Capítulo 2° |♪| Aburrimiento y ¿Sorpresas?

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Sábado, 8:30am

Día dos en Bardstown y, bueno, no encuentro nada que hacer.

Mi tía llamó a mamá en la mañana y le preguntó si podía acompañarla al centro del pueblo y ella fue y me dejó aquí en casa, claro que, yo estaba dormida antes de que se fuera.

¿Cómo me enteré de lo demás? Fácil, dejó una nota en la puerta de mi cuarto, la cual estoy leyendo, y cuando terminé de leerla, la quité de la puerta y la puse en un cajón que estaba al lado. Luego procedí a irme a higienizar: Ir al baño, etc.

Y luego de cambiarme y ponerme una falda de jean hasta las rodillas y una blusa blanca, fui a la cocina a prepararme el... Oh, olvídenlo, ya está hecho.

Vi una nota en la cocina junto con un plato con una tapa encima, la nota decía lo siguiente:

"Buenos días, mi amor.
Te dejé el desayuno hecho, no creo que sea justo que cocines el primer día aquí, así que disfrútalo.
Buen provecho, mi vida.
Dios te bendiga :-*..."

- Amén, mamá. -dije en voz baja, luego de leerla quité la tapa encima del plato para ver su contenido y no era más que huevos con tocino. Sonreí- Sí. -dije feliz, me encanta desayunar esto, pero claro, mi desayuno, almuerzo, merienda y cena favoritos son los panqueques con miel.

Pero no me quejo de nada, me encanta lo que tengo, porque Dios me permitió tenerlo. Y no me importa lo que Dios me haya quitado, porque sé que así como le permitió al enemigo que le quitara todo a Job y Él se lo devolvió, Él duplicará nuestras bendiciones.

Mi familia y yo en estos momentos estamos como ese hombre, Job: Teníamos todo lo que necesitábamos, pero por problemas financieros, embargaron nuestro hogar, y no teníamos nada más; eso ya lo sabían. Pero así como Job no maldijo a Dios por todo esto, nosotros tampoco lo haremos. No dejaremos de creer en Él, porque Él es Todo para nosotros.

Me senté en la silla grande frente a mí, en frente del mesón de la cocina, y luego de orar por los alimentos, comencé a comer. Y está delicioso.

Luego de comer me fui a la sala a sentarme en el sofá. Miré todo a mi alrededor, y todo me aburría, digo, todo es muy lindo, pero aburrido.

Entonces se me prendió el foco.

Fui arriba por mi guitarra, y luego volví abajo y me senté en el sofá para tocarla.

Algunos acordes no los puedo hacer muy bien, me falta un poco de práctica con base a las barras y eso. No son barras de hacer ejercicio, se tratan de poner un dedo entero cubriendo todas las cuerdas en un solo traste y... ¿Saben?, mejor no los aburro con guitarrología y me pongo a tocar para Dios, ¿va?

Pero antes de tocar hice un capo-traste improvisado: Tomé un lápiz mediano y unas cuantas ligas y se lo coloqué a la guitarra en el primer traste.

Y con esto, rasgo las cuerdas-... In everything -rasgué las cuerdas de nuevo- you are -y otra vez-, oh Lord...-las volví a rasgar- In the begin You made -y otra vez- the love...-y al cantar ese último verso, rasgué las cuerdas, finalizando el verso de la canción.

¿Les digo un secreto no tan secreto?, No es secreto porque Dios lo sabe, pero en fin...

Me encanta componer música. Eso que estaba cantando es algo hecho por mí. Pero antes no tenía instrumento, y ahora sí.

En uno de mis momentos de intimidad con Dios le dije que quería cantar para Él, y compartir su palabra a través de la música, aunque él ya lo sabía, puesto a que todos los deseos de nuestro corazón, el Señor ya los sabe antes de que se los digamos.

Sin Dios... Nada Somos.© |🔛| Historia Cristiana.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora