CAP 2 -"Pelea"

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"Pelea."

Estaba temblando de pies a cabeza en los graderíos de la campo de lacrosse gracias al frío calador de huesos que, por lo menos yo, sentía. Y solo mi suéter era poca protección contra este.

Después de faltar a la práctica del miércoles, los chicos me dijeron que no me perdonarían si faltaba a la del viernes. Había traído un libro y audífonos para conseguir entretenimiento en lo que esperaba que mi mejor amigo se desocupara para dejarme en casa, pero la verdad este entrenamiento había resultado con muchos momentos graciosos dado que el querido capitán del equipo –Stan –estaba de muy buen humor (cuando andaba de malas no dejaba que sus muchachos pararan si quiera a respirar), y sorprendentemente optimista con respecto al partido del día siguiente. Así que los chicos estaban haciendo chistes y peleando en broma muy relajados. En cuanto a mí, no había sacado libro por estarme riendo. En las gradas solo estábamos yo, y otras tres chicas, novias de algunos de los jugadores.

Los chicos se acercaron a donde yo estaba porque en la grada frente a mí estaban todas sus botellas de agua, y en mi mochila yacían los teléfonos de los otros dieciocho jugadores que no tenían novia o ella no estaba ahí. Comencé a repartir los pocos que me pidieron revisar su móvil, entre los cuales estaba Chase.

Cuando este hizo contacto con mi mano, abrió los ojos.

–¡Por Dios, Saigie! ¡Te estás congelando! –Me dijo con alerta. Giró su cabeza a Hudson que se había quedado hablando con Stan a mitad de la cancha –¡Mourse! –El aludido volteó rápidamente –¡Sé hombre y tráele a la pobre Sagie tu abrigo, que parece un chihuahua!

Me hubiera gustado reírme de la manera en que lo dijo, pero el temblor en los labios no me dejó.

Un segundo después apareció Hudson con una chaqueta entre las manos. Dejó el stick a un lado, y me ayudó a ponérmela diciendo:

–Eres una terca, siempre te digo que traigas abrigo porque te conozco y sé que el suéter no te va a alcanzar –me reprochaba. Luego comenzó a hacer una imitación de mí: –. "No, Hudson, el suéter es suficiente, ya verás que hoy no me da tanto frío." –me dio una mirada de regaño –Te vas a enfermar.

–Hombre –lo miró Chase anonadado –, pareces su papá.

Me reí.

Hudson volvió a verme y soltó un suspiro antes de reírse también. Posteriormente ambos regresaron al campo para seguir entrenando.

Pasaron varios minutos de práctica cuando un celular sonó en mi mochila, reconocí que era de Nicholas Park, uno de los jugadores.

–¡Nick! ¡Te llaman! –le grité. Y sí, ese era el nivel de confianza que tenían en mí los chicos. Me hacía feliz y mentiría si dijera que no.

–¿Quién es? –me preguntó jadeando.

Vi la pantalla y dudé por un momento si decirlo o no.

Ellos me ponían en vergüenza todos los días gritando "Saigie" por los pasillos... Sí, ¿por qué no?

Cuando Nick me apremió con sus ojos, fue básicamente darme luz verde. Y cuánto lo sentía por él.

"Mi mamita, emoji de corazón" –Nick abrió los ojos al mismo que la sangre le inundaba el rostro y comenzaba a caminar a mi dirección.

El equipo soltó un comunitario "Awwwwwns" y luego se doblaron de la risa. Nick llegó hasta mi posición y yo le tendí el teléfono y musité "Lo siento" de manera bajita. Casi al mismo tiempo que él contestaba a su mamá, otro celular comenzó a sonar, pero este lo reconocí por el simple sonido sin necesidad de mirarlo, así que llamé al propietario.

ORIÓN: La realidad del planetaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora