🍃Capitulo 6🍃

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Óbito caminaba hacia su escuela

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Óbito caminaba hacia su escuela. Es Lunes y es todo un fastidió. Paso su mano por su cabeza tocando con delicadeza las vendas que tiene. Te estarás preguntando porque tiene vendas. Bien, cuando Itachi al fin salió de su ''encierro'' se puso.. ¿Cómo decirlo? Salvaje. Se convirtió en una bestia sangrienta llena de venganza. Ah Izuna le aventó a la cabeza todo lo que tenía a la mano, y el en su intento de ayudar a Izuna termino con un florero en la cabeza. Y a Sasuke -como es obvio- no le hico nada, al igual que a Madara. Y Shisui.. Shisui solo se limito a ver cómo el mundo ardía a su alrededor.

Llegó a la escuela y subió a su salón. Cuando llegó inmediatamente sintió las miradas de curiosidad sobre el. Le resto importancia y se sentó soltando un pesado suspiró.
Después de unos minutos tocaron el timbre y todos entraban apresuradamente. Su vista se clavo en Kakashi que entró al salón todo tranquilo de la vida.

Kakashi miro extrañado a Óbito, ¿Que le había pasado? Se preguntaba. Se sentó dándole la espalda esperando a su sensei. Escucho unos cuantos gritos y luego entro al salón Indra-sensei.

La clase termino y Óbito se recargo agotado en su mesa. Indra si que era.. difícil. Además de que no entendía ni pío de inglés. Suspiró y miró la espalda de Kakashi. Algo en su cabeza hico click y una ''magnífica'' idea invadió su mente. Sonrió maliciosamente. Óbito está seguro de que Kakashi es MUY bueno en inglés. Tal vez si le pedía que le ayudará con una tarea o un trabajo podría acercarse un poco a el. Se recargo en el respaldo de su silla y se cruzó de brazos sonriendo con victoria. Sisisisissi. Es un genio. De seguro podría dominar el mundo el solo. Solo que no quiere, claro.

— Oye, Óbito — alguien le llamo y volteo a ver quién era encontrándose con Rin. Óbito sonrió, apesar de que solo llevaban ''un dia'' de conocerse pareciera que se conocen de toda la vida.

— ¡Oh! Rin, ¿Que necesitas? — pregunto sonriente.

— Bueno — Óbito fijo su visto en el cuaderno que ella traía entre sus manos —, quiero tu opinión sobre algo — le pasó el cuaderno y Óbito lo agarro entre sus manos con delicadeza. Lo primero que llamo su atención fue que en la parte superior del cuaderno ahí un tipo título —. Cuando termines de leerlo por favor me das tu opinión — se fue a sentar con una de esas sonrisas que son tan tiernas que dan miedo.

Óbito dejo de ver a Rin cuando ella se sentó y volvió a fijar su vista en el cuaderno.

Amigos con derechos.

¿Amigos con derechos? Una historia. Bien, por primera vez en su vida leería algo que no son los libros de texto.
Empezó a leer sin tener en cuenta su sanidad mental.

Era un día soleado, el cielo era invadido por unas cuantas nubes esponjosas. Un día tranquilo. Un día perfecto dirían algunos. Y Diego no era la excepción. Siempre le habían gustado los día soleados. Caminaba con una sonrisa de oreja a oreja. Respiro hondo dejando que su nariz fuera invadida por el olor a café y pan recién horneado. Estaba muy feliz. Caminaba a la casa de su crush. Aunque no era una cita, solo lo iba a ayudar con su tarea. Pero para el solo eso bastaba. Además de que su amor platónico tiene novia. Es obvio que jamás le aria caso. Pero si conseguía ser su amigo el sería más que feliz. Llegó y tocó la puerta. Unos segundos después escucho un «ya voy» y luego la puerta fue abierta dejando ver a un peli-negro, de cabellera corta, tez clara y.. sin camisa. Diego se sonrojo al ver el perfecto torso de su amor platónico.

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