Mi Salvación (completa)(Wattys 2020)

La sacerdotisa y la Bestia

Los personajes pertenecen a sus respectivas autoras, la historia es mía, esto es por una fan para fans, mil gracias por leerme.

Miku deWill

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El fuerte viento sacudía con violencia las copas de los árboles en el valle, hojas secas se arremolinaban dibujando diferentes formas en el aire, el frío comenzaba a sentirse calando profundamente en los huesos de los aldeanos, el sentimiento de angustia era tal, que lograba sentirse la desesperanza en cada rincón de las aldeas que rodeaban el palacio de la luna, se corrían rumores de una inminente guerra en esas tierras, los aldeanos comenzaban a tomar sus pertenencias para emprender el viaje a zonas más seguras, y quizás, poder luego regresar a sus tierras a recuperar lo suyo, el gran Inu no Taisho era el youkai más fuerte y temido, pero era bien sabido que no era un ser cruel o despiadado, respetaba a los humanos y en tiempos de hambruna había llegado con bendiciones para todos ellos que evitaron muertes por hambre, muchos de aquellos agradecidos hombres estaban dispuestos a quedarse y pelear para ayudar al viejo perro general, pero este se había rehusado.

Los rumores de la inminente guerra entre un terrateniente humano y el mítico Inu no Taisho, habían recorrido casi todo el continente, llegando hasta los oídos de la ex Lady del Oeste, Irasue ahora ostentaba el título de la Lady del Norte, si compañero, Akura Ou, era un poderoso demonio que gobernaba con mano de hierro sus tierras, con la ayuda de su fiel amigo Tomoe, un poderoso demonio zorro de ascendencia sagrada que era conocido como la bestia blanca.

- parece ser que todo los rumores son ciertos...- decía con voz melosa Irasue a su compañero.

- y que es lo que hará mi Lady? Acudirá a ayudar a su antiguo amante? - preguntaba Tomoe mirando a la bella demonesa.

- acudirás a ayudarle? Después de todo tienes un hijo con la bestia legendaria - dijo Akura Ou.

- será interesante ver cómo sale de esta el gran general, después de todo el muy idiota se involucró en guerra con ese burdo intento de terrateniente por jugar al enamorado de la prometida de ese... además, hay otros rumores que quiero confirmar por mi misma...- dijo con suspicacia Irasue.

- ah sí? Y que rumores serían esos? - pregunto Akura Ou mientras el y Tomoe miraban intrigados a la demonesa.

- se dice que el fiero general ha marcado a una humana como su intención, y no una aburrida humana común como la que le dió a su hanyou bastardo...si no, una sacerdotisa...y una muy poderosa - respondió la demonesa bebiendo con tranquilidad.

- ese es un rumor bastante interesante...quizás no estaría de más brindar ayuda al viejo perro, y de paso observar a esa joya que tiene escondida...- respondió Tomoe.

- como siempre tienes razón...además hace mucho que estamos fuera de práctica...desollar unos cuantos humanos puede ser un buen calentamiento - respondió Akura Ou.

- mi Lady, usted hace esto para proteger a su hijo? - pregunto el apuesto zorro.

Irasue lo miro con arrogancia.

- por supuesto que no, si mi Sesshomaru no es capaz de vencer a un pequeño grupo de insignificantes humanos lo mejor es que muera, sería una vergüenza terrible cargar con un hijo débil...yo solo quiero divertirme un poco...el viejo general hace tiempo que me debe algo de diversión...- respondió de manera fría la demonesa.

Akura Ou sonrió.

- sin duda eres digna compañera, vayamos al Oeste, será divertido ver la cara del viejo perro con nuestra visita - dijo el Rey oscuro.

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El viento gélido presagiaba un sin fin de tristezas, el blanco y hermoso panorama de la nieve cubría los jardines del palacio de la luna, todos en el castillo se alistaban para la segura invasión a sus tierras que se daría pronto, Kagome observaba el vaivén de los youkai, su mente divagaba sobre el paradero de Inuyasha...no lo había visto desde que huyó en la víspera de navidad, había intentado buscarlo, no quería que el y su padre estuviesen enemistados y menos aún por su culpa, sumergida en sus pensamientos, sintió el pequeño y molesto picor en su cuello, golpeando a la anciana pulga Myoga en el acto.