epilogue.

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Había pasado un año desde ese día, querían esperar a que ambos chicos trabajasen para poder celebrar mejor su boda.
Aunque antes fueron al templo Wat Phra Kaew a que les diesen la bendición para poder casarse, y así fue.
La familia de Win ya sabía de su compromiso, y Kine igual, y ambas familias les apoyaban con todo su ser.
Aunque Kine siempre se preocupaba mucho más por la ceremonia y por su pequeño hijo, bueno, ya no tan pequeño.

Ambos chicos estaban muy agradecidos por tener las familias que tenían, al igual que sus amigos, que les faltó tiempo para empezar a planear las despedidas de solteros de cada uno a pesar de las negaciones de ambos chicos hacia esa celebración.
Y bueno, ya les habían mirado un viaje para su luna de miel y todo.
En sí, ambos chicos estaban muy felices de poder casarse juntos.

Obviamente, su relación no fue siempre color de rosa, una vez se enfadaron tanto que Team dejó su anillo de boda en la mesa, pero al momento en que tuvo la cabeza serena y fría casi le da un infarto, pero menos mal que Win era una persona paciente y que sabía cuándo Team no estaba pensando, así que no le tomó mucha importancia, aunque sí le dolió en un principio, y lloró.
Lloró mucho, pero gracias a Dios, Team volvió para pedirle perdón llorando, aunque pidiéndole una explicación por la pelea.
Sin duda sus personalidades habían cambiado desde que estaban juntos, pues Team jamás rompería su orgullo por alguien, y Win jamás sería paciente, pero ahí estaban.
Siendo lo que nunca pensaron que serían.

Y bueno, después de un año de prometidos y de asimilar bien las cosas y organizar todo, el día de su boda se acercaba, y ambos chicos estaban todavía más nerviosos, Win ya tenía comprado su traje de boda, y Team iría a comprarlo ese mismo día, mientras Win iría a un orfanato a hablar con la encargada del lugar, la cual con una sonrisa le recibió y le comentó las cosas que tenía que saber para criar a un niño.
Tenían pensado adoptarlo después de la luna de miel, pero eso no quitaba que quisiese saber los requisitos que se necesitan para ser un padre diez de diez.
Después de escuchar atentamente a la mujer frente a él y asentir repetidas veces salió del lugar y volvió a la casa que ambos chicos compartían, y futuramente su futuro o futura hijo/a.

Los días fueron pasando, hasta que llegó por fin al día de la ceremonia y cada pequeño detalle estaba a la perfección.
Después de ser casados en el templo Wat Phra Kaew irían a un restaurante a celebrar el matrimonio de los recién casados.
Ambos chicos estaban muy nerviosos, a Win le sudaban las manos y la frente un montón, a la vez que a veces mordía el interior de su labio en forma de nerviosismo.
Mientras Team temblaba y sentía que se iba a desmayar del nerviosismo y la emoción que contenía su pequeño cuerpo en ese momento, aunque también pasaba mucho su mano por su cabello, haciendo que el estilista le mirase con enfado hasta que dejase de hacerlo, algo que le costó muchísimo.

Una vez listos, Win con un esmoquin azul marino y Team con un traje blanco y negro se dirijieron a sus respectivos lugares.
Ambos chicos deseaban verse, llevaban horas sin verse y ya se echaban de menos.
Por lo que la felicidad se intensificó en ambos cuerpos al ver al contrario frente a él.
Win sintió cómo se le paraba el corazón al ver lo precioso que estaba Team en ese traje, marcaba sus curvas y le hacía ver tan elegante y tierno a la vez, y dios, la sonrisa que tenía en sus labios hacía que sintiese que en algún momento se derretiría ahí mismo.
Mientras que Team tenía el pulso más acelerado de lo normal y sus piernas tambaleaban de vez en cuando, incluso en algunos momentos sentía que iba a caerse y hacer un desastre en medio del recorrido para llegar junto a Win.
Aunque bueno, ambos chicos deseaban llegar junto al otro, darse un montón de besos y transmitirse toda la felicidad que sentían en ese instante, pero tendrían que esperar.

Team finalmente llegó al lado de Win y del budista que estaba frente a él empezó a dar el típico discurso, y cuando acabó, Win le sonrió con tanto cariño y con los ojos aguosos, aunque bueno, Team estaba igual.
Y finalmente unieron sus labios en un beso como señal de compromiso eterno.
Cuando se separaron la sonrisa fue aún más grande que antes y las lágrimas ya habían sido tiradas por los ojos de ambos chicos, había tanta felicidad acumulada en sus cuerpos que sus lágrimas no cesaron hasta pasados quince minutos de emoción.
Aunque bueno, Kine estaba muchísimo peor que ambos chicos, lloraba y sorbía su nariz congestionada de mocos por la gran felicidad en su cuerpo.
Había hecho bien en criar a ese pequeño, y jamás se arrepentiría, y sabía que la madre de Team estaría muy orgullosa y contenta por su hijo desde cualquier lugar en el que estuviese descansando.

it's my baby! ¡¡winteam!! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora