Parte 1
Habían pasado unas horas, Hana y compañía estuvieron tratando de averiguar la ubicación del llamado "Palacio del Aire", preguntando a las personas que caminaban por las calles, lucían cada vez más preocupados.
– ¿Cómo es que nadie conoce ese lugar? – decía Milo con un semblante cansado después de preguntar tanto.
– Tal vez en alguna tienda sepan – sugirió Hana.
Luego de acercarse a una tienda de artículos diversos para realizar la misma consulta, Hana se acercó hasta el mostrador de aquel lugar de agradable apariencia, en donde se encontraba el vendedor del lugar, un tipo con una barba prominente y subido de peso.
– Buenas tardes señor, ¿de casualidad conoce el Palacio del Aire? – preguntó la joven.
– ¿Palacio del Aire? – preguntó el señor frunciendo el ceño – ¿Habla de uno de los pilares negros?
– ¿Pilares negros?
– Son extranjeros ¿verdad? – dijo el vendedor cruzándose de brazos –, todos conocen acerca de los pilares negros, así se les llaman a los palacios de los Cinco Elementos de Fénix Negro.
– ¿Q-Qué son los cinco elementos? – volvió a preguntar Hana.
– Los "Cinco Elementos" es el nombre que tienen los cinco oficiales más influyentes de la orden junto con su General, y sobre los que basa sus cimientos la orden Fénix Negro. Cada oficial comanda su propio cuartel y esos son los llamados pilares negros. El palacio del aire que controla Dobre se encuentra ubicado en la capital, un poco alejado de la ciudad, hacia el norte.
– ¿A cuánto tiempo se encuentra la capital? – preguntó Milo.
– Si van con movilidad les tomará unos tres días.
– Eso es demasiado – comentó la joven con preocupación.
– Pero no hay problema si usan los sellos.
– ¿Eh? ¡Es cierto! – dijo Hana golpeando la palma de su mano. – ¿Sabe dónde podemos encontrar un punto de salto?
– En la armería que está a pocos metros de aquí.
– Muchas gracias señor – refirió una vez más la joven mientras salía del lugar junto a Ireth.
Milo asintió con la cabeza agradeciendo la información y también salió.
Una vez dentro de la armería, Hana adquirió tres sellos azules utilizando las pocas monedas que tenía.
– Muy bien, vayamos de una vez – Milo, agarrando uno de los sellos, caminó hasta el círculo mágico establecido en el lugar –... liberar sello, Aglynthor.
Al pronunciar esto, el círculo mágico se activó haciendo desaparecer a Milo, luego de esto Hana e Ireth hicieron lo mismo. De esta manera, los tres jóvenes llegaron a la capital del reino, Aglynthor.
Una vez llegados, salieron del local en el que aparecieron.
– ¡¡Q-Qué frío!! – exclamó Hana mientras se abrazaba frotándose los brazos, al igual que Ireth.
– Aglynthor constantemente sufre de cambios de clima – comentaba Milo, que parecía no sentir el frío intenso de la ciudad.
– Oye ¿acaso eres de piedra? ¿Cómo es que no sientes nada? – preguntó la joven de cerquillo mientras temblaba de frío.
En aquel momento, un recuerdo llegó a la cabeza de Milo, uno casi borroso en el que cierto niño se encontraba dentro de un tronco seco, abrazándose mientras se frotaba los brazos por el intenso frío.