Después de la derrota de Naraku y la desaparición de la perla de shikon, Kagome decidido regresar al sengoku para permanecer al lado de Inuyasha, pero este jamás dejo de pensar en Kikyo y poco a poco comenzaba a dejarla en el olvido, dolida por la i...
Los personajes pertenecen a sus respectivos autores, la historia es mía, esto es por una fan para fans...hemos llegado al capítulo final de está historia, mil gracias por leerme y apoyarme aún en mis momentos de depresión y bloqueo, mil gracias por todo y espero me sigan en mis otras historias, para las fans del Sesshome tengo ya varios capítulos de mi más nuevo proyecto llamado "el amor no es un dollar" donde la pareja central son Sesshomaru y Kagome, ambientado en la era moderna sin demonios ni viajes en el tiempo, pero llena de amor, tragedias e intrigas, donde Kagome conocerá su peor enemigo quien es también su más cercano...espero se puedan dar el tiempo de leerlo y dejarme sus opiniones, lo encontrarás aquí mismo es mi muro de Wattpad, ahora sin más, les dejo el último capítulo de esta hermosa historia!.
Miku DeWill
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El invierno había comenzado, el aire cada vez más frío recorría hasta el más escondido rincon de la gran ciudad, la torre de Tokio y cada una de las calles de la urbe ya estaban vestidas con sus hermosas galas navideñas, donde quiera que voltease a ver mil sonrisas que guardaban sueños y esperanzas por las fechas decembrinas se paseaban cuchicheando y eligiendo el atuendo especial, el regalo perfecto, el más sabroso pastel para acompañar la velada...las parejas se paseaban tomadas de las manos, bromeando y sonriendo entre ellos, sellando las promesas de diciembre en besos y abrazos que lograban lastimarla.
Habían pasado 6 años desde aquel fatídico suceso...seis años en los que ni una sola vez, ni un solo segundo, ni un solo momento, había dejado de recordar los hermosos orbes de oro de Touga, el Inu no Taisho.
- hey Higurashi! - saludaba Houjo desde la otra acera.
Su largo cabello de plata ahora le llegaba debajo de sus tornados muslos, había conservado aquel inusual color que a diario le hacía enfrentar mil preguntas sobre el tratamiento que llevaba para tenerlo así, su apariencia no había sufrido cambio alguno, a pesar de ya rondar los 27 años seguía guardando su imagen de 18...no había envejecido...y lo sabía bien, no envejeceria.
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- Houjo, que gusto verte - saludaba la sacerdotisa.
- no crees que el profesor Terada nos ha dado poco tiempo para terminar la tesis? No abra mucho tiempo para celebrar las fiestas - se quejaba Houjo pero la joven no lo escuchaba.
Así es, había realizado su sueño de estudiar para ser médico, dentro de unos meses finalmente sería uno, y era todo lo que hacía que su eternidad fuera más tolerable...Souta había crecido, ahora era un joven que había comenzado sus estudios universitarios, tenía una hermosa novia y seguía viviendo su vida al máximo...Takumi había logrado abrir su propio hospital, se había vuelto a casar con una bella joven y ahora era el orgulloso padre de una bellisima niña rubia y ojos de esmeralda de 3 años...pero en su rostro comenzaban a notarse los estragos de la edad...ambos la visitaban al menos dos veces a la semana, y gracias a ello podía ver de primera mano como las únicas personas que tenía en el mundo poco a poco, sin apenas notarse, pero día con día... envejecian...en 4 décadas, tal vez más, tal vez menos, estaría sola... completamente sola...y aquello la hacía caer en ataques de pánico y desesperación...les había ofrecido ambos una vida de eternidad enlazando sus vidas a la suya...pero ambos se habían negado, la amaban, pero temian una existencia eterna, deseaban solo vivir una vida plena y feliz...y ella respetaba eso, era lo único cuánto había querido antes de aquel viaje en el tiempo que le había cambiado su vida...que había marcado su destino.
