Tazas de té

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« Continuación. »

Itachi se negaba a hablar con Rei, aún después de la charla que tuvo con Deidara, o más bien, la charla que Deidara tuvo con él, no pensaba ceder, no cuando Rei era quien lo había lastimado.
Sin embargo, aún estaba preocupado por ella, quería volver a verla, verificar que estuviera bien, así que tal como hizo la noche anterior, se dispuso a meterse nuevamente a su cuarto.
Apenas abrió la puerta un par de centímetros para verificar que no hubiera visitantes indeseados, se llevó una desagradable sorpresa: Deidara se le había adelantado y estaba sentado en la orilla de la cama, besando a Rei.

- Buenos días. - susurra Deidara besándole la punta de la nariz.

Rei abre los ojos y ve a Deidara inclinado sobre ella tomándole la temperatura con la palma de su mano.

- Buenos días. - responde con un bostezo.

- ¿Cómo te sientes? ¿Dormiste bien? - pregunta revisando como estaban sus heridas.

- Mejor. - dice bostezando por segunda vez.

- Te traje algo de comer, ayer no comiste nada así que hoy tendrás que hacerlo. - dice acariciando su adormitado rostro.

Deidara había llevado huevos, arroz, té, fruta y dango. Era un desayuno abundante, pero Rei no había comido nada el día anterior, así que quería alimentarla bien para que pudiera recuperarse pronto.
Itachi veía todo a la distancia. - Rei odia los huevos. - pensó. A decir verdad, sin importar qué hiciera Deidara, Itachi siempre tendría algo que opinar... o más bien criticar.

- Está delicioso. - dijo Rei con una sonrisa probando los huevos.

Itachi no hacía más que frustrarse. - A mi me habrías lanzado ese plato por la cabeza, pero claro, a tu tonto noviecito le recibes todo. - dijo para sí mismo con un suspiro de irritación.
- Deja de tocarla. - pensaba cada vez que Deidara acariciaba el cabello de Rei o besaba su frente. - Déjala. - se repetí una y otra vez.

- ¿Qué quieres hacer después de desayunar? - preguntó Deidara recostándose al lado de Rei.

- Seguir durmiendo. - respondió bostezando.

- Muy bien. - dijo con una sonrisa, retirando la bandeja para que Rei pudiera volver a recostarse.

- ¿Qué harás tú? - preguntó mientras se acomodaba entre sus sabanas nuevamente.

- Supongo que verte dormir.

- No digas eso. - ríe. - Puedes ir a trabajar o hacer lo que quieras, Dei, estaré bien.

- ¿Recuerdas cuando yo estuve herido? Apenas me dejabas sólo unos minutos. Ahora yo haré lo mismo por ti.

- Es diferente, eso fue una vez, esto pasará todos los meses. - responde intentando lograr que Deidara no se sintiera obligado a cuidarla.

- Y yo todos todos los meses estaré aquí. Ahora duerme. - dijo recostándose a su lado, abriendo uno de los libros que Rei tenía cerca de su cama.

- No importa qué diga, ¿verdad? - dice sonriendo. - Siempre harás lo que quieras.

Deidara asiente con la cabeza y Rei se acomoda para dormir con una débil sonrisa.
Itachi seguía viendo atentamente. - ¿Por qué cedes así de fácil con él? Cuando yo me ofrecía para cuidar de ti me dabas portazos en la cara. - pensó frustrado.
Con un suspiro molesto, Itachi se alejó de la habitación de Rei. Odiaba lo que veía, lo cercana que se había vuelto a esa horrible persona. Odiaba que lo tratara mejor que a él, le ardía en el alma ver como le permitía estar con ella en ese momento, cuando a él nunca se lo permitió. Pero más que nada, odiaba a Deidara y lo falsamente bueno era frente a ella, eso le dificultaba enormemente hacer que Rei se diera cuenta del error que estaba cometiendo.

deidara › uchiha reiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora