Capitulo 2

44 12 7
                                    

Mi cabeza va a explotar, estoy más cansada de lo normal. He pasado cinco días despertando y haciendo la estúpida rutina que Dustin preparó. ¿Cuál es su rutina?.

Bien, sin contar mi reloj de Minnie mouse. En total tengo unos cuatro más, y todos suenan al mismo tiempo. Mi madre (Cómplice de Dustin) se encarga de abrir mi ventana haciéndome morir de frustración al no poder conciliar de nuevo mi sueño. Luego Dustin llega con un estúpido silbato, y un cronómetro. ¡Esta demente! Y es ahí cuando tengo que levantarme como una loca tratando de no tropezar (Lo cual siempre pasa) correr, bañarme y vestirme. Todo como si fuese un flash de cámara. Luego bajar las escaleras y desayunar tan rápido que no me da tiempo de masticar cinco veces mi bocado. Y por último estar lista unos treinta minutos antes del instituto.

¿Funciona? Sí, pero no conmigo. Creo que estoy maldita o algo por el estilo ya que aunque hago todo lo que Dustin me obliga a hacer, siempre llegó tarde. O bueno, llegamos. Me distraigo fácilmente así que pierdo tiempo en pequeñas tonterías como les llama el pelirrojo.

—Delanie, no te duermas. Viene la mejor parte—Clara, mi mejor amiga. Me sujeta de los hombros para traerme a la realidad.

—¡Voy!—Me levanto, y en mi mente estaba impresa la carrera hasta el baño para poner en marcha la rutina de mi despertador humano.

—Ey, ¿A donde vas?—Pregunta, dándome una mirada curiosa.

La miro, luego veo mi habitación, las palomitas, las gaseosas y la televisión. En la cual trasmiten nuestra película Disney favorita: Buscando a Nemo.

Rasco mi nuca, y dejó salir un bufido.

—Me siento como un cachorro que hay que domesticar—Me quejó, me pone de malas todo el cambio que mi mamá ha hecho. Sobre todo Dustin, cada vez que lo veo lucho una guerra interna para no matarlo.—¡Es irritante!—Exclamo, tirándome de nuevo en la cama al lado de mi amiga.

—A mí me parece divertido—Sonríe la castaña.—Ademas, no puede ser irritante pasar tanto tiempo con ese bombón.—Clara deja salir un suspiro soñador. Sabrá Dios en que clase de sucia situación imagino al pelirrojo.

No, Dustin no es horrible (Físicamente) pero ¡Vamos! Se mete con mis gloriosas horas de sueño. Eso lo ha convertido en el centro de mi odio. Además es muy egocéntrico, idiota e inmaduro. Pocas veces es amigable... Bueno en realidad es amigable siempre, pero cada vez que le veo lo asoció con la palabra: Arruinar. Sí, porque me arruina mis mañanas. Es frustrante tener que hacer una carrera olímpica antes de ir al instituto.

Debo confesar que aunque llego tarde (Porque lo hago) no es como antes. Ahora llego unos cinco o diez minutos retrasada. Y además no llego sola como solía hacer, ahora mi martirio va conmigo. ¡Yupi! *Insertar sarcasmo aquí*

—Lo quiero matar—Lloriqueo, mientras meto un puñado de palomitas a mi boca—Ni siquiera lo conozco bien. ¿Cómo carajo mi mamá puede confiarme en las manos de un chico que no conoce?—Pregunto. Desconcertada—¡Esta loca! ¿Es la menopausia?—Vuelvo a preguntar, pero nuevamente interrumpo a mi amiga y me respondo yo misma—Sí eso, menopausia.

—¡Callate, rubia!—Grita Clara, y me lanza una almohada.—No me dejas ver como están iniciando al tiburoncin—Se queja—Y tu mamá no está loca, seguramente ha investigado a Dustin o que sé yo. Pero si algo sé es que Lena Adams no le confía su hija a nadie—Me explica. Lenta y pausadamente, como si esa fuese la única manera de poder procesar sus palabras en mi mente colapsada por la falta de sueño.

—Pero aún así creo que están locos los dos—Susurró, tan bajo que creo que no me escucho.

Pero sí lo hizo.

Desperte queriendo soñarte ✔️ (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora