- ¿Eh? – aprendí que Hinata tenía la manía de rascar su nuca cuando estaba nervioso – pues sí, ¿No es lo que todos sentimos?
- Uh. Sí, supongo.
- Me llamo Hinata Shoyo- dijo, trate de verme sorprendido, aunque, de hecho, yo sabía su nombre gracias a que él se lo había gritado a Aone en ocasiones anteriores.
- Mucho gusto, soy Kenma Kozume, ¿por qué vienes tan seguido?
- Ah eso, no soy tan fan de la lectura –me dijo apenado y luego su rostro se ensombreció- pero un tarado de mi clase nos dijo a Kageyama a mi que si unos idiotas como nosotros no empezábamos a leer más que sobre volibol seríamos idiotas eternamente. Entonces por eso vengo aquí, quiero leer tanto como pueda y probarle a Tsukishima que puedo ser un idiota, pero un idiota que lee.
Ahogue una pequeña risa y Hinata se ruborizo.
Bonito.
Ciertamente Hinata era muy bonito.
- ¡Nos vemos Kenma! – grito al despedirse de mi en la entrada de la biblioteca, su voz hizo eco en toda la instalación.
Aone estaba frustrado. Los clientes miraron el cartelón que estaba pegado a un lado de mí, demasiado grande, resaltando algo claramente: ESTRICTAMENTE PROHIBIDO HACER ALBOROTO.
Entonces, ¿Por qué no lo invitas a salir?
Cuando Kuroo hizo la pregunta, me sentí como un tonto. Él se encargo de que sonara tan simple. Cosa que en mi cabeza no pasaba. Puse de excusa algo como, es que creo que no le van los chicos. Pero Kuroo era intuitivo, por eso éramos amigos, los dos no pasábamos nada por alto. Ningún pequeño detalle...
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Haikyuu In Love
General FictionOne Shots de como creo que fue cuando las parejitas de Haikyuu se declararon a su peoresnada, o sea, el amor de sus vidas.