La semana iba pasando y Win cada día hacía algo diferente para demostrar que sus sentimientos por Team eran reales. Mientras el pelinegro buscaba una manera para decirle que parase, que no hacía falta que siguiese, porque ya había demostrado la verdad y se sentía mal por no hacer nada por el rubio, pero Win era muy terco y se negó a dejar las cosas ahí, diciendo cosas como “Fui un idiota contigo, déjame que te demuestre cuán arrepentido y enamorado estoy.” y con eso no pudo volver a hablar del tema.
Era una tarde fría de un viernes, último día para que Win siguiese haciendo tantos actos románticos por Team. No lo malinterpretemos, a Team le encantaba verle así y sentirse amado por él, pero sentía que ya era suficiente, Team ya no podía enamorarse más de Win, ya estaba en el fondo del hoyo, y muy feliz de estar tan abajo por el rubio, aunque algo de inseguridad se acumulaba en su corazón, pues ambos no tenían una buena fama en las relaciones.
Mientras que Team llegaba a la universidad, Win estaba en su cama, mirando al techo.
¿Le gustaría la sorpresa al menor? Sabía que a Team le encantan las montañas, pero no tenía muy claro si la playa sería agradable para él, de igual forma lo haría.
Le llevaría a la playa, verían el atardecer allí, diría un discurso practicado y memorizado, solo esperaba que los nervios no le hiciesen pasar una mala jugada, y volverían a casa, la vuelta sería cómoda o incómoda según de la reacción de Team.El rubio empezó a hacer la comida para esa expléndida y maravillosa tarde que pasaría con el rubio.
Pensando en las comidas que mejor preparaba, con una idea en su cabeza empezó su aventura en la cocina
Ese día comerían Kuay Teow Lui Suan.
Antes de empezar a cocinar se recogió el pelo y lavó las manos, cogiendo los utensilios e ingredientes que necesitaría.
Empezó cogiendo los rollitos de arroz y empezó a llenarlos con lechuga, brotes de soja y pimientos rojos.
En algunos puso trocitos de nuez y en otros anacardos.
Cuando terminó su obra maestra, sacó el envase en el que guardaría los rollitos que ya estaban envueltos en papel para que no se estropeasen en el camino y los metió a la nevera.Miró la hora mientras secaba el sudor en su frente, pues el vapor que había dejado cocinar la masa de arroz le había hecho entrar en un horroroso calor.
Faltaban quince minutos para que Team saliese del instituto, tenía tiempo suficiente para ducharse e ir a por él. Y así lo hizo.Una vez duchado, vestido y peinado salió a por su querido pelinegro, que recién salía de su clase de historia.
Win llegó justo a tiempo para salvarlo de tener que irse andando después de ese tiempo perdido dando historia.En el momento que se vieron ambos chicos sonrieron y caminaron hacia el otro, Win dándole un abrazo al menor, mientras que Team esperaba un beso en forma de saludo, y no dudó en hacer un puchero, el cual llamó la atención del rubio que solo sonrió y alborotó los cabellos negros del más bajo.
—Ya tendrás tiempo para besos, ahora vamos, sube que tenemos un viaje que hacer.—Sonrió Win, tomando la mano de Team y llevándolo hasta el asiento del copiloto, para después sentarse en el del conductor.
Y empezaron el viaje, hasta que el rubio se dio cuenta al escuchar el rugido en el estómago del menor.«Mierda, la comida» pensó, se le había olvidado en la nevera su maravillosa obra de arte.
Hizo un puchero, y paró enfrente de un restaurante no muy lujoso, pero sí el más cercano, y miró a Team con cara de cachorrito abandonado bajo la lluvia.—¿Dónde me llevas? ¿Qué pasa?—Preguntó el pelinegro desorientado mientras miraba a Win.
—A habido un problema... Se me ha olvidado la comida en casa y no podemos volver porque gastaría os más tiempo, lo siento. —Murmuró apenado el rubio, que bajó la cabeza y Team solo pudo reír en su cara, recibiendo una mirada extrañada por parte del rubio.
—Perdón, perdón. Es que no tenías el por qué esforzarte tanto, sabes que me conformo con cualquier cosa, y aunque adore tu comida, no pasa nada por comer en otro sitio, el caso es que estoy aquí, contigo. Y eso es demasiado para mí.—Sonrió el pelinegro, tomando la mano de Win entre las suyas y miró a sus ojos.
Win aún sorprendido sonrió, y abrazó al menor.—Eres genial, en serio.—Sonrió el mayor, separando a Team de él para después besar sus labios con pasión y amor.
Ambos estaban completamente enamorados el uno del otro, y lo habían podido saber a tiempo.
Antes de comer habían tenido una pequeña sesión de besos amorosos y algunas caricias con buenas intenciones.
Win sabía que había dicho que no iba a hacer nada así con Team hasta que fuesen pareja, pero mierda, no podía resistirse.Mientras Win conducía, Team dormía plácidamente en el asiento de al lado y una manta lo protegía del frío, puesta por el rubio para que su pequeño no se resfiase.
Una vez que llegaron, Win aparcó el coche y se dedicó a observar a su querido bebé durmiendo frente a él.
Sus labios levemente abultados, formando un pequeño puchero que Win deseaba besar durante toda su vida.
El pelo algo despeinado por la posición y el viaje.
Hasta que decidió que era hora de despertarlo, pronto el sol se escondería, pues el viaje había durado más de lo que tenía planeado y tendría que adelantar las cosas.Team empezó a abrir lentamente sus ojos a medida que el mayor le llamaba, con sueño y desorientado miró a su alrededor mientras frotaba sus ojos con sus manos, y después miró a Win, que le miraba con ternura, pues su cabello revuelto y su cara de sueño le hacían parecer un bebé.
Y claro que lo era.
Pero el bebé de Win.Win bajó del auto y abrió la puerta de su acompañante, que bajó y se quedó mirando todo un poco.
La arena bajo sus zapatos se notaba suave, y el mar frente a ellos rugía con calma, creando un ambiente cómodo para ambos chicos.
Team estaba nervioso, ¿Qué haría Win ahora?
¿Se habría arrepentido de intentar enamorarlo? ¿Era él suficiente para el rubio?
Pensamientos así cegaban por completo su mente, y por lo tanto, no estaba tan concentrado en las cosas como antes.
Hasta que sintió la mano de Win sobre la suya, mientras se sentaban en la arena, la mirada de Team estaba perdida.
Tal vez, acabaría llorando ese día de tristeza al enterarse de que Win realmente había jugado con sus sentimientos durante esa semana y media.El pelinegro levantó su cabeza para mirar al rubio, el cual miraba al frente con una sonrisa.
Su pelo se veía más rubio de lo normal por los últimos rayos de sol, y Team, por instinto sonrió y miró también al frente, viendo el hermoso atardecer en la playa. Aunque claro que, más hermoso era el apuesto y tonto chico que tenía a su lado.Team giró su cabeza cuando escuchó a Win decir su nombre.
Los nervios empezaron a carcomer al menor, que empezó a jugar con sus dedos y mirando abajo, esperando a que Win tuviese que decir.“¿será algo bueno o malo?” se preguntaba el menor.
“¿Qué me contestará?” se preguntaba el rubio.Y es que, ambos temían por lo que diría el otro.
Ambos estaban preocupados por lo mismo, la negatividad en esos momentos les podía.
Pero Win con valentía se dispuso a hablar, y Team le escuchaba..
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.¿Les está gustando la historia?
Espero que sí :).
¿Qué será realmente lo que dirá Win?
Les voy a dejar con la intriga, disculpen, pero así se mantiene el interés uwu.
Gracias por votar, leer y comentar.
♥️♥️♥️♥️
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it's my baby! ¡¡winteam!!
FanfictionWin y Team tienen una relación de amigos con derechos, ya que ninguno está listo para dar el paso de entender y expresar a la perfección sus sentimientos por el otro. Pero Win tiene un grave problema, y es que los celos que tiene cuando se trata del...