Mi linda Penny ~ Talenny

Capítulo 12: ¿Felices?

Ya habían pasado varios días, todo parecía estar muy bien en el CG. La situación había mejorado mucho.

Talon y Penny disfrutaban cada momento juntos. Salían casi todas las noches luego de trabajar.

Esa mañana, en la sala de entrenamientos, ambos jóvenes practicaban sus técnicas de pelea. Era como recordar sus peleas pasadas, pero sin rivalidades.

–¿Sabes? Es mucho mejor entrenar contigo que con un holograma de ti–dijo Penny riendo mientras practicaba sus movimientos

–¿Ah si?–dijo él en una pose de combate– ¿Y un holograma puede hacer esto?

Sin previo aviso, la agarró por detrás y la lanzó contra el suelo, cayendo él también con ella. Ambos quedaron frente a frente en el piso.

–Sí, pero ¿sabes qué no puedo hacer con las simulaciones?– contestó ella con una mirada pícara– Esto

Inmediatamente le dió un beso en los labios. Un beso cálido y reconfortante para ellos. Se detuvieron unos segundos para mirarse y continuaron con los besos. En ese momento, habían olvidado completamente lo que había a su alrededor.

–¡Ejem! –se escuchó a alguien aclarándose la garganta a propósito

Rápidamente se separaron. Eran Kayla y el Profesor.

–¡Uy! Cuidado que se coman, jefecitoss –mencionó Kayla cruzando los brazos– Mejor busquense un hotel o algo.

La morena y el científico reían ante la escena.

–Lo siento, chicos estábamos entrenando y...

–Mejor capturo este momento– y el Profesor sacó una foto a Talon y Penny

–Vamos a desayunar, chicos– mencionó Kay.

Talon y Penny se levantaron algo sonrojados.

Ambas parejas se dirigieron a la cafetería.

....

Luego de un largo día de trabajo en el Cuartel, Penny se dirigió a su casa.

Estaba exhausta.

Se encontraba acomodando su habitación y revisando algunas cosas.

–¿Quién diría que esto iba a pasar? –dijo ella mirando la foto que tenía en su cajón de Talon y ella. Aquella foto que ambos guardaron tanto tiempo.

–Penny, un amigo tuyo vino a buscarte– dijo Gadget entrando a la habitación.

Ella guardó la foto rápidamente y salió a ver.

Abrió la puerta y se encontró con él. Le sonrió tiernamente.

-¿No es suficiente con verme todos los días en el Cuartel?–mencionó ella apoyándose en el marco de la puerta

-Para nada, preciosa–dijo acomodándose el cabello– ¿No te gustaría ir a bailar esta noche? Sé de un lugar espectacular, la pasaremos genial

–No creo que sea buena idea–contesta rascándose la nuca

–¿Qué dices, linda?