Viktor Nikiforov es un alfa cambia formas de cruel corazón, líder de una de las manadas más fuertes, poseedor de atractivo, y riqueza pero carente de sentimientos, es obligado por los ancianos a luchar por un omega especial y único llamado Yuuri Kat...
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El omega caminaba tembloroso, sabía lo que eso significaba, tenía miedo de que todo hubiera sido una treta del alfa, para lograrlo meter entre sus sábanas, cuando abrió la puerta, vio la habitación llena de velas, en todo alrededor, la cama llena de pétalos de rosas, incluso tenía inciensos aromáticos, cada detalle, era refinado y romántico, las sábanas de satin con colores pasteles, como estaba acomodado todo, hizo que el omega bajara sus defensas, y creyera en el alfa, este podía sentir al mirarlo que había logrado conmoverlo, y el se sentía hechizado por aquella inocencia, se dispuso a cerrar la puerta con llave, apagando aquella lámpara que aún iluminaba la habitación, para dejar que la luz tenue de aquellas velas fuera la protagonista.
Midió cada uno de los pasos hacia el omega, quedando justo detrás de él, paso sus brazos rodeando su cintura, haciendo que este temblara, -"No estés tan nervioso, yo estoy contigo" le dijo susurrandole al oído, este volteo para decirle algo cuando sus labios rosas fueron atrapados con furia por el alfa. Aún sin dejar de estar tras de el, mientras besaba al omega sus manos recorrían su silueta, haciendolo soltar varios suspiros.
Los ojos azules del alfa, eran aún más tentadores y hermosos a la luz de las velas, eran penetrantes y electrizantes, expresaban deseo y excitacion. Yuuri temblaba en los brazos del peli plateado, que aprovechaba para posar sus labios en el cuello blanco del peli negro, haciéndole sentir su aliento. Aquel traje blanco que llevaba, le empezó a estorbar al ojiazul, quien bajó la cremayera del traje que tenía en la espalda, aprovechando no sólo para meter sus manos y tocar aquella pálida piel, si no que posaba sus labios y su lengua recorriendo la piel de su espalda
Yuuri suspiraba y temblaba cada vez más, Víktor bajó todo el traje blanco dejándolo en el suelo, quedando el omega sólo con su ropa interior, dejándolo a su merced, este moría de vergüenza, cruzó sus brazos para tapar sus erectos pezones, tiritando de nervios mientras era volteado por el peli plateado. Este lo miraba insistentemente, no pudo evitar pasar su lengua en sus labios, saboreando aquella piel tersa, y aquel cuerpo curvilineo que tenía enfrente.
Decidido beso el cuello del azabache, pasaba su lengua y lo mordisqueaba, sujetó los brazos de Yuuri, jalandolos a los costados, dejándole ver esos botones rosados y erectos que adornaban aquel torso de piel pálida, sin pensarlo, recorrió su lengua en uno de ellos, mordiendolo, succionandolo y recorriendo su trayecto, creando un sonido obsceno que retumbaba en toda la habitación, el omega gemia como respuesta a aquellos movientos, sentía que sus piernas flaqueaban, cuando el alfa le dio el mismo tratamiento, a su otro botón, se sentía extasiado, su corazón palpitaba, llenando de calor su entre pierna y sintiendo como fluía algo de sus adentros, su cuerpo añoraba ser tomado, estaba listo para ello.
El alfa lo empujó a la cama, deborandolo con la mirada, el omega quizo tomar la iniciativa, así que tomando todo el valor que pudo se acercó para besarlo, siendo correspondido, con sus manos temblorosas, comenzó a desvestir al albino, dejándolo ver aquel trabajado y escultural cuerpo. El albino disfrutaba ver a aquel omega nervioso y descompuesto, sin perder el tiempo, seguía recorriendo aquella pálida piel con su lengua, el peli negro temblaba, estaba a su merced.