Capítulo 11

2.6K 125 124
                                    

Desperté por inercia

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Desperté por inercia. La cabeza me dolía y la luz del sol no ayudaba en nada. 

Mi teléfono sonó, lo encontré en la mesita de noche y con la vista borrosa conteste a quien quiera que fuera. 

—¿Diga? -hable con voz somnolienta y algo ronca. De seguro y por apenas haber despertado. 

—¡____! -era la voz de Maddie-. ¿A dónde te fuiste? ¡Te perdí de vista en la fiesta! 

Me restregué los ojos y desperté por completo. Pero al enderezarme de la cama sentí un dolor en mis caderas, mis muslos y mi cuello. Solté un pequeño quejido de dolor. 

—Estoy en mi departamento -respondí ronca, cosa que a mi me sorprendió y me hizo de inmediato tocar mi garganta. 

—¿Estas enferma? -preguntó-. Ahhh, ya veo, encontraste a alguien y por eso estas así -concluyó y me sorprendió. 

—¿Qué? -pregunté sin entender. 

—De seguro y estas agotada, duérmete y descansa, el dolor se te pasará en menos de tres días, si es que él no te taladró. Le avisaré a los profesores que no vendrás, tomaré notas por ti. Te quiero~ 

Maddie colgó inmediatamente y ni responder me dejó. 

Mire mi alrededor, estaba en mi habitación, y mi departamento. Pero comencé a sentir frío y mire mi cuerpo. 

Estaba desnuda, mi cuerpo, masacrado por marcas, mordidas y chupetones. Rápidamente lo recordé todo. Lo había hecho, con mi peor pesadilla hecho hombre. 

Oculte mi rostro en las sabanas, demonios, después de tantas fantasías y sueños lo había conseguido. Y ahora me duele como el infierno. 

Intente levantarme de la cama, usando una sabana para cubrir mi cuerpo, sintiendo pequeños pinchos en mis caderas y muslos. Pero cuando me levante, sentí un verdadero dolor, peor que cualquiera de mis menstruaciones. 

Pero ahora que pensaba en mi período, si lo hicimos, eso quiere decir que... ¿uso protección? Me alarme gigantemente. Tomé mi teléfono y mire mi calendario, recordé que estaba muy cerca de él. 

Recordé también lo que había aprendido de ese asunto, mientras más cerca de la menstruación esté, menos probable era quedar embarazada. 

—¡Agh! -solté un quejido y me caí al piso. 

Estuve unos momentos así, pero nadie respondió, me desilusione por un momento y tristeza me invadió cual veneno. Resignada e intentando no llorar, me levante apoyándome en la pared y los objetos, sin dejar de quejarme. 

—¿Qué pasó? -oí preguntar a una voz y me quedé estática al ver quién era. 

No era posible, no podía ser. 

Vestido con solo un pantalón, él estaba ahí, parándose algo alarmado en la puerta de mi habitación. Con cada paso lento que daba para acercarse a mí, lentamente caía y me quedaba sentada en el piso, aferrada a la sabana que cubría mi cuerpo y soltando un quejido, hasta quedar a centímetros de distancia. 

𝔼𝕟𝕗𝕖𝕣𝕞𝕒 ℕ𝕖𝕔𝕖𝕤𝕚𝕕𝕒𝕕 [𝘾𝙝𝙪𝙘𝙠𝙮 𝙮 𝙩𝙪]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora