𝐬𝐢𝐞𝐛𝐞𝐧

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  "Ven para decirte algo en la boca"

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"Ven para decirte algo en la boca"

Habían pasado unos días después de que Tzuyu y Soobin hayan ido a su casa. Tzuyu había estado muy idiota y molesta, pero Sana se la tuvo que aguantar. No hubiera quedado bien que la echara de su casa sin más. Después de ese día, Tzuyu estuvo igual de idiota en clases y en el almuerzo, dándole toques suaves y ligeros, pero que con el tiempo e insistencia se volvía bastante molesta.

Ahora, Sana estaba en una fiesta, por culpa de Kai. Él quería ir porque iba a estar Soobin, al comienzo no le prestaba atención, pero ahora se estaban besando. Lo que le sorprendía bastante, pensaba que ese chico era heterosexual y hasta homofóbico, pero ahora estaba besando a su amigo Kai. Quizás estaba un poco borracho pero Sana no iba a tirar malos pensamientos.

El tema era que Sana odiaba las fiestas, nunca iba a ellas y mucho menos a las que hacían las personas que no le caían bien pero esa noche estaba haciendo una excepción a estás tres cosas. Estaba en la fiesta de Chou Tzuyu, la chica que contaminaba el ambiente con sus malditos cigarrillos y la molestaba con toques suaves.

A los minutos, Kai se acercó a Sana con un vaso y Soobin colgado de su otro brazo. Se reía contra el cuello de su amigo, haciéndolo sonreír. Sana levantó una de sus cejas, tomando el vaso a la vez.

¿Puedes quitar esa cara? ¡Estamos en una fiesta! — El pelinegro le gritó para que pudiera escucharlo, el sonido se iba fácilmente en el lugar.

Precisamente por esa razón la tengo así.

Su amigo solo bufó y puso los ojos en blanco para luego sonreírle a la nada misma y caminar hacía quien sabe dónde, con el peliazul. Sana se alteró ante aquella acción, él no la dejaría sola, ella había sido obligada a ir allí.

Hola, Sana. — Ella reconocía bien esa voz y no quería a esa persona cerca.

Hola. — Dijo Sana secamente.

La castaña la tomó por la cintura, acercándose peligrosamente a ella.

¿Qué haces? Aléjate de mí, borracha. — Murmuró molesta y dio unos pasos hacia atrás, alejándose bastante de la castaña.

Tzuyu rió un poco. — No estoy borracha, Sana.

Antes que Sana pudiera contestar ésta capturó sus labios con los propios en un beso brusco pero a la vez dulce y la atrajo más hacía sí hasta que sus cuerpos chocaron. La castaña no quería que la otra chica se alejara, le había costado mucho conseguir el valor que necesitaba para besarla. Aunque mentiría si dijera que el alcohol no la ayudó.

Sana un poco insegura y lenta al principio correspondió a su beso. La castaña feliz por esto ladeó su cabeza para profundizarlo, adentrando la lengua a la boca de la rubia cuando ésta la abrió, cediéndole el permiso que había pedido con anterioridad.

La de ojos cafés se separó primero, por falta de aire. Le sonrió ampliamente y la abrazó entrelazando sus manos en la espalda baja de la otra, porque no quería dejarla ir. Sonreía amplia y tontamente, Sana quería pegarle, pero esa sonrisa la dejó sin pensamientos por unos segundos. Mientras que Sana estaba confundida, nunca pensó en ella de ese modo, tampoco que sentiría lo que sintió y mucho menos que querría volver a hacerlo.

Sin pensarlo mucho, tomó a Tzuyu por el cuello, pasando sus brazos por sus hombros, y la besó, de forma desesperada y brusca, pero mostrándole que también la quería.

Sin pensarlo mucho, tomó a Tzuyu por el cuello, pasando sus brazos por sus hombros, y la besó, de forma desesperada y brusca, pero mostrándole que también la quería

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𝐂𝐨𝐥𝐢𝐥𝐥𝐚𝐬 𝐝𝐞 𝐂𝐢𝐠𝐚𝐫𝐫𝐢𝐥𝐥𝐨𝐬 ➳ 𝐒𝐚𝐭𝐳𝐮Donde viven las historias. Descúbrelo ahora