2~ "Él ya eligió"

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Camino hacia la cafetería.

Con todo lo que pasó ayer no tuve ánimos ni para dormir ni para comer. Solo me fuí a mi habitación, me acurruqué bajo las sábanas y lloré en silencio toda la noche. Así que ahora estoy muerta de hambre y con unas ojeras que se notan aunque me ponga mil kilos de maquillaje.

Saco tres muffins del mostrador y voy a la mesa en donde León está desayunando.

—Uh, ¿Qué le pasó a tu cara?— dice en cuanto me ve.

—Cállate.

Tomo asiento a su lado y sostengo mi cabeza con mi mano.
Demonios, en serio necesito dormir.

Siento el malhumor brotar de mis entrañas por la falta de sueño. ¿O será que la tristeza se adueñó de mi cuerpo y mandó a todos mis otros sentimientos de vacaciones?

Eso sería algo muy gracioso. Ya me imagino a mis sentimientos tomando sol en la playa.

—¡Emilia!— grita León en mi oído.

—¡¿Qué pasa?!

—Te estoy hablando y tú no dices nada. No sé qué le pasa a todos hoy, es como el día de "Desquítate con León".

—¿Por qué dices eso?

—Mira cómo me tratas. Ulises me trató igual esta mañana. Ahora que lo pienso, él también lucía como si lo hubiese mordido un zombie— dice. Luego pasan tres segundos y vuelve a alzar la voz— ¡Alto! ¿Pasaron la noche juntos y por eso ninguno de los dos durmió?

Lo miro incrédula.
—¿Estás loco? Ulises es mi amigo, jamás pasaría nada entre nosotros.

—Entonces dime qué pasa. Estoy preocupado por ustedes, la neta los veo muy mal.

Doy un largo suspiro. León es amigo de ambos, por lo que no creo que a Ulises le moleste que le cuente lo que pasó.

—Pasa que, ayer, Ulises y yo seguimos a Claudio y Antonia porque queríamos asegurarnos de que terminaran, pero no lo hicieron. Y supongo que ambos decidimos deprimirnos toda la noche... separados cabe aclarar.

León me mira sorprendido.
—Vaya, lo siento. Esos dos son unos idiotas.

—Dímelo a mí— digo antes de deborarme por completo mis muffins.

Si el dolor fuera como el hambre, unos segundos bastarían para deshacerse de él.

                                 ( +++ )

Comienzo a caminar hacia la sala de música. Suele ser el lugar en que encuentro calma, refugio. Debe ser porque la música siempre está ahí para mí, sin importar cuál sea la situación.

A medida que me acerco, el sonido de una voz que conozco muy bien inunda mis oídos.

Por favor que no sea él.

Me paro bajo el marco de la puerta y el cabello rubio que resplandece por sobre toda la sala confirma lo que me temía; Claudio está sentado en la sala de música, tocando la guitarra y cantando una canción.

No puedo evitar quedarme observándolo. Admiro su voz, admiro el sentimiento con el que canta y el amor que le tiene a la música. Esa faceta de él es la que más me encanta.

Se voltea tan rápido que no soy capaz de esconderme, entonces logra verme.

—Emilia, te... te estaba buscando— dice poniéndose de pie.

Se ve demasiado atractivo con la guitarra en la mano y el sol deslumbrándolo desde la ventana.
Quiero abrazarlo, besarlo, decirle que me encanta.

Pero no puedo.

No puedo hacerlo, porque tiene novia.

De inmediato la imagen de ese beso aparece en mi mente.

—¿Pasa algo?— pregunta al ver que yo no respondo.

—No lo sé, Claudio. Dime tú, ¿Pasa algo?

—No entiendo lo que querés decir.

—¿No entiendes?— él niega con la cabeza— Oh, no entiendes. Bueno, te explico. Lo que pasa es que hace como dos días, sin que yo te dijera nada, tú me hablaste y dijiste que ibas a terminar con Tony, me prometiste que ibas a terminar con ella. ¿Y sabes qué? Resultó que era una mentira. Resultó que me mentiste, otra vez. ¿Ahora entiendes lo que pasa?

Claudio me mira y la tristeza de sus ojos me confunde, sin embargo, algo dentro de mí ya dejó de creer en la esperanza.

—Por eso es que te estaba buscando, Emilia. Quería explicarte.

—Bien, aquí estoy. Explícame.

Él suspira y duda antes de acercarse a mí.
—No debí prometerte eso— dice—. Emilia, vos me gustas. Me gustas mucho. Pero no quiero perder a Tony. Estoy... confundido, ¿Entendés? No sé qué hacer, y lamento si te hice daño, pero no estoy listo para tomar una decisión.

Contengo las ganas de golpearlo y respiro lentamente para calmarme. Entonces hablo.
—Yo no puedo creer que estés diciendo esto. Claudio, ya deja de mentir ¿Quieres? Tú ya tomaste una decisión al no terminar con Tony. Y ¿Sabes qué? Esperaba que al menos ahora fueras sincero conmigo. Pero veo que eso es imposible— digo antes de darme la vuelta e irme llena de rabia.

Él eligió. Claro que eligió. Y la eligió a ella. Fui una estúpida al creer que me escogería a mí por sobre la chica de la que ha estado enamorado toda su vida.

Estoy harta de creerle todo, de que se burle de mí, de que me ilusione, estoy harta de amarlo.

Pero ya está. Ya no más.

Lo voy a olvidar, para siempre. Y no solo eso; Me voy a vengar.
Voy a hacer que sienta lo mismo que estoy sintiendo yo ahora.

Porque el karma está tardando demasiado y mis ganas de venganza no me dejan esperar.

No volteo cuando lo escucho llamarme desde atrás. El odio comienza a apoderarse de mí por completo, y yo no tengo ganas de detenerlo.

Dulce Venganza•

Dulce venganza [CANCELADA].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora