Capítulo 7

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Después de hablar con Kevin y confirmar que la noche en la que sucedió todo, que nos quedamos dormidos en su terraza y que yo luego desaparecí, existió, me despedí y le colgué.
¿Por qué nadie recuerda a Jey?¿ Realmente me lo habré imaginado? No, no creo, si no ¿Por qué habría salido a la calle?
Y derrepente me vino a la cabeza el chico rubio, había estado en su casa, tendría que acordarse de mí y de Jey porque eran amigos. Hice memoria de la mañana en la que salí de su casa, si no recuerdo mal era una zona residencial, el número 63 de no se que calle. Intenté hacer memoria del camino hasta la casa de Kevin y pude medio recordar algunos lugares más - RIIIIIINNNNGGGGGG - aaaag el timbre de la siguiente clase, me puse en camino hacia mi aula.
 
Cuando llegué me senté en mi sitio y no me molesté ni en tomar apuntes, estaba muy nerviosa pensando en todo lo que estaba pasando. Mientras la profesora explicaba el proceso de momificacion en el antiguo Egipto yo estaba intentando localizar la maldita casa en Google Maps, pero fui interrumpida.
- Cchst, Maddie- le regalé una mirada llena de desprecio por haberme molestado, no estaba en mi mejor momento obviamente.
- ¿Qué quieres? - respondí antipáticamente
- Joder, solo un lápiz - saqué un lápiz y se lo dí.
 
Tenía ganas de que se acabara la clase, ya había localizado la casa y pretendía saltarme las dos últimas clases para ir.

-.... y no os olvidéis de que la semana hay examen, bueno, hasta mañana chicos.
Y nada más escuchar esas palabras recogí mis cosas lo más rápido que pude y me largué.

Durante el trayecto a la casa de aquel chico rubio, pensé en muchas posibilidades de lo que podría haber pasado. ¿Podría tener algún tipo de enfermedad mental que me hiciera tener alucinaciones? ¿Sería él un fantasma y yo una medium? Y miles de preguntas estúpidas pasaron por mi cabeza.

Y finalmente llegué, encontré esa puerta por la que había salido la última mañana que le vi. Me temblaban las manos, sentía que iba a desfallecer. A paso lento caminé hacia ella, intentando no caerme al andar. Y llamé.

Nadie abría la puerta e insistí una vez más.
Nada.
Me faltaba el aire, este era mi único camino, no había otro.

- ¡JODER! ¡QUE ALGUIEN ME ABRA LA PUÑETERA PUERTA! - grité desesperadamente sin saber que más hacer. Y llamé agresiva y repetidamente.

                             .      .       .

Y por fin alguien me abrió, sentí que la presión del pecho se iba, ya podía respirar.

- Joder, ¿Tienes algún tipo de problema? - soltó la persona que me abrió la puerta- ...anda... Si eres tú.

Era él, el rubio. - ¿Donde esta?¿Donde esta Jey y porque nadie le recuerda?- solté sin ni siquiera decir hola.






Bueno he vuelto, otra vez. Siento desaparecer tanto, pero es lo que tiene el curso en el que estoy. Lo siento. Espero que os esté enganchando la historia :D. Y bueno si os está gustando no olvidéis darle a la estrellita y compartirla. Muchas gracias ʕ·ᴥ·ʔ

~Kai <3

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