Capítulo 7: "Yo estoy aquí" y un poco de consideración.

59 4 0
                                    

TESSA

 -¿Damond?-Volví a preguntar sintiendo esta vez cómo la tristeza afloraba por mi garganta.

¿Acaso me había dejado plantada?

 ....

 No sentía ira, no, ¡estaba consumiéndome la ira! estaba siendo atrapada por una de las peores sensaciones, la traición, el engaño, la suciedad de la confianza no correspondida, la tristeza de sentirme inútil. ¡Qué fastidio es confiar en alguien y que te traicionen! Centrarme en la negación es lo único que parecía servir para no derrumbarme.

Damond Phoenix se acababa de convertir en la primera persona que me había ilusionado sin piedad y justo cuando decidí darle mi confianza, la había ignorado. ¿Acaso ese cretino pensaba que yo era una clase de juguete? Acompañarme un rato, hacer que le tomara cariño y luego tirarlo a la basura. Una lágrima se deslizaba por mi mejilla, no me había movido de aquel pasillo, pero no necesitaba investigar para saber que estaba vacío. El mensaje decía que me encontraría aquí a las 5, y eran las siente de la noche y aún seguía sola. Rechiné los dientes. Cerré los ojos con fuerza, no me quería ni imaginar la lástima que sentía Rebbeca por mí, por que ella me lo había advertido... No quise admitirlo en ese momento, por eso me lastimaba tanto ahora, porque no había admitido que le había cogido cariño a ese Phoenix. No...

Deseé que la tierra me tragara, pero no como la mayoría de la gente lo deseaba. No. Deseaba que me tragara por la corteza terrestre y me llevara hasta el centro donde pudiera derretirme rápidamente para no sentir el vacío en mi pecho; la horrible sensación de vacío que me recordaba el error que había cometido, el error de haber si quiera considerado la idea de que Damond podría alguna vez llegar a ser más que un simple idiota... Más que un amigo...

No...

Damond era un cretino y había cometido un terrible error al haberle dado una oportunidad de acercarse.

Sentí una mano apretar mi hombro, pero no me volteé, sabía que no era Damond... Pero no me quería encontrar con una mirada reprochante. No quería que Dylan me regañara.

No tuve que hacerlo, no necesité darme la vuelta para saber que Dylan estaba atrás mío. Pero igual lo hice. Me encontré con sus ojos azules, azules como el cielo por la mañana; no llenos de frialdad ni reproche, sino de tristeza y ¿compasión?... El rubio sonrió tristemente y rodeó mi cintura con sus brazos... Mi corazón se contrajo y en un intento desesperado por sentirme mejor, lo abracé con fuerza sintiendo su calor contra mí, unas lágrimas se resbalaron por mi mejilla ¿Por qué me sentía así si yo no apreciaba a Damond?

Sí lo apreciabas, pero no querías admitirlo.

No admitir que me estaba empezando a encariñar con el de ojos rojos fue mi peor error, porque cuando me di cuenta salí lastimada...

Haces demasiado alboroto por un chico al que conociste hace tan solo un mes... Deberías  calmarte un poco...

-Dylan.... yo... Yo, lo lamento... Tenías razón...- murmuré en un sollozo contra su hombro... Él no dijo nada, solo me abrazó más fuerte..

DYLAN

 De no haber sido por aquel abrazo de consuelo, estoy bastante seguro de que Tessa se hubiera dado cuenta de la inmensa sonrisa dibujada en mi rostro... Dios Santo, ser tan feliz debe ser ilegal...

Casi estallo en carcajadas cuando vi la cara de decepción al ver que el desgraciado de Phoenix no estaba en el pasillo. Pobre Tessie, ahora estaba sola traicionada y se sentía aprovechada por Damond... Que feliz que soy... Ahora es mi turno de acercarme más a ella. Ganarme la confianza de Tessa y torturar a Damond en un mismo día es una recompensa bastante buena...

Maldiciendo el DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora