HP︙La sorpresa se reflejaba en la mirada de todos los alumnos y profesores que vieron entrar al Niño-que-vivió con un niño en brazos de aproximadamente dos años.
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Harry se encontraba sentado en el despacho del director, en frente estaba el actual director de Hogwarts Albus Dumbledore, a su lado la profesora McGonagall y al otro lado el profesor Snape. Después de la comida fue llamado por parte de su jefe de casa, como Harry bien suponía ha hablar de su hijo.
⎯ Inaceptable, señor Potter⎯ habló la profesora McGonagall⎯.
⎯ No te adelantes querida, dejemos que el señor Potter expliqué está nueva... situación⎯ habló Dumbledore.
Harry relató con detalles lo ocurrido durante el verano, des de la llegada de la bonita señora hasta el nuevo trabajo y su nueva independencia adquirida, a medida que narraba lo ocurrido la profesora McGonagall soltaba algún comentario como "Inaceptable" o "Sólo es un niño", Albus le miraba decepcionado y, curiosamente el único que no parecía juzgarle con la mirada fue Snape que se mantuvo inexpresivo.
⎯ Harry, muchacho, acaso no sabes lo peligroso que puede ser traer a esa criatura a Hogwarts, justo después de que Voldemort haya vuelto⎯ le miraba afligido, pero por primera vez Harry no creyó que estuviera velando por la seguridad de su hijo, su adquirido instinto paternal no creía ni una palabra del director⎯. ¿O acaso olvidas la muerte de Sirius?⎯.
El viejo sabía dar dónde dolía, debía admitirlo, la furia burbujeaba por la sangre de Potter, pero se mantuvo sereno, no dejándose llevar por primera vez por sus emociones.
⎯ No lo olvido señor, pero es mi hijo y ahora mi responsabilidad, además, tengo entendido que Hogwarts es el sitio más seguro, así que creo conveniente que los dos, tanto mi hijo como yo estemos aquí⎯ hizo una pausa como si estuviese pensando⎯ . Aunque, si veo que hay inconveniente, lo mejor será que me vaya, quizá vaya a estudiar a Dumbstrang o Beaxbautons⎯ .
⎯ Harry muchacho, no digas eso⎯ empezó Dumbledore de vuelta con su cara de bonachón⎯ . No hace falta ir a esos extremos. Hablaremos con el personal para ver como podemos organizarnos con esto del bebé⎯ a pesar de que las palabras de Dumbledore decían una cosa, sus ojos reflejaban otra cosa, se notaba que no estaba cómodo con la nueva situación.
Desde un principio ya sabía que Harry iba a ser un peón en su juego. Con Lily y James fuera de su camino era todo más fácil, Harry estaba destinado a ser el Salvador del Mundo Mágico, pero sabía que el adolescente no los salvaría por su cuenta, así que su mejor opción era llevarlo con sus insufribles tíos y que no sintiese ningún sentimiento de amor. Durante estos años le había salido bien, la familia Weasley y la señorita Granger estaban también en el plan, todos recibían una buena cantidad de galeones por ser amigos de Harry.
Todo iba bien hasta que apareció ese pequeño monstruo, ese bebé, estaba desconcentrando a Harry de su objetivo, Voldemort, y no sabía como pararlo. Pero él mismo sabía que de momento no podía hacer nada, no quería que su peón más importante se moviese de su lado, así que de momento le daría el placer de tener al crio a su lado.
La mirada del del director asustaba a Harry, esa mirada fría y calculadora no le estaba dejando dormir, ¿En qué estaría pensando el director?, ¿Porque de repente le pareció que lo estaba usando? ¿Y con qué fin? Sus pensamientos fueron interrumpidos por los llantos de James en la habitación de al lado.
Le habían proporcionado una torre del castillo que cubriera con todas las necesidades para el pequeño y para él. Tenía una pequeña cocina con una isla y taburetes de madera al lado, un salón con una chimenea, un sofá de cuero rojo granate y sillones del mismo color, estanterías con diferentes libros infantiles y de todo tipo de magias. Una de las puertas daban acceso a la habitación de Harry, con un armario grande de roble oscuro en la parte derecha y una cama de matrimonio con sábanas granates en el centro, en lado izquierdo había un escritorio donde podría estudiar tranquilamente y al lado del escritorio una puerta que daba paso a la habitación de James, en este había un cambiador (que había comprado Harry en el mundo muggle), una cuna y un mueble con los juguetes favoritos de Sirius. Por último y no menos importante el pequeño piso tenía un baño con una ducha y una bañera para asearse, un retrete y un espejo con un lavamanos.
Se levantó para ver qué le pasaba a su hijo, fue hacía su habitación y lo encontró de pie en la cuna llorando, al verlo dejo de llorar y estiró las manitas hacia él. Con un suspiro lo cogió en brazos y se lo llevó a su cama. Aún eran las tres de la mañana, demasiado pronto para despertarse, así que con Sirius en su pecho abrazándolo se durmieron ambos.
Harry evitó a toda costa ir a desayunar al Gran Comedor, suficientes cuchicheos y miradas recibió en la cena, por ello preparó un rico desayuno para él y para Sirius, Harry optó por unas tostadas de mermelada de frambuesa y un zumo de calabaza, en cambio para su pequeño un biberón de leche y una galleta, ahora que le estaban creciendo los dientes le vendría bien morder algo.
El inicio de clases fue un caos, por dónde iba Harry le miraban y señalaban, aunque a Sirius parecía divertirse porque sonreía a todo el mundo, sobre todo cuando varias alumnas se acercaron a Harry insinuándose que el pequeño bebé necesitaba de una madre.
Su primera clase de esa semana era pociones con Snape, un aula con el profesor que más le odiaba, junto con todos los de Slytherin y Draco, Harry quería tirarse por las escaleras de solo pensarlo.
⎯ Vaya Potter...⎯ se escuchó una voz detrás de él⎯ . Te veo muy solo, ¿Dónde están tus fans, Weasley y Granger?⎯ dijo con burla.
⎯ ¿Qué quieres Malfoy? No tengo tiempo para tus burlas⎯.
Draco se acercó a Sirius, Harry cogió su varita disimuladamente, por si tenía que hechizarlo.
⎯¿ Así que este es tu hijo?⎯ le miró de arriba a abajo y el niño estiró una mano hasta coger del pelo a Malfoy y estirar con fuerza⎯ . ¡Maldición Potter!
La puerta de pociones se abrió en ese momento y Severus Snape miró la escena sin inmutarse.
⎯ Potter, 10 puntos menos y castigo por agredir a un alumno⎯ sentenció.
⎯ Profesor, yo no he hecho nada, mi hijo...⎯ .
⎯ No ponga excusas, tú te encargas de su educación, ¿no? Si no puedes controlarlo es tú problema⎯ .
Maldito Snape, pensó Harry, ese idiota no sabía lo difícil que era no llamar la atención con un bebé como para ridiculizarlo delante de todo Slytherin.
⎯ Este va a ser un año largo⎯ suspiró en voz baja entrando el último al aula de pociones.
