𝐂𝐨𝐥𝐢𝐥𝐥𝐚𝐬 𝐝𝐞 𝐂𝐢𝐠𝐚𝐫𝐫𝐢𝐥𝐥𝐨𝐬 ➳ 𝐒𝐚𝐭𝐳𝐮

𝐟𝐮̈𝐧𝐟

Kai llegaría en unos minutos a su casa, ellos todos los viernes a la noche se juntaban a ver películas, era como una tradición y éste viernes no sería una excepción. Habían estado hablando de que película iban a ver pero no se habían decidido por una, a ella le gustaban las comedias románticas y a él las de terror, pero como esa noche iba a ir un amigo de Soobin ellos decidieron que a la película la iban a elegir en el momento.

Ellos no sabían traer amigos a este tipo de juntadas, ya que era solo de ellos, pero con el amigo de Kai fue diferente porque él le comentó que quería algo más que amistad con el joven y la rubia tenía que conocerlo, sería el futuro novio de su mejor amigo. Podía haber sido en otro momento pero Sana se emocionó al saber que Kai había dejado de interesarse por ese Soobin, que no le caía para nada bien. O por lo menos, eso creía la ojiazul.

La rubia dedicó el tiempo en el que su amigo con el muchacho no venían para ordenar el living, esa habitación sería en la que estarían, ya que era la única de la casa que poseía televisión. La familia de Sana que vivía con ella solo estaba integrada por Sai, su madre, y Momo, su hermana. Sus padres estaban divorciados, así que Hisashi, su padre, no vivía con ellas. Sana estaba agradecida por eso, no porque su padre no le cayera bien, sino porque él era muy parecido a su madre, ella era la que las había vuelto vegetarianos a ella y a su hermana, también había ayudado a que sus hijas sean tan ambientalistas.

Sai estaba todavía en el trabajo y Momo se iba a ir a dormir con una amiga, así que esta noche o por lo menos, por unas horas, hasta que volviera la madre de Sana, los chicos iban a tener la casa para ellos solos.

Mientras Sana acomodaba la habitación principal de su casa pensaba en Tzuyu, la castaña le había estado enviado mensajes pero ella no había querido contestar, ella sabía que era bisexual desde los catorce, el problema era que nunca le había gustado una de esas chicas idiotas y una de ellas es Tzuyu. La de ojos cafés tiene la apariencia de ser de esas chicas que le importaba demasiado lo superficial, aparte de que atrás de ella siempre estaba ese molesto peliazul que tanto le gustaba a su amigo. En sus pensamientos la rubia terminó diciéndose que lo que hacía con Tzuyu estaba mal, ella la estaba juzgando antes de conocerla. Así que terminó decidiendo que le daría una oportunidad. Eso sí, si ella dejaba de ser tan dañina para el medio ambiente.

Cuando la de cabellos claros terminó de acomodar el sillón del living se fue hasta la cocina para preparar palomitas de maíz, ellos no podían ver una película sin éstas. Al terminar de colocarlas en el microondas el timbre de la casa sonó y se dirigió hacia la puerta, abrió ésta y tras ella se encontraba su mejor amigo, un chico que no le caía para nada bien y una chica que tampoco le caía bien pero que últimamente la estaba confundiendo.