🍃Rutina🍃

🍃Capitulo 2🍃

No entendía cuando había llegado asta ese punto. Suspiró con el seño fruncido y miro al azabache que estaba en los asientos de enfrente mirándolo con una sonrisa prepotente, muy común en el.

Había pasado un mes y ambos avían cambiado su rutina, tal vez su rutina no era exactamente igual, pero en lo que coincidían era que el otro estaba en ella.

Todo ese mes ambos llegaban al metro y se encontraban en el mismo lugar, se miraban y sonreían.. pero jamás se hablaban, simplemente ninguno abia tomado el valor suficiente como para hablarle al otro, pero ganas si les sobraban.

El peli-plata bajo la mirada con un leve sonrojo, apesar de que todos los días tenía esa mirada oscura sobre el aún no se acostumbra, simplemente no podía contra esa mirada, esa mirada tenía algo que hacía que sus mejillas ardieran y su corazón latiera a mil.. pero también esa mirada era su razón de existir. El a muy temprana edad conoció el dolor y la soledad, y desde que lo perdío todo empezó a mostrarse frío y distante apesar de que estuviera sufriendo. Cuando quedó solo tuvo que trabajar y estudiar y mientras iba creciendo el brillo en sus ojos se perdió, incluso en muchas ocasiones había pensado en quitarse la vida.. y eso iba a hacer, el día que se encontró con el azabache ya tenía todo preparado para hacerlo, pero.. al intentar hacerlo la imagen del azabache había venido a su mente, lo quería volver a ver.
Desde ese día despertó con una sola razón de existir, esa razón era ver aquellos ojos oscuros.
El peli-plata salió de sus pensamientos cuando sintió una presencia enfrente de el, inmediatamente levanto la mirada encontrandoce con aquellos ojos negros como la noche.

Cuando el peli-plata bajo la vista el azabache frunció el seño, quería ver esos ojos grises. Después de unos minutos perdió la paciencia, no entendía porque el peli-plata no lo miraba. Así que juntando todo el valor que pudo reunir se levantó y camino asta quedar enfrente del Hatake. Inmediatamente el peli-plata levanto la vista y sus ojos se volvieron a encontrar, el azabache sonrió con arrogancia y satisfacción. Le encantaba todo del peli-plata, y ahora que estaba más cerca podía verlo un poco mejor. Empezó a ver con cierto deseo el cubrebocas del Hatake, tenía el impulso de quitárselo y ver lo que escondía tras este.

El Hatake simplemente estaba en shock, nunca se espero la cercanía del otro. Cuando sus miradas se cruzaron su corazón empezó a latir por mil, sentía que en cualquier momento se iba a salir se su pecho.

El Uchiha abrió la boca para hablarle al otro, pero en ese momento el tren se detuvo y el peli-plata abrió los ojos y miro por la ventana.. ya se tenía que bajar.

El muchacho se levantó quedando a solo unos centímetros del rostro ajeno. Ah ambos se les aceleró el corazón, una sensación los recorrió a ambos y se miraban con unas intensas ganas de besarse. Pero entonces el peli-plata reaccionó, se tenía que bajar.

Sin esperar más se fue dejando al Uchiha con las ganas. Espera.. ¿el había querido besar a un hombre? Nego con la cabeza, no.. de seguro no era eso. Ambos eran hombres, simplemente era algo que no estaba bien... Pero, aún así, el había querido besarlo.

El Uchiha se sentó dónde anterior mente estaba el peli-plata y suspiró, tal vez solo fueron unos segundos.. pero fueron los segundos más felices de su vida.

Después de un rato bajo del tren y camino hacia su casa. Cuando llegó entro y cerró la puerta detrás de el. Soltó un suspiro mientras se recargaba en la puerta, ya quería ver de vuelta al peli-plata.

Se quitó los zapatos y empezó a caminar, tenía mucho hambre. Se detuvo en seco cuando vio que en el comedor se encontraba su tío Madara, un hombre se pelo azabache, largo y despeinado, con tez pálida y ojos negros.. pero no estaba solo, sentado enfrente de su tío se encontraba un hombre de cabellos castaños y largos, este le estaba dando la espalda, haci que no podía ver su rostro, pero apesar de que no podía ver su cara, estaba seguro que no lo conocía.

Los dos adultos se encontraban hablando animadamente, así que el menor, decidió irse para no interrumpir los, pero en ese momento su tío se dió cuenta de su presencia.

— ¡Hey! Óbito ven, te quiero presentar a alguien — dijo alegre el Uchiha mayor haciendo un ademán para que el niño se acercará.

Óbito muy extrañado por tanta alegría por parte de su tío se acerco y miro al castaño.

— Hola Óbito, es un gusto conocerte — dijo el castaño con una sonrisa en los labios.

— El gusto es mío.

— Obito, el es Hashirama, es un antiguo amigo de la preparatoria — dijo feliz el Madara.

Óbito abrió los ojos sorprendido. Miro al castaño y abrió la boca, estaba sin palabras. Su tío jamás quiso decirle nada de su juventud, y que ahora venga y le presente a alguien, eso sí que era raro.

— Ah.. pues... — estaba sin palabras —. Un gusto Hashirama — dijo formando una sonrisa.

— Para ti soy Director Hashirama.

Esas simples palabras hicieron que Óbito abriera la boca lo más que pudo.. ¡¿espera que?!. Miro a su tío más que sorprendido y este le dedicó una sonrisa.

— el es el director de tu nueva escuela Óbito.

Óbito estaba en shock, no podía con tanto.

— ¿Se conocieron en la preparatoria? — le pregunto al castaño. Este asintió. No sabía que decir, pero derrepente una pregunta le inundó la cabeza — ¿Son novios? — pregunto inesperadamente, ni siquiera se dió cuenta de cuando lo dijo, pero cuando se dió cuenta miro con terror a su tío, pensaba que este lo regañaria, pero en vez de eso encontró a su tío en un estado que jamás había visto. El Uchiha mayor se encontraba avergonzado y con un leve sonrojo. ¡¿Que mierda estaba pasando ahí?! De algo se estaba perdiendo, eso era seguro.

Hola! Cómo están? Yo bien UwU. Tan bien que quise publicar esta historia, espero les guste, la hice con mucho amor :3.

Sin más que decir, sayonara! :D