"Lo estoy" aseguré, su voz era densa, las manos me temblaban, el corazón me palpitaba a una velocidad imposible, volvió a besarme y me aferré a su espalda, "espera" dijo cortando mi impulso y alterándome por su lejanía, "ven" dijo tomándome de la mano y obligándome a levantarme del sillón, tomé su mano y lo seguí a su habitación.
Me soltó justo en el momento en el que cruzamos el marco de la puerta, pude ver su torso desnudo y definido y por primera vez sentí la lujuria, de ángel pasé a cometer casi todos los pecados capitales, era tan extraño, cientos de luces iluminaron la habitación y sonreí, Samuel sonrió también y me tomó nuevamente de la mano y me condujo hasta su pequeña cama.
Con toda la seguridad que pude reunir quité mi blusa y me posicioné en el centro de la cama, recosté mi cabeza sobre su almohada y su varonil aroma impactó en mis fosas nasales, Samuel subió encima de mí y volvió a besarme, sus manos empezaron a recorrer mi cuerpo y a buscar el broche del sostén, luchó un poco, pero lo logró, estaba tan nervioso como yo.
Era su primera vez, era mi primera vez, así que algunos movimientos fueron torpes, había dudas de dónde poner las manos, pero no había dudas del sentimiento que nos invadía a ambos, lo deseaba, y él a mí, estiró su mano hasta el cajón de su mesita de noche y tomó un preservativo, húmedos besos bajaban desde mi cuello hasta mi ombligo.
Nuestros pantalones cayeron y solo dos finas telas de ropa interior nos separaban, podía sentir su erección contra mi pelvis y su boca succionando fuerte uno de mis pechos, mis uñas se enterraban en su espalda mientras me movía contra la presión que él ejercía en mí, "¿Samuel?" lo llamé, él levantó la vista con preocupación "no tan duro" susurré.
"Lo haré suave" dijo y volvió a su faena, el ruido metálico del empaque del preservativo hizo eco en mi cabeza, no había vuelta atrás, el aire se sentía cargado, sus roncos gemidos y mi respiración acelerada era el único sonido, "dime que me detenga y lo haré" dijo posicionándose entre mis piernas, "sigue" respondí.
Dolor, su duro miembro intentaba abrirse paso dentro de mí, "agh" me quejé, "lo siento" dijo con un hilo de voz, "sigue" insistí, sentí cómo algo se rompía dentro de mí y Samuel ahogó un grito mordiendo su labio inferior, mis uñas se enterraron más en su piel y un hilo de sangre corrió por mi muslo, sus embestidas eran lentas, suaves y su mirada nunca dejaba la mía.
Un calor abrasador y humedad hizo que empezara a sentirse bien, muy bien, lo besé con fuerza y afirmé sus caderas haciendo que fuera más profundo, ahora cada estocada era más fuerte, más intensa, más rápida, "quiero ir arriba" dije, no sé por qué pero lo dije, Samuel rio, pero no puso peros, unos segundos después me encontraba montándolo.
"No termines todavía" me dijo presionando mis caderas una y otra vez, "no lo haré" le aseguré, seguimos en ese vaivén por unos minutos más, hasta que no podíamos más, iba a estallar y él también, cerré los ojos con fuerza y presioné, "joder Carla" dijo, abrí los ojos y una mirada de adoración hacia mí con una leve sonrisa se dibujó en su rostro, ¡mierda!, mis alas.
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Ángel de la guarda
FanficCarla, un ángel guardián, cometerá un grave error que la llevará a cruzar camino con Samuel, el protegido de su hermano. *Los personajes no me pertenecen