Lo siento

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"¿Estás bien?" preguntó Samuel mientras me sostenía de la cintura, era la segunda copa de vino que bebía esa noche y pensé que podría manejarlo, pero al parecer, estaba teniendo problemas con los grados de alcohol en mi sistema, Guzmán parecía asimilarlo mejor, bailaba animadamente con Nadia, sin percatarse de mi malestar, cosa que me confundió, pues nuestra conexión debería haberlo alertado de mi condición.

"No estoy acostumbrada a beber" dije avergonzada, pero a Samuel no le importó, solo sonrió y me tomó de la mano "vamos, te conseguiré un poco de agua fría o un café, te hará sentir mejor", lo seguí hipnotizada, su tacto cálido hacía que una extraña sensación apareciera en mi estómago.

Caminamos hacia una de las mesas, la que antes era ocupada por Marina y Nadia, quienes ahora bailaban con los chicos en la pista, Samuel me ayudó a sentarme y me indicó que volvería pronto, así fue, traía consigo una copa grande con agua y hielos, "tómalo con calma", asentí y di el primer trago sintiendo como el calor que el alcohol había provocado disminuía.

"¿Mejor?", preguntó viéndome directamente, su mirada era penetrante, me desconcertaba la fuerza de su mirada, pero también me gustaba sentirla sobre mí, "mucho mejor, gracias", solamente sonrió y siguió observándome en silencio, su voz era ronca y reconfortante, y podía ver una sincera preocupación.

"Parece que se divierten" dije mientras señalaba hacia donde Guzmán y el resto de los chicos bailaban, quería desviar un poco la atención que Samuel tenía en mí, estaba empezando a ponerme nerviosa, además quería conversar un poco con él, y dejar de sentirme tan tonta por haberme emborrachado con dos copas de vino.

"¿Qué hacíais para divertirse en Londres?", esto era peor, no hacíamos nada para divertirnos en Londres porque nunca habíamos estado en Londres, esto era algo que Lu nos había repetido una y otra vez, deben estar preparados para improvisar, pues el momento había llegado, debía decirle algo convincente, además debía justificar mi falta de habilidad para manejar el alcohol.

"Pues en un internado no hay mucho para divertirse", otra técnica de Lu bien aplicada, el decir pero no decir nada, al parecer había funcionado pues Samuel parecía genuinamente sorprendido, "lo importante es que ahora estáis aquí y podemos divertirnos", no pude evitar sonreír ante su comentario, a pesar de todo me había divertido y mucho.

"¿Quieres salir un momento?", asentí embelesada al ver su mano alzada hacia mí, me levanté en automático y caminé detrás de él hacia la salida, dudé por un momento, pero Samuel haló de mí suavemente, así que di un paso más, di todos los pasos necesarios hasta llegar a la parte frontal de la discoteca, donde aún había personas en la fila esperando por ingresar.

Me abracé a mi misma pues la noche era fría y mi vestido con hombro descubierto hacía que el aire frío se colara hasta mis huesos, pero pronto la chaqueta roja de Samuel me cubría, su aroma me golpeó las fosas nasales, una deliciosa loción maderosa me abrazó, al igual que el calor que su cuerpo había dejado en la chaqueta.

Él sostenía la chaqueta frente a mí como intentando subir la cremallera, estaba cerca, demasiado cerca, levantó su rostro y esos hermosos ojos color chocolate se clavaron en mí, no pude evitar perderme en ellos, cuando bajé mi mirada fue como caer en otra trampa, sus carnosos labios rojos hicieron que un pequeño suspiro se me escapara.

Un beso...

"Lo siento"

Ángel de la guardaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora