《Capítulo 19》

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Yoongi estaba en la cama leyendo el libro "Almendra", intentando cansarse lo suficiente como para quedarse dormido cuando oyó un grito en el dormitorio principal.

-¡Minnie!

Se levantó de un salto y corrió por el pasillo a oscuras hasta llegar a la
habitación.
Jimin estaba en medio de la cama, hecho una bolita, llorando.

-No, Kai, por favor... Por favor...

A Yoongi se le encogía el corazón al verlo así.
Una cosa era que su madre le
hablara del monstruo de su primer marido, otra muy diferente verlo en aquel estado.
Pobrecito. Pobre Jimin...

Tenía que despertarlo, hacerlo olvidar los horrores de pasado. Hacer que viera que Kai ya no existía, que estaba muerto y el estaba a salvo.
Con él.

-Jimin -dijo en voz baja.

El abrió los ojos del golpe.

-Soy yo, Jimin. Yoongi, tu marido. ¿Te acuerdas?

-¡Yoongi, oh, Yoongi! -exclamó el pequeño, cubriéndose la cara con las manos, temblando de forma incontrolable.

El corazón de Yoongi se llenó de amor y del deseo de demostrarle ese amor. No
sexualmente, pero sí físicamente.

-No pasa nada, cariño, estás a salvo -murmuró, metiéndose con el en la
cama y abrazándolo.

El se puso tenso, pero luego se apoyó en su pecho, llorando amargamente.

-Yoongi -murmuró-. No eres Kai.

-No, cariño, no.

-No eres Kai.
-Calla, amor. No llores.

Cuánto tiempo habían estado así, abrazados, en silencio, Yoongi no tenía ni idea.
Podían haber sido quince minutos, quizá más. No estaba aseguro.
Y tampoco supo cuándo el deseo de consolarlo se había convertido en el deseo
de seducirlo.

Un deseo que apareció de forma sediciosa, sin que se diera cuenta. Estaba
fieramente erecto y no podía controlarse teniéndolo tan cerca...
Empezó a besarlo en la boca, despacio al principio y luego con una pasión que
no podía contener.

Jimin se quedó inmóvil un momento, pero luego se relajó, se dejó caer sobre
él, dejó que lo besara...
Yoongi estuvo a punto de lanzar un grito de triunfo por esa rendición. Podía no
recordarlo conscientemente, pero su cuerpo sí lo recordaba.
Estaba diciéndoselo claramente, la lengua de Jimin tan ávida como la suya.

Jimin gimió suavemente cuando se apartó, como si quisiera más, como si no
pudiera soportar la separación.

-Jimin, quiero hacer algo más que besarte -dijo Yoongi-. Dime si quieres
que siga.

El no dijo nada. Sólo lo miraba.
Yoongi contuvo un gemido, mirando la silueta de sus pezones marcada bajo la
tela del pijama. Sí, su cuerpo lo deseaba. Pero, ¿y su mente? ¿Podía pensar con claridad? ¿No estaba aprovechándose de su deseo de tener a alguien cerca?

Hombres y mujeres habían usado el sexo como instrumento de consuelo desde
el principio de los tiempos.

-Di algo -insistió, su voz preñada de deseo.

Pararía si el se lo pedía. Lo amaba demasiado como para hacerle daño,
emocional o físicamente.

-Sí -dijo Jimin en voz baja.

¿Sí? ¿Sí qué?
-¿Quieres que pare?

-No.
No.
No quería que parase. Que alguien admitiese querer hacer el amor con él
nunca había sido tan importante para Yoongi.

Sin recuerdos {Yoonmin} 《TERMINADA》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora