¿Puedo encerrar tu amor, nena?
¿Cuánto tiempo paso desde que su corazón se aceleró de aquella forma?
Sakusa comparo aquel extraño sentimiento con el nerviosismo de estar rodeado en multitudes, y en efecto, no era para nada parecido. Ahora, aparte de claro, estar nervioso, también se encontraba contento.
No quería abandonar esa sensación, Sakusa se estaba aferrando a ella con todas sus fuerzas, pero a veces, el tan solo estar cerca de Atsumu no era suficiente.
Atsumu era...en palabras demasiado resumidas; Atsumu.
Sakusa ni siquiera creía que el chico estuviera lleno de cualidades, quitando todas las que poseía en el volibol -obviamente-, era un poco arrogante, hablador y sus chistes eran pésimos. Solo Hinata era capaz de reír y eso, porque el chico era un alma benévola de pies a cabeza. Sakusa no, a él le gustaba hacer crispar al rubio. Y esa era su rutina favorita, que Atsumu estuviera enojado o irritado, por culpa de Sakusa. También le encantaba cuando el setter se molestaba a causa de todas las veces que Sakusa le ignoraba triunfalmente.
Su relación se reducía meramente a compañeros de equipo, pero eso no quería decir que Sakusa no fantaseara con llegar más allá.
No tan allá, sino al ahora, en donde Atsumu y él serían capaces de amarse.
Por décima vez en la mañana Sakusa tuvo que tallar sus ojos, para comprobar que aquello frente a sus ojos, no era simplemente una alucinación por el cansancio.
Atsumu estaba jugueteando con Hinata, ambos estaban cerca, cuchicheando cosas inaudibles y de vez en vez, Atsumu picaba las costillas del pelinaranja. Sakusa se pregunto qué era tan divertido. Y su ceño se frunció, sin que pudiera controlarlo.
- ¡Sakusa únete a nosotros! – grito Hinata.
El aludido volteo a todas partes, aunque habían dicho su nombre, quería comprobar que era Sakusa, el Sakusa al que estaban hablándole. Para su buena – o mala, quien sabe- suerte Bokuto estaba fuera del entrenamiento, algo como una reunión familiar con sus padres le impidió ser participe de los últimos dos juegos de practica que tuvieron. Así que la cantidad de raros con los que tenía que lidiar, se reducía a dos.
- Omi-kun, sé que no somos merecedores de tu valioso tiempo, pero regálanos unos cuantos minutos- dijo Atsumu riendo.
Aunque Sakusa era consciente de que Atsumu se estaba burlando de él, aquellas palabras le agradaron. En realidad, cualquier cosa que Atsumu le dijera, le empezaba a gustar. Todo desde que tuvo la "dicha" de descubrir ese estado de enamoramiento repentino en el que se encontraba.
Así que, apiadándose de esos dos plebeyos, Sakusa pensándose Rey, se acero hasta ellos.
- Dinos Sakusa-san- empezó a decir Hinata- ¿Tú has tenido pareja?
Atsumu reprimió una sonrisa traviesa cuando el pelinegro le miro, con desprecio -nada nuevo- y luego volvió a ver a Hinata, quien reluciente como siempre, esperaba ansioso su respuesta.
- Por qué tengo el presentimiento de que Atsumu te hizo preguntarme esto- dijo Sakusa.
Atsumu paso de lo divertido al terror. Como acto reflejo protegió su rostro, si Sakusa lo iba a golpear, al menos debía defender uno de sus atractivos más preciados. Espero el golpe, pero no llego. Atsumu abrió sus ojos, temeroso, Sakusa y Hinata le observaban, como quién mira a un idiota haciendo el ridículo.
- ¿Qué? - pregunto Atsumu, tanteando el terreno.
- Haces la pregunta y luego escondes la cabeza, ¿Te crees una tortuga?
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Haikyuu In Love
General FictionOne Shots de como creo que fue cuando las parejitas de Haikyuu se declararon a su peoresnada, o sea, el amor de sus vidas.