7. SEGUNDO INTERMEDIO - PARTE FINAL

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- "El pasado es lo que recuerdas, lo que imaginas recordar, lo que te convences en recordar, o lo que pretendes recordar" Harold Pinter

********************************************************************************************** Aclaraciones: esta es la parte final del segundo intermedio, me disculpo si le llega a parecer aburrido o tedioso, pero es necesario para entender cosas en el futuro. ***********************************************************************************************

Bajo el cielo estrellado, con la luna reflejándose en un estanque artificial, entre oraciones y canticos entonados por los pobladores, los restos de los soldados caídos en la reciente revuelta junto a los del que alguna vez fue el Rey de Karasuno desaparecían del mundo terrenal. Un hombre mayor se para delante de la hoguera con sus brazos abiertos, en su mano derecha sostiene un báculo de plata con una gema cuadrada enzarzada en la punta; de pie frente a las personas que lloraban las pérdidas que la reciente revuelta había dejado, se dispuso a hablar:

- Las flores nacen, después se marchitan. Las estrellas brillan, algún día se extinguen. Esta Tierra, el Sol, las galaxias y hasta el mismo gran universo, algún día también se destruirán*- su voz resonó con compasión entre los presentes, su discurso era escuchado con atención por los dolientes en busca de un poco de consuelo a sus almas acongojadas por las pérdidas - Comparado con eso, la vida del hombre no es más que un parpadeo, un escaso momento* - reflexiona el sacerdote - las personas nacen, ríen, lloran, luchan, son heridas, sienten alegría, tristeza, odian a alguien, aman a alguien. Todo en un solo momento y después, son abrazados por ese sueño eterno llamado muerte* - su voz se suaviza mientras lo dice, sabe que lo que dirá puede doler e incluso ser tachado de crueldad, sin embargo, también sabe que todos los presentes necesitan asimilar la realidad para poder avanzar - así que no pierdan su tiempo llorando el pasado ni llorando el futuro. Vivan sus horas, vivan sus minutos, porque alegrías son como flores que la lluvia mancha y el viento deshoja** - y mientras con amargura los presentes aceptan las palabras sabias del hombre le ven girar hasta quedar frente a la fogata, extender el báculo que sostenía con su mano izquierda y para continuar con su discurso - Así que, en nombre de los Espíritus de la Tierra y el Agua, yo, Tanji Washijō, Sacerdote de los Templos de la Abundancia, doy el beneplácito del descanso eterno a sus almas atormentadas - la fogata rugió con fuerza justo antes de que la explotar de tal forma que las llamas se extendieron en un columna hasta tocar el cielo, iluminándolo todo, antes de apagarse en su totalidad, sumiéndolos en la oscuridad con la voz del sacerdote escuchándose resonando a través de ella mientras dice - que Shinsuke-sama y Atsumu-sama les reciban entre sus brazos y cuiden de sus almas hasta que les toque volver con sus seres querido en su siguiente vida - finalizando el ritual de entierro con estas palabras.

- Así sea - fue el coro general de todos los presentes. Justo después pequeños farolas fueron encendidas alrededor de la aglomeración, devolviéndoles poco a poco la visibilidad. Washijō seguía en su lugar, sin embargo, tras hacer un suave ademan con su mano libre, otro hombre mayor, seguido de Daichi y Yui caminaron hasta llegar a su lado, Washijō le cedió la palabra a su congénere mientras el regresaba a su lugar junto a Yoriko, en la parte de atrás de la aglomeración.

- Y como el otoño, que se encarga de la renovación, da sucesión al invierno, que se encarga del descanso y la preparación, nuestra primavera debe comenzar una vez más - comenzó a decir el , posicionándose detrás de ambos pelinegros - Como lo dictan nuestras tradiciones, ahora que el Rey Kichiro ha ascendido a la inmortalidad, es nuestro deber proclamar a aquellos que asumirán el rol de nuestros nuevos líderes, por eso esta noche con ustedes y los Espíritus de Agua y la Tierra como testigos, les presento a Daichi Sawamura y, su prometida, Yui Michimiya, como candidatos para ser los nuevos Reyes de Karasuno - dijo mientras veía como los mencionados se ponían de rodillas frente a todos - juzguen con su corazón si estos jóvenes son dignos de su confianza... - fue el mandato del sacerdote, sumiéndolos en el silencio, a la espera de alguna protesta.

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