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Eva tuvo tanto novios como novias cuando ellas aun vivian juntas. Su madre acepto a todas las parejas que su hermana llevo en algún momento a casa.

A todxs menos a Ernesto que, en palabras de su madre, no era mas que un patan. Su hermana le decía que era una exagerada hasta que, cuando termino con él, abrazo a Elena y le dijo que tenía razón.

Valentina sigue sin entender que es ser un patan nunca se lo explicaron. Y los significados que hay son tan coloquiales que no sabe con cual de todos quedarse.

Elena, de hecho, tuvo a una preferida, una muchacha que media un metro sesenta y nueve, que tenía el cabello castaño y rizado hasta sus hombros. Lucia se llamaba y Valentina aprendió muchas cosas de ella, pensamientos que conserva consigo como si fuesen los mas importantes, junto a la pulsera con colores del arcoiris que lleva atada en su muneca izquierda.

Estuvo con Eva casi tres años, terminaron porque la novia de su hermana se mudaba a Irlanda y —las relaciones a distancias son muy complicadas—, dijeron. Ademas, Eva estaba estudiando y Lucía no estaba dispuesta a que dejara todo atrás por ella. Eva quiso hacerlo. Lucía se lo prohibio. Le dejo una extensa carta en la que le prometía que si se volvían a encontrar y seguían solteras, podrían comenzar de nuevo o, bien, seguir en donde lo dejaron.

Han pasado tres años desde entonces y Valentina sabe que su hermana aún la extrana, que la adora y que la recuerda en la mayoría de las cosas que hace. Porque si Eva es una figura importante dentro de la comunidad LGBT de su localidad es por Lucía.

Sabe también que si Eva esta ahorrando para viajar el día de manana a Irlanda es por ella, porque se lo contó como un secreto.

—Quiero ir en su busqueda, ¿Acaso es tan descabellado y malo? —Le dijo cuando estaban frente a la chimenea semanas despues de que su madre muriera. 

Había sido una tarde difícil, porque habían pasado por la televisión una vieja película que veían en familia. Eva había llorado y Valentina, a duras penas, la había abrazado por los hombros y le había dado unas palmaditas en la espalda. Eva le dijo que había sido el mejor consuelo que había recibido.

—Si la amas, ¿Por qué habría de ser descabellado? No lo entiendo. —Su voz había salido monotona, mientras veía como el café oscilaba en la taza que estaba en sus manos. —Quiero decir, amar es ser fiel, ¿No? Es preocuparte por otra persona, por tratar de que este bien. Es querer prepararle el desayuno antes de que despierte y es arroparle cuando esta durmiendo destapada en el sillón. —Tomo un sorbo de su café y miró el fuego de la chimenea. La relación que su hermana había tenido con Lucía había sido tan Significativa a sus ojos que no cree que hubiese otra forma de amar aparte de esa.

Tampoco tuvo padres juntos que pudieran cambiarle la visión de las cosas. (Por eso la tiene como ejemplo. Es su definición de amor). Lucía, cuando Eva dormía en su regazo, le contaba a Valentina todos los planes que tenía para ellas a futuro. Ella le preguntaba que qué pensaba al respecto; Valentina le decía que mientras cuidara de su hermana, no tenía por qué tener pensamientos negativos hacia su relación.

Lucía, en mas de una oportunidad, le explicó por que había grupos de personas que no aprobaban a las parejas de un mismo sexo. Valentina le decía que no los entendía. Amor era amor y eso no dependía del género de cada uno de los implicados; que si se querían era por algo, el sexo no era mas que un detalle.

Lucía, le sonreía, le acariciaba la mano como ella sabía que a Valentina le gustaba y le decía que ojalá mas gente pensara como ella.

Valentina piensa que, si la gente pensara mas como ella, las cosas serían un poco mas sencillas y no existirían los malos entendidos ni las mentiras. La confilanza sería cosa de todos los días y la gente no la buscaría como si fuese la cosa mas escasa y extrana.

⸙: Wҽ ϝҽʅʅ ιɳ OƈƚσႦҽɾ ❬  𝙅𝙪𝙡𝙞𝙖𝙣𝙩𝙞𝙣𝙖; ❀❜ ❭Donde viven las historias. Descúbrelo ahora