Capítulo 5° |♪| ¿Un... amigo?

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Bardstown High School.
Lunes, 8:15am.

Me costó despertarme más temprano de lo normal, pero a fin de cuentas, luego de arreglar un millón de cosas para venir, además de ponerme mi vestido floreado hasta las rodillas junto con mi chaqueta de jean de la suerte (así le digo porque lo llevo conmigo a todos lados, y me va bien cuando me lo pongo, pero sé que no es "suerte", es porque Cristo está conmigo a cada momento)... al fin estoy aquí. En el auto de mi madre, en el asiento de copiloto mirando a todos los estudiantes caminando, conversando, o incluso caminando mientras conversan.

- ¿Lista, mi amor? -me dijo mi madre en el asiento de conductor.

Yo seguía viendo a la multitud allí dentro, y suspiré- Creo que sí. -ladeé la cabeza tratando de no demostrar desánimo, pero no me funcionó.

- Hey. -me llamó mi mamá y la miré- Todo lo podemos en Cristo que nos fortalece.

Asentí- Filipenses 4:13. -dije en un suspiro, ella asintió sonriendo.

- Ahora, ve, te va a ir bien. Créelo. -dijo mientras yo abría la puerta para bajar.

- "Hmjhm". -musité mientras asentía y bajé del auto.

- Te amo. -dijo mi mamá cuando bajé.

- Yo también a ti, mamá. -le dije y me acerqué para plantar un beso en su mejilla.

- Dios te bendiga.

- Amén, igual a ti. -dije y con eso cerré la puerta.

Y al girarme y ver la escuela frente a mí, escuché como mi mamá arrancó el auto y se alejo por la calle.

Suspiré pesadamente- Dios, ayúdame.

Y con eso, comencé a caminar hacia la entrada.

"Bardstown High School" es el nombre de la secundaria, lo sé porque en la entrada está el gran anuncio encima con las letras incrustadas en negro.

Y al leerlo decidí entrar, es abierto el lugar, se veía en un edificio, a la izquierda, los salones, creo, mientras que en medio de todo esta un gran patio central, que debo admitir, es bonito, tiene mesas las cuales creo que son para almorzar. Pero lo que más llamó mi atención fue un lugar cerca del patio, uno donde hay flores muy bonitas encima de arbustos altos.

Por otro sector están los casilleros, o lockers, o como sea que se digan.

Miré a todos lados en busca de alguien que pareciera trabajar aquí en la escuela y lo encontré, o mejor dicho, la encontré.

Una mujer con cabello rojizo, no muy largo, el cual oculta en una gorra y atado en una coleta baja, una camisa azul marino y pantalones, de seguro es una conserje o algo así.

Me acerqué a ella y ella al verme me miró con atención.

- Am, hola. -saludé lo menos nerviosa posible.

- Oh, hola, linda. ¿Qué necesitas? -preguntó de forma amistosa.

- ¿Me puede decir dónde está la dirección? Es que necesito que me den mis horarios y eso.

- Oh, ya entendí, ¿eres nueva? -preguntó con una sonrisa, asentí- Ven, sígueme, está por aquí. -y dicho eso se dirigió, conmigo detrás de ella, a otro sector donde se veía otro edificio, que estaba a la derecha del edificio donde están los salones- Soy Meredith Cambell, asesora escolar, por cierto. -se presentó mirándome a su lado con una sonrisa.

Sin Dios... Nada Somos.© |🔛| Historia Cristiana.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora