–¿Pudieron hablar? –La pregunta que salió de los labios de NamJoon, hizo que Min, volteara a verlo.
–Lo hicimos. –Una sonrisa se apoderó de su rostro.
La mirada de Min estaba fija en absolutamente nada en especial, no creía posible que un par de tachos de basura, fuesen más interesantes que sus amigos.
–Y, ¿cómo terminó? –Ahora era SeokJin quien se adentró en aquella conversación.
–Oh, es cierto. Discúlpenme por no quedarme con ustedes ayer.
–¿Y bien? –Habló impaciente.
–No sé si cometí algún error mientras me confesaba... pero fue una gran idea el desahogarme, darle una explicación de qué era lo que sucedía conmigo, y de qué manera él estaba involucrado tanto en mi vida. Si les digo que me sentía como un estúpido nervioso, que quería lanzarle mi mochila hacia su perfecto rostro, con tal de dejar de martirizarme por pensar una y otra vez lo mismo, se reirían de mí.
YoonGi ahora, estaba inclinado sobre la mesa, parpadeando y mirando a sus amigos fijamente, mientras empezaba a contar lo sucedido con JiMin.
>> –¿Por qué luces tan nervioso? –Preguntó Min ladeando su cabeza, apenas volvió a tomar asiento en la banca.
–No lo sé. –Arrugó su nariz tiernamente. –Veo que a partir de hoy te llamarás, Min tomate YoonGi. Tus mejillas parecen que en cualquier momento explotarán de lo rojas que están.
–¡Yah! Park. No te sigas burlando de mí. –Masculló entre dientes, con un enojo fingido.
–Ay, no me digas que hyung se va a molestar conmigo. –Rió con diversión.
Al ver el rostro serio de su mayor, prefirió no seguir con aquello.
Se acercó más hacia el pelinegro, y recostó su cabeza en el hombro del contrario.
No iba a negarlo, YoonGi realmente se veía atractivo con aquel nuevo color de cabello. Si antes Min llamaba la atención por ser el chico popular, ahora lo haría con muchas más ganas.
–Yo sé lo que se siente estar enamorado de alguien, uh... de hecho, ahora mismo me gusta alguien. –Aquellas palabras había dejado sin respiración a YoonGi, ¿Cuál era el propósito de su menor al soltar aquello? ¿Lastimar más su corazón? –Es una hermosa sensación, y no lo niego. –Sonrió enternecido. –Cada día conocía más a esa persona, y me encontraba más que encantado, me había atrapado de una manera inimaginable.
Soltó un pesado suspiro. ¿Hacia dónde quería llegar su menor? Se veía tan enfrascado hablando, que prefirió no interrumpirlo, podía sentir como algo dentro de él se desgarraba conforme pasaban los segundos.
–Al principio me costó entenderlo, muchas veces me hacía sentir tan estúpido, y por más ilógico que suene, me gustaba, me gustaba sentir aquella sensación tan cálida... que preferí solo admirarle, ver aquella sonrisa que me tenía tan embobado y aquellos ojitos, esa mirada tan acogedora y a la misma vez, tan febril.
Apaciguadamente JiMin destensó su mano, que hasta en ese entonces estaba convertida en un puño, y en un gesto delicado la acercó hacia la mano pálida que reposaba en las piernas del contrario.
Se permitió jugar con aquellos largos dedos, tratando de calmar su nerviosismo.
–No sabía de qué manera manejarlo, me sentía tan enfrascado, deseoso con poder acercarme y tocarla... pero sabía que no estaba del todo bien. Hice todo lo posible para seguir manteniendo mi amistad, sin embargo, no lo logré. –JiMin carraspeó un poco para girarse y poder quedar frente a frente. –Ahora mismo siento que debería decírselo, es lo justo, ¿no? –Sonrió mirando aquellos ojos gatunos. –¿Cómo pudiste adentrarte tanto en mi vida, Min YoonGi?
–¿Qué? –Preguntó en un suspiro, el pelinegro se encontraba más que desconcertado. –N-no lo entiendo.
–¿Qué es lo que no entiendes, mi lindo hyung? Me tienes irremediablemente enamorado de ti. Te quiero más de lo que debería, más de lo que me atrevería a decir.
–¿Acaso esto es una broma? Por favor, Park. Si es así, detenla ahora mismo. –Dijo débilmente.
–Hyung. –Lo llamó, pero Min parecía querer deshacerse de aquel tacto, sentía como si lo estuviese quemando vivo. –Hyung. –Repitió más fuerte, apretando sus manos unidas, logrando que el mayor le dirigiera la mirada. –Te lo digo en serio, me gustas. –Mencionó, acercó una de las manos del pálido hacia su pecho, justamente donde se encontraba su corazón latiendo desmesuradamente. –Cada uno de estos latidos te pertenecen, hyung. Quiero a partir de ahora compartamos nuestra vida. Siempre deseé construir mi historia contigo, por favor hyung, tienes que creer que mi enamoramiento es verdadero. <<
–¿Y qué pasó después? –Los tres pares de ojos de sus amigos, no se despegaron en ningún momento de él, desde que dio inicio a su relato.
–¿Dijiste las cuatro palabras? –Preguntó deseoso JungKook, mientras llevaba una galletita hacia su boca.
–No, no pude hacerlo. –Todos ahogaron un grito dramáticamente. –Quería que fuese especial. –Se excusó. Una sonrisa se apoderó de su rostro, tan jovial, tan deslumbrante como los mismos rayos del sol.
–Conozco esa sonrisa, ¿qué tienes pensado?
–¿Ah? No se los diré. –Mencionó sacando su lengua en un gesto infantil.
Min YoonGi a pesar de tener la suficiente edad, su actuar siempre resultaba inmaduro, pero era algo que lo caracterizaba, no podía simplemente decirle que lo cambiara, no podía quitarle su esencia.
La mirada del pálido estaba tan llena de vida.
Sus amigos nunca creyeron posible el ver a Min en ese estado, de cierta forma les causaba extrema ternura y diversión.
Se regocijaban al saber que el corazón de su amigo estaba en las manos correctas, estaba en el chico a quien le perteneció desde un inicio.
Quiero cuidar de una flor, verla florecer.
Quiero que cultivemos nuestro amor, y hacerlo germinar.
Hacer de nuestro amor, algo indestructible.
Solo si es contigo, me atrevería a ser la persona más cursi del planeta, anhelo el poder permanecer siempre a tu lado, y hacerte saber el milagro que causaste en mí desde tu llegada.
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╰🌻︙ᴀᴄᴄɪᴅᴇɴᴛᴀʟᴍᴇɴᴛᴇ ᴅᴜʟᴄᴇ ➳ ʏᴏᴏɴᴍɪɴ
Fanfiction❝ Min YoonGi era el típico chico popular, el chico perfecto para otros, el causante de muchos suspiros dentro de aquella universidad. YoonGi comenzó a regalarle chocolates, JiMin los aceptaba gustosamente. Pero, ¿quién diría que tras de ese lindo g...