Male companion ¦ KSJ+JJK

»cinco;

»16:20 pm»

Ha pasado una semana desde que Jungkook y yo comenzamos... sin salir.

Es tan insistente en que seamos fríos y cómodos el uno con el otro que incluso me invita a regresar a su casa después de mis trabajos, incluso si es muy tarde en la noche.

— El código para entrar por la puerta es 0-1-9-9-7... o P-A-I-N-T, que es el programa malvado que inició mi adicción a los gráficos.

Su código de casa. Me dio su código de casa. Solo conozco a Jungkook desde hace una semana y él... Bueno, si hay algo que he aprendido, es que él –está atravesando un tiempo– en su vida, y lanza cada mililitro de oro de precaución a los fosos de mount doom, porque actúa como si ya estuviéramos casados.

— ¿Puedes recoger medio galón de leche de camino aquí? —Me contesta unos segundos después de que derrame mi carga en la boca de un cliente.

Le devuelvo el texto:—. ¿1% o 2?

¿Los novios no celebran los aniversarios de una semana? Han pasado tres días enteros desde que puse un pie en mi propio apartamento cuando me invité a la casa de Jungkook el sábado por la tarde. Necesito una ducha mal, pero cuando llego al pie de las escaleras, grita mi nombre.

— ¿Qué pasa? —Llego a la parte de atrás del sofá, me inclino sobre él para encontrarlo acurrucado con una manta que lo traga, solo su cabeza y una mano que agarra el control remoto que sobresale.

Él me mira—. ¿Crees que fui estúpido y que debería haber entrado en el negocio?

Me siento en el brazo del sofá, justo a sus pies. Nunca he hecho lo de los novios, sin embargo, tengo la práctica de hacer conexiones instantáneas con mis clientes, por lo que todo este asunto de la relación a la velocidad de la luz me resulta muy fácil.

Le doy un masaje en los pies cubiertos, lo tranquilizo y respondo;—. ¿Crees que debería haberme quedado en la escuela secundaria... o haber asistido a la universidad? ¿Ofrecen siquiera una especialización en complacer a la gente?

— Se llama política. —Compartimos una risa, el control remoto colgando cojeando de su mano mientras gira su cabeza para mirarme—. Estoy heredando mucho de mi papá. No tengo que trabajar un día en mi vida, nunca más. Podría apoyarte. —Sus ojos se dirigieron hacia abajo, desolados, aterrorizados de repente.

Quiero mantener las cosas ligeras. Desde el primer día en el bar, tuve la impresión instantánea de que la razón por la que le gustaba era que disfrutaba de mi dureza, de la energía de mi amigo, de mi actitud fría. Casi en la forma en que un cliente deja ver en qué está ‘metido’, me doy cuenta de eso y me comporto en consecuencia.

Como Jungkook es solo otro cliente que estoy satisfaciendo. A veces, ni siquiera sé realmente quién soy. Este negocio ha sido una parte de mi vida durante tanto tiempo, ni siquiera sé en qué estoy metido.

— Un poco deprimente, —admite—. No importa lo bueno o malo que sea mi arte.

— Bueno, no lo haces para ganar dinero. Haces lo de los gráficos porque te gusta, ¿verdad? A la mierda si se vende o no.

— No funciona así, cariño. —Me sonríe, como pidiéndome disculpas por llamarme ‘cariño’, aunque me gustó cómo sonaba la palabra—. La gente me paga para hacer trabajos de gráficos. Pagan por adelantado, y yo hago el trabajo de gráficos y lo entrego. No soy pintor. No golpeo la pintura en un lienzo haciendo un país de maravillas del desierto de Bob Ross, lo cuelgo en una galería y rezo para que se venda.