El Padrino [ DoWoo - NCT ]

II.

  —No lo sé, Jungwoo—Yeri grita sobre el ruido de la banda musical que audiciona para tocar en la boda—. Creo que no has pensado detenidamente.

Jungwoo suspira, lo cual es imperceptible debido al ruido. Taeyong recomendó esta banda después de escucharlos en una boda.

—Ya hablamos de esto muchas veces. ¿Hasta cuando me darás este condenado sermón?

Yeri acerca su silla mientras la banda comienza otra canción. En este salón vacío, con solo Jungwoo y Yeri como audiencia, la música resuena tan fuerte que les provoca dolor de cabeza.

—Ya sé que no dejo de repetirlo —le dice ella mirándolo a los ojos—. pero es porque me preocupo por ti. A penas lo conoces.

Jungwoo lo conoce lo suficiente. Suficiente como para casarse. Siente que es correcto. Al menos, eso es lo que cree. Que es correcto y lo ama. Realmente no hay razón alguna para no casarse. Taeyong le ha dado mucho, cambió su mundo en tan solo meses. A penas puede creer lo diferente que es su vida ahora.

—Sé lo que estoy haciendo, Yeri.—está a punto de comenzar con otro discurso defensivo para explicar porqué la boda tiene sentido, en ese momento su teléfono vibra y lo distrae. Es un mensaje de Taeyong.

¡Lo he localizado! Llegará el sábado. Besos.

Jungwoo no le da la importancia que probablemente debería. Está contento por Taeyong, claro. Él tendrá a su mejor amigo a su lado el día de su boda. Pero si ese tipo "Doyoung" es tan exitoso como Taeyong dice y tiene ahora una vida en América, entonces no será más que un relámpago en la vida de Jungwoo. Realmente no merece la pena dedicar a ese hombre su atención o pensamientos.

—Mira —dice a Yeri y desliza su teléfono de regreso a su bolsillo—. Sé lo que estoy haciendo. Deja de preocuparte.—sabe que le pide algo imposible. Afortunadamente, Kun es más optimista como amigo.

Más tarde ese mismo día, su amigo tararea la marcha nupcial cuando Jungwoo llega a su cafetería.

—¡Basta! Cualquiera creería que te emociona más a ti la boda que a mí.

—Sólo estoy feliz por ti. Ya no falta mucho, casi seis semanas más o menos.

La sola idea ha revuelto el estómago de Jungwoo. Mejor se dirige a la cocina para preparar sándwiches y dar a su mente algo más para pensar.

Kun toma las órdenes de los clientes. Ha trabajado ahí desde el día de la apertura. Fue contratado como gerente cuando Jungwoo se dio cuenta de que él solo no podría con todo. Casi se ha convertido en su socio con el paso de las semanas. Maneja todo de forma tan eficiente como lo hace el mismo Jungwoo.

El día pasa volando. El negocio se ha beneficiado después de que la cadena competidora fue cerrada al no pasar la inspección sanitaria. Jungwoo trabaja incansablemente al lado de Kun, sirve órdenes, tiene cortas charlas con los clientes y ve pasar el tiempo tan rápidamente que le sorprende cuando la hora de cerrar llega. Invita a Kun a tomar un trago en un bar cercano y después se despide para ir a casa y cocinar la cena para Taeyong.

Siente la necesidad de ser un poco romántico y añade una botella de vino y velas sobre la mesa.

Al comienzo de su relación siempre se valía de la seducción. Esperaba a Taeyong, después de jugar un poco consigo mismo para recibirle con una erección y listo para follar. Pero Taeyong siempre llega cansado a casa o no quería arruinar su atuendo del día, por lo general ignoraba sus intentos de seducción. Finalmente se rindió y ahora tienen sexo por las noches en su cama, dos o tres veces por semana. Siempre es bueno y siempre tiene orgasmos, pero no puede evitar sentir que falta algo que haga arder su sangre, que le haga sentir tan desesperado que no le importen las protestas de Taeyong y follar en el sillón, la barra de la cocina o la ducha.