Epílogo

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El leve sonido de la alarma de mi teléfono móvil llega a mis oídos, debo levantarme, lo sé. Pero cinco minutos más de sueño no le hará daño a nadie ¿Cierto?.

Eso fue lo que me dije hace dos horas y media atrás. ¿Saben que paso? ¡Dormí como si nunca lo hubiese hecho! Voy super retrasada, mis padres me van a matar. Aunque mamá debería estar acostumbrada.

Tome la primera camisa que vi, me la coloque y pude apreciar la pequeña pero visible mancha de ketchup.

Mierda.

le doy otro vistazo al reloj y sé que no tendré tiempo de buscar otra, me coloco unos jeans viejos y mis cómodas zapatillas deportivas, arreglo mi cabello con mis dedos y sin una pizca de maquillaje salgo corriendo de mi casa. Enciendo el auto y comienzo la marcha hasta el aeropuerto. Creo que el día de hoy será uno de los peores.

Luego de tres semáforos que duraron una eternidad y de todas las llamadas posibles de parte de papá-Odia la impuntualidad-Llegue. Al fin llegue. Pero no me detuve ahí, baje corriendo y entré en el gran lugar. Busque por todas partes los rostros de mis padres.

Y los encontré, mamá estaba sentada pacientemente tomando un café, se veía relajada y serena. Su cabellera rubia estaba recogida en una alta coleta, su rostro perfectamente maquillado como ya era costumbre verle. A su lado mi padre, al contrario de mi madre él estaba de pie, caminando de un lado a otro y en breves momentos se detenía para ver su reloj de muñeca, en su rostro una clara expresión de disgusto y estrés.

Respire hondo, tenía ya dos semanas sin verles, luego de que se fueran a ese viaje por su aniversario. Mi tarea era venir por ellos, y prácticamente eso hice, casi unas tres horas tarde. Pero lo hice y es lo que cuenta. Caminé hasta ellos al punto de hacerme notar, con una gran sonrisa les saludé.

-¡Bienvenidos, los extrañe tanto!-Exclamé, tratando de que mi padre notara lo mucho que lo amo y así, no me diera el regaño que estoy segura ya tenía preparado para mí.

Mi madre fue la primera en reaccionar, se levantó de su asiento y con una sonrisa cálida se acercó para estrecharme en sus brazos, como ya era costumbre en mí cerré mis ojos y dejé que su suave olor a flores me transmitieran la paz que sólo ella me daba.

-Hola, hermosa-Susurró al separarse-¿Un despertar pesado?-Bromeó. Asentí y reí junto a ella.

-Tres horas-Se acercó mi padre, su ceño levemente fruncido. Le di la sonrisa más ancha e inocente que pude y extendí mis brazos a su dirección. El soltó un suspiro pesado y dejó que su comisura derecha subiera en una sonrisa-No sé qué hacer contigo.

-Yo creo que sí-Mamá interrumpió nuestro abrazo, se encontraba de brazos cruzados y con una sonrisa cómplice, sus ojos se enfocaron en papá-Que se repita la historia-Agregó.

La miré confusa y luego a mi padre. Él se encontraba pálido y negaba rápidamente con su cabeza.

-No, es mi niñita-Me hizo girar para que mi madre me viera, haciendo que ella riera y que yo mostrará un gran ceño fruncido-Me niego.

-Insisto en que le vendría bien-Presionó mi madre. Estábamos caminando de vuelta al coche.-Tal vez no sea el mismo final, pero no hay que dejar de intentar-Informó, subiendo al asiento del copiloto.

-¿A qué se refiere?-Pregunte a mi padre mientras le entregaba las llaves para que conducirá de regreso a casa.

-Tiene una loca idea, que no dejaré que ponga en práctica-Su mirada se centró en su esposa, la cual se hallaba hablando por teléfono dentro del coche. En sus ojos se podía ver un brillo especial, uno que sólo mi madre hacia que apareciera-Será difícil evitarlo.

Sin más subió al coche, mis dudas aún se mantenían en mi mente. Sin preguntar más los imite y subí a la parte trasera. Estar así con ellos me traía grandes recuerdos.

-Esta todo listo, cariño-Mi madre giró sobre su asiento para poder verme. Por el espejo pude notar como papá frunció el ceño.

-¿Que hiciste, Delanie?-Preguntó. Mi madre comenzó a reir. Aunque él quisiese estar molesto con ella, nunca lo lograba. Amaba eso.

-Zeed, el hijo de Miranda.-Informó, mirándome nuevamente.

Miranda una vieja amiga de mis padres, solía verla en las grandes reuniones que organiza papá. Nunca conocí a su hijo, o por lo menos no de entablar una conversación con él. Lo había visto un par de veces se le veía muy egocéntrico, pero como dice el dicho, no juzgues un libro por su portada.

-¿Que pasa con él?-Interrogue. Mi ceja izquierda por reflejo se alzó.

-No pasara nada con él-Interrumpio papá, sus manos se aferraron al volante. Solía ser muy sobreprotector cuando se trataba de mí.-Alessia no necesita que nadie la despierte, está bien que duerma. Me agrada que duerma. ¡Duerme linda, eso es bueno!

Le miré como sí me acabará de hablar en chino, mezclado con ruso y árabe. ¡Él odia mi falta de responsabilidad por culpa del sueño!

-Lo siento Dustin, pero tu hija ya tiene un nuevo...

-¿Un nuevo qué?-Interrumpí a mi madre, ella me miró y guiño un ojo a mi dirección.

A lo lejos pudimos escuchar el murmullo de papá, fue un claro: Por favor Dios, no.

-Un nuevo despertador diurno-Finalizó mamá.

-¡NO!-Gritó mi padre.

-¿Qué?-Pregunte.

¿Despertador diurno? ¿Pero qué demonios?

¿Ayuda?... Creo que sí la necesitaré.

******

¡Bienvenidos al epílogo!

¿Soy la única que ama a Dustin en modo padre sobreprotector?

Alessia su hija, muy parecida a su madre. Tendrá que pasar por lo mismo que nuestra querida Delanie. Fuerza mi querida Alessia, mucha fuerza.

Gracias por llegar aquí, espero que te haya encantado tanto como a mí la historia.

Ahora sí, señores y señoras. Despidamos con un fuerte aplauso a ¡Desperté queriendo soñarte!

Cuídense pequeños soñadores.

Nota 2024: Te volví a publicar primera versión de DQS, con todo y errores, porque te tengo cariño, tu lugar siempre ha sido en mi muro, como mi primera historia. ¡Bienvenida a casa!

Pd: Si quieren leer una versión extendida y con escenas especiales e incluso nuevos personajes, los invito a Booknet dónde se encuentra publicada la versión larga bajo el mismo nombre.

Abby C.

Desperte queriendo soñarte ✔️ (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora