Distancia

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Tras un intenso periodo de no poder mantenerse alejados el uno del otro, poco a poco la intensidad comenzó a desvanecerse, devolviéndolos abruptamente a la cruel realidad.
A Deidara cada vez lo asignaban a más y más largas misiones mientras que Rei seguía atrapada en la monotonía de ser la prisionera de Akatsuki. Ya no se veían ni la mitad del tiempo que pasaban juntos antes, y aunque al principio ambos sufrían al extrañarse, no les quedó más remedio que aceptarlo, y poco a poco fueron acostumbrándose a la nueva realidad.
Como era de esperarse, todo el proceso fue mucho más difícil para Rei, pero al ver como Deidara ya se estaba adaptando a la distancia decidió no decir nada al respecto y sólo seguir la corriente.
Por supuesto que Deidara seguía amándola, pero a decir verdad, ya le había tomando el gusto a los viajes y a la adrenalina de las misiones. Extrañaba a su novia, pero eso no le impedía disfrutarlas de sus salidas. Las cosas habían mejorado significativamente para él, su rango no dejaba de subir en comparación al resto de los miembros y comenzaba a disfrutar de los privilegios como lo eran las divertidas y peligrosas misiones que le asignaban.
Por otro lado, Rei seguía atrapada donde había estado desde que llegó cuando apenas era una niña, las cosas no parecían mejorar para ella, y como ya acostumbraba a hacer cada vez que algo la hería, guardó silencio. Ver como su novio tenía una vida que disfrutaba aparte de ella la lastimaba, no de forma egoísta, estaba feliz por él, pero le dolía mucho darse cuenta de que ella nunca tendría la misma suerte, y aunque le doliera debía aceptarlo y mantener silencio. Era la única forma de soportarlo.
- Cuando vuelva de esta misión te llevaré a una cita. - recordaba las últimas palabras que su novio le dijo mientras miraba la foto de ambos que tenía en su mesa de noche. Esa foto era uno de sus recuerdos más preciados, le servía de consuelo cuando lo extrañaba.
Esa misma noche Deidara llegó de vuelta e inmediatamente fue a verla. Esta misión fue significativamente más larga que las otras así que antes de decirle cualquier cosa, se lanzó a abrazarla y atacarla con besos a su cama. Verlo llegar la hizo saltar de la emoción a sus brazos, estaba tan feliz que no podía ocultarlo. No se dijeron nada, las palabras parecían estorbar en ese momento, al igual que sus vestimentas...
El apasionado reencuentro era justo lo que necesitaban tras tantos días apartados el uno del otro. Aún jadeando en un esfuerzo por recuperar el aliento, ambos cayeron rendidos a la cama.
Rei lo miraba y no podía dejar de sonreír, sus ojos se iluminaban al verlo. No había caso, inocentemente Rei hizo de Deidara el centro de su vida y lo único que podía darle felicidad. Sería adorable si no fuera por el hecho de que cuando su novio no estaba cerca, sentía que su vida se caía a pedazos.

- Te extrañé. - susurró acariciándole la mejilla.

- Y yo a ti. - sonrió y tomó su mano para besarla.

- ¿Como estuvo tu misión? ¿Te divertiste? - preguntó sabiendo muy bien la respuesta.

- Oh, Rei, no vas a creerlo. - comenzó a hablar con una sonrisa.

Deidara le relató con detalle todo lo que hicieron con Sasori en su más reciente misión. Rei lo oía atentamente sin dejar de sonreír, al punto que se sentía forzada. Tardó casi dos horas en contarle todo, y Rei escuchó cada segundo.

- Fue genial. - dijo suspirando mientras volteaba a ver el reloj. - Tienes que ir conmigo algún día. - dijo sentándose en la cama para buscar su camiseta.

- ¿Qué haces? - preguntó algo confundida.

- Oh, debo ir a prepararme. - explicó.

- ¿Prepararte? ¿Para qué? Acabas de llegar. - dijo haciendo un pequeño puchero.

- Lo sé, Rei, lo siento. - se disculpó. - Me asignaron una nueva misión y salgo en dos días.

- ¿Dos días? - preguntó con la mirada claramente llena de decepción. - Apenas podrás descansar.

deidara › uchiha reiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora