Óbito Uchiha y Kakashi Hatake, ambos chicos con rutinas muy estrictas y aburridas, a ninguno de los dos les gustaba esa horrible rutina.
Pero como si del destino se tratase ambos tuvieron que desviar un poco su rutina por un día.. o al menos eso cre...
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El martes y miércoles paso rápidamente. Ninguno de los dos se encontró gracias a lo ocupados que estaban. Óbito salió de la escuela. Mañana era 14 e iba a ver una pequeña kermes. No se podía hacer nada más ya que el director a estado muy ocupado, en especial porque pronto iban a cambiar de director -segun rumores que escuchó entre los alumnos-. Suspiró. No iba a ir con los Akatsuki hoy. No tenía ganas. Camino por las calles de la ciudad y a lo lejos vió un puesto. Se acerco curioso. Había dulces, chocolates, bombones, peluches y entre otras cosas. Miro a la señora que atendía, rondaba los cuarenta años, su aspecto era totalmente desaliñado. La señora se rió —. No tengo buena apariencia, ¿Verdad? — preguntó y Óbito hico una pequeña mueca, si lo había pensado —. Las apariencias engañan muchacho — se agachó y luego se levantó poniendo en la mesa una pequeña caja repleta de chocolates —. Pruébalos, son hechos en casa — sonrió. Óbito dudó, pero, no se iba a morir, obvio que no, ¿Dónde quedaría nuestro Yaoi? Agarró un pequeño chocolate y lo metió a su boca. Sus ojos soltaron unos brillitos al sentir el delicioso sabor del chocolate. Mientras Óbito disfrutaba del chocolate la seño agarro varios dulces y los metió en una pequeña caja, luego les puso un listón rojo y lo dejo en la mesa —. La casa invita — comento. Óbito la miró.
— Am.. pero-
— Es para su enamorada — insistió, agarró de nuevo la caja y se la paso a Óbito con una pequeña sonrisa.
Óbito agarro la pequeña caja. El no tiene a una enamorada. Pero si un.. —. Lo siento yo-
— También puede ser para un enamorado — le guiñó un ojo y Óbito enrojeció.
— Gra-gracias — sonrió.
Se dió media vuelta y empezó a caminar a su casa mirando la caja. Mañana se la daría a Kakashi.
Entro a su humilde casa aún con la mirada en la caja roja. Camino descalzo por los pasillos de su casa y llegó al comedor. Dejo la caja en la mesa y se fue a buscar algo para comer.
Después de unos minutos entro al comedor con un bote de helado, el cual casi se le cae al ver a Shisui con la caja entre sus manos —. ¿A quien le vas a regalar esto? — examinó la caja —, ¿Te gusta alguien? — le sonrió con sorna y las mejillas de Óbito se pintaron de un tenue rosa —, ya veo que si — dejo la caja en su lugar e hico una pequeña mueca.
Óbito se sentó a un lado de Shisui y empezó a comer su helado — ¿Cómo te va con Itachi? — preguntó y el rostro de Shisui se deformó más.
— No muy bien — respondió —, es una persona muy difícil — levantó la mirada y los dos pares de ojos negros se miraron —, parece como si me odiara — en sus ojos se reflejó una inmensa tristeza.
— No te odia — contradijo Óbito —, es solo que aún no supera su antigua relación — tras decir eso se levantó, agarro su bote de helado y su caja y se fue dejando a un confundido Shisui.
