« No sabía qué escribir, así que les dejo un poco de nostalgia Rei-Itachi. ♡»
____________________________________- No tengas miedo, Rei. - dijo dando unas suaves palmadas en la cabeza de la pequeña.
- ¿Dolerá mucho? - preguntó algo asustada.
- La verdad es que sí, pero no te preocupes porque será muy rápido. Serás valiente, ¿verdad?
- Lo seré. - le responde con una pequeña sonrisa.
- Muy bien. - dice acomodándole la bandana. - Yo estaré aquí afuera esperándote.
- ¿Puedes entrar conmigo? - le pregunta en voz baja.
- No puedo... no está permitido. - responde algo preocupado.
- Rei. Ya es hora. - dice una voz profunda, llamando a la pequeña desde una oscura habitación.
- Anda, yo no me moveré de aquí. Apenas termines iremos por algo de comer. ¿Qué tal suenan un poco de dango?
- Bien. - responde temblorosa. - Te quiero, Itachi.
- Y yo a ti, Rei.
Itachi abrió los ojos. Nuevamente lo había estado atormentando ese sueño, quizás porque sabía qué día era, y la culpa lo carcomía al no estar para Rei cuando sufría por el infierno al que el mismo la condenó. Itachi siempre se sintió culpable por no haber podido proteger a Rei como Shisui se lo había pedido. En parte esa gran culpa era lo que lo hacía actuar tan desmedidamente sobre protector con ella, y lo que los llevó a su quiebre en el final.
El día con el que tanto soñaba fue el primer día en que la llevó para someterla a esas torturas. Nunca salió, nunca pudo llevarla a comer dango, y no hubo nada que pudiera hacer para que la soltaran, porque ahí fue donde se quedó por los próximos doce meses, sufriendo y preguntándose por qué Itachi le había mentido.
Los recuerdos atormentaron al Uchiha por horas, ni siquiera lo dejaban dormir. Se debatió incontables veces si debía o no ir a verla, al fin y al cabo eran las cuatro de la madrugada, lo más probable era que estuviera inconsciente, no perdía nada chequeando que tal se encontraba y que tan mal había quedado esta vez.
Salió de su habitación y se dirigió a la de Rei, caminando sigilosamente. Se asomó por la puerta para asegurarse que no hubieran visitantes indeseados, como su nuevo novio, y entró.
Durante los primeros minutos sólo se quedó con la espalda pegada a la puerta, observándola a lo lejos como dormía. Había pasado tiempo desde la última vez que la vio, y se sentía extraño.
Poco a poco comenzó a acercarse, y entre más de cerca veía su rostro, más fuerte se hacía el nudo en su estómago. No quería admitirlo porque aún seguía enfadado, pero al verla allí se dio cuenta de lo mucho que la extrañaba. En los últimos años ya no eran tan cercanos como lo fueron al comienzo, donde Rei significaba el mundo para él, y él también lo era para ella.
Fuera de todos los compromisos que lo forzaban a estar a su lado, Itachi genuinamente disfrutaba pasar tiempo con ella, le recordaba a Sasuke... Separarse de su hermano menor fue una de las cosas más dolorosas que Itachi experimentó en su vida, y en conjunto a los acontecimientos que envolvieron su vida en ese momento, un enorme vacío quedó en el corazón del Uchiha. Rei estaba pasando por una fase similar cuando Shisui murió, así que ambos encontraron en el otro eso que tanto necesitaban: una familia.
Itachi protegía a Rei, la cuidaba como si fuera su propia hermanita, le daba cariño dentro de lo que su frío carácter le permitía, y la guiaba, ayudándola a crecer como la fuerte e independiente jovencita que era hoy. Para Itachi, Rei era su familia, era la única que realmente sabía quien era, y entendía los inmensos sacrificios que tuvo que hacer para proteger a Konoha. Le daba consuelo saber que había alguien en el mundo que sabía su verdad, y que no lo veía como el horrible monstruo en el que fue forzado a convertirse. Era la única que realmente lo entendía, y con años de amor y confianza construyeron una relación tan fuerte como la de una familia de verdad.
Al contrario de lo que muchos podían pensar, Itachi necesitaba de Rei, más de lo que Rei necesitaba de Itachi, y eso por eso que cuando Deidara llegó a su vida, todo empeoró tan rápido. La chica comenzó a dejarlo de lado, ya no pasaban tanto tiempo juntos, Deidara era todo lo que Rei tenía en la cabeza y eso fue pudriendo su relación con Itachi desde el fondo. Pudo notar como Rei empezó a ocultarle cosas y a mentirle para poder estar con el terrorista de Iwagakure. Itachi maldecía el día en que lo reclutó para la organización. - Debí matarlo cuando tuve la oportunidad. - se decía a si mismo cada vez que Deidara lo miraba con arrogancia y su clásica sonrisa burlona. Él sabía lo que hacía, le estaba quitando a su única familia y encima se reía en su cara.
Fue doloroso para Itachi perder a una hermana por segunda vez, sobre todo por culpa de un criminal tan despreciable como Deidara. Él jamás amaría a Rei como él la amaba, él no merecía a una chica tan dulce e increíble como ella, pero ya no había nada que pudiera hacer para evitar que cayera.
Al final su relación se fue desgastando, las peleas se hicieron pan de cada día y entre más esfuerzos hacía por controlarla y alejarla de ese terrible personaje, más la alejaba de si mismo, y más se acercaba a Deidara. Rei lo había decepcionado profundamente por la decisión que había tomado, pero ni una gota de su cariño por ella se había desvanecido.- Debí cuidarte mejor. - susurró tocando su frente, tal como lo hacía con Sasuke en esos años. - Lo siento.
Rei abrió los ojos y tocó su frente. Miró a su alrededor y no había nada. Con un suspiro volvió a caer dormida. Itachi la miró desde la ranura de la puerta.
- Tus reflejos han mejorado. - susurró una vez más, y se desvaneció en la oscuridad del largo pasillo.
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« ¿Les gustaría leer más sobre el conflicto entre Itachi y Deidara? Cuéntenme y lo hago. ♡»
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deidara › uchiha rei
Фанфик« Si Deidara se enamorara de alguien, sería de su mejor amiga. » Itachi no llegó sólo a Akatsuki, trajo a la hermana de su mejor amigo con él. ¿La condición del líder? Rei serviría como objeto de experimentación para la organización. El Kotoamatsuma...