deidara › uchiha rei

Primavera

Rei finalmente se había recuperado por completo de sus heridas, la vitalidad había regresado a ella y moría de ganas por salir, aunque fuera por un rato, el encierro la agobiaba.
Deidara no podía decir lo mismo. Recién venía llegando de una misión y sólo quería descansar. Fue corta, pero sumamente agotadora. Se recostó sobre las piernas de su novia y suspiró.

- Hola, hermosa. - dice mirándola con los ojos entrecerrados.

- Hola. - sonríe. - ¿Cansado?

- Demasiado.

- ¡Sólo te fuiste por dos días! ¿Qué hacen en esas misiones? - pregunta riendo.

- No es mi culpa, es el idiota de Sasori. ¡Lo detesto! - se queja cerrando los ojos.

- ¿Qué hizo?

- No me deja dormir, ni descansar aunque sea un minuto. Por supuesto, como él es una tonta marioneta que no necesita descansar yo debo adaptarme. - explica molesto. - Quiero matarlo.

- Aw. - dice acariciando su cabello. - No te enfades, Dei-Dei. Ya estás de regreso, puedes descansar todo lo que quieras.

- Descuida, sólo serán unos minutos. - dice acomodándose en el regazo de su novia.

- ¿Huh?

- Sé que quieres salir, prometí que te llevaría de paseo apenas te recuperaras y justo me enviaron a esa tonta misión. Sólo me quedaré aquí unos segundos y luego saldremos.

- No te preocupes, no tenemos que salir. - dice poniendo su mano en la mejilla de Deidara. - Eres adorable, pero no te dejaré salir hasta que duermas aunque sea una siesta.

- Claro que soy adorable, pero no hay tiempo para siestas.

- No seas terco, estás agotado. Podemos salir mañana.

- Rei, saldremos hoy. Deja de discutirme, ya tuve suficiente oyendo a esa vieja marioneta discutiéndome por dos días sin parar.

- Lo hago porque te amo y luces fatal. - ríe y comienza a acariciar su cabello. - ¿Quieres que te prepare algo de comer?

- Hm. - se queja. - No.

- No te pongas así. Dime que quieres. - insiste.

- Quiero salir... - bosteza. - Contigo.

- Está bien, saldremos, pero primero duerme una siesta. Te despertaré en dos horas ¿si?

- Una hora. - responde acomodándose.

- Está bien, una hora.

- Rei, una hora. Si me despiertas más tarde voy a enojarme contigo.

- Te despertaré en una hora, gruñón. - dice besando su cabello. - ¿Quieres que te acaricie el cabello hasta que te quedes dormido?

- Qué clase de pregunta es esa, claro que si. - responde con el ceño fruncido.

Rei ríe y comienza a entrelazar sus dedos en el cabello de su novio. Se ponía de tan mal humor
cuando estaba cansado que era adorable.
Deidara cayó dormido en tiempo record, pero Rei no dejó de acariciarlo, sabía lo mucho que le relajaba que jugara con su cabello.
La chica tomó un libro y lo puso cuidadosamente en el pecho de su novio para no despertarlo, miró la hora y comenzó a leer.
Cuando ya había pasado una hora exacta desde que vio el reloj, Rei comenzó a dudar. No sabía si era buena idea despertarlo, quizás sería mejor dejarlo dormir y más tarde lidiar con su enojo, que al fin y al cabo, no duraba más de un par de horas. Suspiró y acercó su rostro al de Deidara mientras le acariciaba la mejilla.

- Dei. - susurró tiernamente y el sólo balbuceó. - Aún es temprano. ¿Te despierto en una hora más?

- No. - dijo determinado abriendo los ojos. - Vamos.