it's my baby! ¡¡winteam!!

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La pantalla de su teléfono se encendió, informando así del mensaje recibido.
Win levantó su vista leyendo por encima el mensaje apra saber de quién trataba, en cuanto vio el nombre de Team sobresalir en varias notificaciones sonrió y fue directo a contestar, pero una llamada le cortó el acto, el nombre con el que tenía agendado a Team brillaba en la pantalla, el pelinegro parecía desesperado por algo, así que no tardó en contestar.

—Win... —Gimió cansado el menor, haciendo que los sentidos de Win se pusiesen alerta, ¿Estaba llamándole mientras se hacía una paja o algo por el estilo? Soltó una carcajada cuando escuchó el pedido que el pelinegro le estaba pidiendo, sin duda, Win iría al infierno por pervertido.
¿Ir a casa del menor a ayudarle con matemáticas? Claro que lo haría, y con muchísimo gusto, al fin y al cabo, antes de tener sexo por primera vez, siempre le ayudaba a hacer los deberes de ciencias, ¿Qué tendría de diferente ahora? Nada, seguro.

Después de dar una respuesta afirmativa al pelinegro se vistió y se puso perfume y desodorante para después salir con tranquilidad hacia el aparcamiento de su edificio, para poder ir al apartamento del menor en coche y llegar antes.

Cuando llegó a la puerta tocó dos veces y no le hizo falta esperar más de un minuto, teniendo ya a cierto pelinegro sonriéndole apenado y pidiéndole que pasase.

—¿Te han puesto muchos deberes para estas vacaciones o qué?—Rió Win, haciendo que Team se rascase la nuca con timidez.

—Sabes que siempre me los dejo para última hora...—Susurró el más bajo, sacándole una pequeña carcajada al rubio frente a él.
Team jamás cambiaría eso, desde que lo conoció era así.
Asintió y se sentó en la silla de al lado, explicándole con detenimiento todos los pasos y cambiando las palabras y formas cuando el menor no entendía algo.
Después de casi dos horas de explicaciones para todas sus tareas por fin acabaron, ambos exhaustos por el trabajo realizado, y se levantaron de las sillas para moverse al sofá. Ambos estaban tumbados a cada lado, mirando al techo, cuando el pelinegro decidió hablar.

—Oye, Win.—Comenzó, captando toda la atención del rubio, quien lo miró con una ceja alzada y asintió para que siguiese.—Desde hace un tiempo que tengo algo en mi mente y no me lo puedo sacar... Trata sobre ti... Y sobre mí.—Siguió, ocasionando que el corazón de Win empezase a latir con  fuerza y un nerviosismo se le apoderase, su ilusión y nerviosismo se desvaneció al escuchar las palabras del menor. — ¿Acaso te pasa algo conmigo? Te he estado notando distante y no hemos quedado solo como amigos... Es por eso que si he hecho algo mal o te sientes incómodo por algo, házmelo saber para poder arreglarlo...— El corazón de Team iba acelerado por estar soltando y diciendo todo lo que llevaba dentro de él desde hacía ya un tiempo, mientras que el de Win solo se derretía ante sus palabras, ¿Cómo podía ser tan tierno?
El rubio se acomodó en el sofá, poniéndose recto para mirar a los ojos a Team, quien imitó su acción para poder hablar más cómodamente.

—No me pasa nada, es solo que últimamente me he estado sintiendo incómodo acerca de algunas cosas, y he estado más pensativo, es por eso que no he sacado tiempo apra estar relajado. Ya sabes que la única forma que tengo de relajarme es o nadando o... — Win no quería seguir, sabía que le haría daño al menor si le decía que había estado viéndose con algunas chicas para que le desestresasen.
Team suspiró.

—Si tu incomodidad es por el hecho de que tenemos una relación bastante... Peculiar, lo entiendo. Si no quieres que sigamos teniendo sexo, no pasa nada lo entiendo, de igual forma no soy tan...— Y el pelinegro fue callado por una presión sobre sus labios, los ojos del pelinegro se abrieron con sorpresa, viendo como Win le estaba besando con suavidad y pureza sin llegar a segundas intenciones.
Team pasó sus brazos por detrás del cuello del rubio, profundizando el beso.
Cuando se separaron por falta de aire, Win juntó sus frentes y sonrió.