10 ~ "Secretos"

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Emilia Ruiz:

—Repito, ¿qué haces aquí?— pregunto, deseando que mi voz no suene tan temblorosa como la siento.

—Por favor— Claudio se afirma, casi relajadamente, contra el marco de la puerta. Es como si todo su ser estuviese conspirando en contra de mi estabilidad emocional, ¿acaso no se da cuenta de lo que me hace? No, claro que se da cuenta. Por eso mismo es que está tan relajado, parado frente a la puerta de mi casa, exigiendo quién sabe qué cosa—. Ya podés dejar de fingir, Emilia, sé tu secreto.

Alto. ¿Qué?

¡¿Qué?!

—¿Tú...? ¿Cómo? ¿Cuándo...?

—No soy tarado, ¿sabés? Tarde o temprano me iba a dar cuenta.

No. Simplemente no. Se supone que nadie se iba a dar cuenta. Tomé todas las precauciones para que nadie se enterara jamás- o al menos durante mi época escolar-, pero ahora Claudio está aquí, y lo sabe, lo sabe todo.

Él sabe de Martina. Sabe que tengo una hija.

Este es mi fin. Siempre creí que Claudio Meyer sería mi fin, pero no... no así.

—¿Estás... Emi, estás bien? Te ves un poco pálida— estoy casi segura de que imaginé la preocupación en su voz. Porque alguien como él jamás podría preocuparse por mí. Fue bueno haciéndome creer lo contrario en el pasado, como cuando me dijo que terminaría con Antonia y, oh sorpresa, no lo hizo. No le creo nada, ya no.

Claudio no puede ser más desgraciado. Bastardo. Se atreve a venir a mi casa a encararme por mi hija, secreta, claro, pero yo a él no le debo ninguna explicación, ninguna charla.

¿Por qué siquiera estoy hablando con él?

—Vete. Fuera de aquí— digo controlando mi tono de voz. No quiero gritar, gritarle a él sí, pero Martina está dormida y lo último que quiero es que se despierte y me vea hablando con este idiota.

—No, pará. Tenemos que hablar, ya te dije. A eso vine, no me...

Cierro la puerta despacio, luego de haber tomado las llaves colgadas en la pared, y empujo a Claudio lejos de la entrada. El jardín parece un mejor lugar para hablar. O para echarlo, en cualquier caso.

—No quiero hablar contigo de esto. Ni siquiera... ¿Cómo es que te enteraste?— nadie lo sabe. No, pausa. Alguien lo sabe. Pero él jamás... No, no lo haría—. Sólo lo sabe León. ¿Él te lo dijo?

Claudio frunce el ceño.

—Claro, por supuesto, León lo sabe— dice en voz alta, aunque parece estar hablando consigo mismo—. Lo planeaste todo bien, ¿cierto? Tus amiguitos ayudándote y todo, buena idea. Excelente, te aplaudo.

—¿Por qué...? Tú... ¿Por qué demonios estás enojado? ¿Porque no te lo conté? ¿Es eso?

Yo no tenía porqué contarle nada a él. Tampoco tengo porqué hacerlo ahora. ¿Qué es ese tono de ofendido?

—¿Te parece poco?— inquiere casi exaltado. ¿Qué le pasa?—. Me mentiste en la cara, Emilia. Vos y tus amiguitos me mintieron en la cara. Y repito, yo no soy ningún tarado para que te estés burlando de mí así.

—Pero qué... ¡Yo no me estoy burlando de tí! Si no te dije lo de Martina es porque es mí decisión ver a quién le cuento mis cosas o no, no es como si ella fuera tu hija o como si tú y yo estuvieramos en una rela-

—Pará, pará, pará— por su cara, es claro que algo de lo que dije le impactó. Y mucho porque jamás creí que pudiera ponerse más pálido de lo que ya es— ¿Martina?

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⏰ Última actualización: Sep 21, 2020 ⏰

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Dulce venganza [CANCELADA].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora