🅰🅳🆅🅴🆁🆃🅴🅽🅲🅸🅰
Primera versión de "Plushophilia"
NO esta terminada y NUNCA será terminada.
Veanlo como la versión Beta con ortografía y narrativa mal hecha.
Temática sobre comportamientos, pensamientos, ideologías y relaciones no sanas. (...
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—Gracias –agradecí bajando del taxi. Parandome enfrente del banco.
Tomé mi bolso con fuerza y entre. Camine hasta la caja y ahí, hable para retirar el dinero. Me lo entregaron pero también un sobre con una carta.
—¿Y esto? –pregunté.
—El remitente pidió te lo entregaramos –respondió.
Papá. Fue lo único en lo que pude pensar. Agradecí y decidí sentarme en la sala de espera para leer la carta.
Este es tu ultimo envío hija. Te toca comenzar a trabajar, de ahora en adelante solo te depositare la mitad e irá bajando. Lo demás lo pones tu Asi que ponte las pilas y hazlo. Yo se que puedes Dime ¿cuando no has podido algo?
Te quiere, papá.
Rode los ojos y guarde la carta, salí de ahí guardando el dinero en mi bolso, sujetandolo fuertemente. Llamé un taxi pidiéndole me llevara de vuelta hacia la torre departamental. Al llegar page por él, salude rápidamente a Ángel y al llegar a mi apartamento guarde mi bolso, me servi un vaso de refresco y decidí llamar a papá.
—¿Bueno? –se oyó la voz de mi padre del otro lado de la línea.
—¿Por qué una carta por correo cuando puedes llamarme o mandarme un mensaje? –fue lo primero que solte hablando en español y me lancé al sofa con el teléfono en la mano y el vaso en otro.
—Sabes bien que no soy muy bueno con los teléfonos hija, y menos si no estas tu –me respondió.
—Si pero que te cuesta pedírselo a mis primas –le dije sonriendo de lado.
—Bueno no se enoje, la próxima vez llamaré –dijo y lo oí soltar una risita–. Por cierto ¿vas a conseguir trabajo?
—Ya lo hice –respondí sonriente.
—¿Ya ves? Hasta me ganas, siempre vas a un paso adelante —sonreí por su comentario.
—Tu me enseñaste que uno tiene que no acostumbrarse ni aferrarse a las cosas porque rápidamente se pueden ir –bebí un poco del vaso y carraspe la garganta–. Aprendí de el mejor.
—Si, y por eso te fuiste de la casa lejos y rápido –sentí melancolía en sus palabras y me llene de culpa–. Por cierto... ¿De qué trabajas ?
—Unos días trabajo de medio tiempo en una cafetería y otros voy un par de horas con un grupo de niños a darles clases de español, sus papás me pagan bien –respondi–. Incluso he pensado dejar la cafetería y dedicarme totalmente a esos niños –adheri.
—Te mueves rápido hija, de por sí ya estás más lejos que cualquiera en la familia. Pero no has llamado mucho últimamente.
—Apenas es el primer mes y ya fue temporada de pruebas –me defendí.