Parte 4

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Parte 4

Cuando abrí los ojos estaba frente a una barra bebiendo vino. No estaba borracho, simplemente ese día había decidido escapar del cuartel para ser uno más en esa ciudad. Dejé mi dinero sobre la barra y a cambio recibí otro poco de bebida de uva eldaryana que inhibía poco a poco mis sentidos, pero como dije, no al punto de sentarme y hablar incoherencias como los guardias de Obsidiana que bebían cerveza en grandes jarras para luego no saber dónde exactamente tenían el culo.

Mis movimientos eran automatizados; no me daba cuenta de ellos porque mi cabeza estaba con Erika y Leiftan juntos dentro del cristal, con Lance, con Valkyon, con Miiko, con Ezarel y en una discusión.

¿Se podía tener una discusión a través de cartas? La respuesta a eso era sí, sí se podía discutir por medio de cartas.

Vi que se acercaba la fecha de ceremonia de todos los años, y como siempre se darían los mismos discursos, se darían los mismos abrazos, la misma comida, más velas, los nombres de los que nos estaban con nosotros en voz alta, llanto, más comida, más velas... más nostalgia.

Vi en esa fecha una oportunidad de reencontrarme con Miiko y Ezarel así que les envié una carta, no como líder de la guardia Brillante de la ciudad de Eel sino que como Nevra. Miiko declinó de inmediato, tenía muchas cosas que hacer en el reino donde vivía actualmente. Cómo ex jefa de nuestra ciudad, ella había conseguido ganar un buen puesto por lo que su responsabilidad era mucha. La entendí... en parte la entendí.

Ezarel también desechó mi invitación. Tenía mucho trabajo como encargado de alquimia y no podía darse el lujo de "perder el tiempo". Porque para él, venir a una ceremonia conmemorativa de sus antiguos camaradas era una total pérdida de tiempo.

Sentí decepción con esa respuesta, si bien ninguno de esos dos se había aparecido por aquí durante los casi cinco años que habían pasado desde la batalla, y seguramente no vendrían en mucho tiempo más, yo consideraba que se podía hacer un esfuerzo debido a la importancia de lo que había sucedido. Miiko había sido nuestra líder, la habíamos seguido como perros; y por otro lado, Ezarel era mi amigo, mi mejor amigo. Y ambos, como mejores amigos que éramos, habíamos perdido a Valkyon.

No me dolía tanto la respuesta de Miiko, decepcionado estaba, pero todo era diferente con Ezarel porque aparte de haber sido compinches, para él, ahora, venir a verme y venir a una ceremonia que se había convertido en tradición era pérdida de tiempo.

Entendiendo entonces que la posibilidad de vernos era bajísima le contesté con las primeras palabras que se me vinieron a la cabeza.

"De acuerdo, lamento entonces hacerte perder el tiempo."

Soné dolido; no me importó. No firmé, no puse fecha, no puse nombre. Sólo envié a Shaitán con la carta y le ordené que no esperara, que se viniera de inmediato.

Su respuesta fue rápida, demasiado rápida. Llegó antes de que llegara mi familiar a la sala de cristal. El alfeli de Ezarel se posó en mi escritorio y se quedó junto a mí esperando a que yo respondiera.

"Amigo, no es lo que quise decir. Yo te aprecio mucho y sé que en estos momentos es cuando más necesitas apoyo, por Valkyon y por Erika... y bueno, por la carga de tu trabajo. Pero entiéndeme también, tengo mucho que hacer en este lugar. ¿Qué te parece si coordinamos una visita para otro día?"

Me respondió él.

"De acuerdo, sí. Cuando tengas TIEMPO me avisas."

Le respondí yo.

"Qué infantil eres, Nevra. Estoy buscando una solución y tú te enojas. De acuerdo, disculpa. ¿Feliz?"

Cuando abro los ojosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora