III.

921 119 68
                                        

— ¿No crees que es chocante? —pregunta Jungwoo a Yeri más tarde cuando se encuentran de vuelta en el bar.

—No. —Ella no parece interesada—. ¿Debería?

—Me parece tan engreído.

—Disculpa. —dice Doyoung a su oído, alarmantemente cerca, y Jungwoo se paraliza antes de sentir calor por todo el cuerpo. Doyoung se recarga en él para alcanzar una pluma sobre la barra.

— ¿Te importaría? —Jungwoo pregunta con un resoplido, intenta apartarse, pero no lo logra.

Los ojos de Doyoung brillan. Estando tan cerca, Jungwoo lo encuentra mucho más atractivo y se siente intimidado.

—Nop. —Doyoung responde riendo.

Resulta que necesita una pluma para firmar la cuenta y pagar por cada comida. Las damas están emocionadas con tan elegante gesto. —Ugh. —dice Jungwoo pensando en lo presumido que es.

Yeri ríe. —No es su culpa.

Finalmente se encuentra con Taeyong afuera del restaurante. Intentan conseguir taxis para toda su familia. —Escucha. —Taeyong se dirige a él—. Le dije a Doyoung que puede quedarse en nuestra habitación para huéspedes.

El estómago de Jungwoo da un vuelco. — ¿Qué?

—Sólo hasta el día de la boda. Después volverá a América.

— ¿Después de la boda? ¡Son seis semanas!

Lee lo observa, notando el tono alarmado en su voz. —Puedo pedirle que se vaya a un hotel...

Sí, eso exactamente es lo que debería hacer, pero Jungwoo no se lo pedirá. No puede soportar la idea de tener a Doyoung en el mismo espacio por las siguientes seis semanas, tener que mirarlo, oír su voz y respirar el mismo aire. Pero es el mejor amigo de Taeyong. —No, está bien.

Taeyong se alegra y pasa un brazo sobre su hombro a punto de decir algo más, pero es interrumpido por Doyoung quién está apagando la alarma de su muy elegante coche de alquiler.

—Taeyong. —Dice Doyoung, llamándole con una botella en la mano—. Tengo una botella de whiskey con nuestros nombres, vámonos, colega.

Taeyong mira a Jungwoo con culpa. Jungwoo suspira. —Dame las llaves, iré a dejar a Yeri. Nos vemos más tarde en casa.

—Te amo. —le recuerda Taeyong antes de sacar las llaves de su bolsillo y colocarlas en la palma de Jungwoo. Le da un beso en la mejilla.

—Sí, sí. —dice Jungwoo y se va a buscar a Yeri.

Ella sigue molestándolo por su reacción con Doyoung. —... creo que es muy guapo, pero no sé por qué tú... —la ignora todo el camino, pero pretende que la está escuchando, responde con sonidos y asentimientos.

Al llegar a su apartamento encuentra a Taeyong y a Doyoung sentados en el sofá, ya se han bebido una cuarta parte de la botella.

Taeyong sonríe bobamente con la mirada vidriosa. Doyoung no parece afectado en absoluto, sus ojos son cristalinos y su mirada es estable cuando observa cada movimiento de Jungwoo.

—Hola, ¿dejaste a Yeri en casa? —sus palabras comienzan a sonar lentas.

—Sí. —Va por un vaso de agua y regresa a la sala, evadiendo la intensa mirada de Doyoung—. ¿Te quedarás despierto un rato más?

—Sí, nos estamos poniendo al corriente. —Dice Taeyong y sonriendo agrega—. ¿Por qué no te nos unes?

—No, los veré por la mañana. —se dirige a su dormitorio cuando escucha la voz ronca de Doyoung que le provoca un escalofrío en la espalda.

El Padrino [ DoWoo - NCT ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora