Ocultos

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Despues del encuentro de aquellos ángeles y salir de aquel sitio donde Frédéric me tenia encarcelada, salimos de mi casa y nos dirigimos a las profundidades del bosque nadie digo nada hasta que paramos en una colina que estaba cerca para descansar de todo ese trayecto que recorrimos.

- No nos encontrarán aquí sierto - digo recostandome en las raíces de un gran árbol.

- No lo creo marcharon al norte en direccion a casa - lo miro algo nostálgica.

- Ah casa ? Desearía recordar cómo era mi hogar - miro aquel cielo nocturno que nos cubre y su hermosa luna llena.

- Algún día lo recordarás Karoline algún día.

- Eso espero quiero saber como eran mis padres mi hogar todo solo que no quiero dejar este mundo ya que aquí te conocí Angel - este me mira con una gran sonrisa.

- Sabes Kiara yo te quiero mucho y si recuerdas algo o más bien todo no pierdas la razón de quién eres en este mundo perdiendote en tu inmenso poder no dejes que te domine como la última vez.

- La ultima vez acaso paso esto antes.

- Si tu cabello ojos cambiaste totalmente no tenias razón de ti misma pero eso ya lo recordarás a su tiempo.

- Entendido ahora solo me concentrare en eso poco a poco no quiero morir antes no me deben encontrar.

- Entonces empieza por esconder tu aura angelical tonta - Frédéric me mira desafiante - si quieres que no nos encuentren hazlo podría sentirte a kilómetros de aqui y distinguir de quién se trata.

- Que en serio pero como lo hago.

- Fácil empieza por sentirte más humana y oculta tus alas - lo miro crédula de su comentario.

- Que alas - volteo para ver si era mentira pero era sierto habían dos hermosas alas plegadas en mi espalda totalmente blancas con un lindo resplandor - puedo usarlas Frédéric enséñame porfa - se lo pido y este accede.

Se levanta y desplega dos preciosas alas de su espalda se acerca a mi toca mis alas y me hace sentir una sensación extraña que recorre todo mi cuerpo las toma y las abre.

- Tus alas son como parte de ti has que sean uno contigo y cientelas alzar el vuelo - el lo intenta y se eleva.

- Ven sujetate a mis manos te ayudare - tomó sus manos y empiezo a elevarme hasta que logró volar sóla sentir el aire rozar mis mejillas.

- Me sienta bien - digo alegre sólo que eso no me dura mucho ya que veo a alguien  a lo lejos salir de la oscuridad y se abalanza contra mi provocando que mi vuelo sea tosco.

- KAROLINE - grita Frédéric antes de que el desconocido desaparezca de alli conmigo.

Estoy en una jaula que parece de aves sólo que más grande a mi vista hay un escritorio de madera y una silla las cuales parecen viejas al igual que las rejillas de mi nueva cárcel la cual está alzada unos centímetros del suelo.

- SOCORRO - grito pero al parecer nadie me escucha aún así lo repito una y otra vez sin buenos resultados.

- Cállate ya - veo aproximarse a mi al mismo hombre que me trajo aquí se saca la capucha negra que tenia la cual le cubría el rostro.

Mi secuestrador es un chico muy lindo su cabellera negra y ojos cafes lo hacen alguien muy atractivo.

- Porque me trajiste aquí habla - digo amenazante.

- No es ovio Karoline tu serás mía y de nadie más así mi amor uniremos a los caídos de los puros - mira pasando su lengua por su labio inferior haciendo que mi temor de que me haga daño incremente.

- Que quieres decir.

- Los caídos nos hemos separado de los puros antes lo éramos y ahora se unirán gracias a la hermosa Karoline Angelicus princesa de los ángeles puros y yo Adrian Renault príncipe de los ángeles caídos.

Me quede fria al escuchar que era un inpuro creí que no existían pero si los ángeles existen y los caídos también los demonios.

- Angeles caídos dijiste.

- Si mi princesa no dejaré que te unas con ese hijo de condes ya que serás mía y me aseguraré de que sea para siempre - abre la jaula y yo retrocedo hasta alejarme de el solo que me sigue.

- Déjame en paz.

- No lo haré tu serás mía.

Se aproxima aún más yo caigo y este se sienta casi sobre mi y me besa después de alejarse un poco me mira con lujuria y pasa sus dedos de mi boca recorre mi cuello mis pechos hasta llegar al final de la camisa que tenia la levanta un poco para tocar mi abdomen y recorrer mi piel se detiene y se acerca a mi oido y me susurra.

- Hoy no te haré nada solo si te portas bien pero caso contrario te castigaré - sube su mano un poco mas y me vuelve a besar - te veré mañana mi reyna pero no te preocupes pronto estaremos juntos para siempre y serás mía en todos los aspectos - me mira lamiéndose en labio superior mirándome de pies a cabeza y saliendo de alli.

- Ayuda - susurro aterrorizada por todo lo que está pasando extraño a Frédéric a Angel los necesito quiero que me salven - mi poder - digo mientras estoy en una esquina de la jaula sentada y sintiéndome sucia por lo que hizo Adrian - Necesito mi poder.

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