Soldados Contra El Mundo (Tord y Tú)❤ [LIBRO 2]

3. ¿Qué haces?

Narra Tord Jr:

Al mamá poner la mochila de explosivos sobres mis hombros me fui saltando alegremente hacia la escuela. Era mi primera vez bombardeando una escuela, no voy a negar que estaba algo nervioso. Aunque los nervios es lo que mejor se me da en ocultar.

Recargué mi pistola de entrenamiento y aseguré que mis dagas de emergencia estuvieran en mis bolsillos y mis botas. Todo listo para mi primera gran misión.

¡¡Aaaaaaaah estaba tan emocionado!! Desde el día en que nací, mis padres habían estado trabando para este día, entrenándome para ser el mejor soldado que haya habido en la historia. Siempre me encantó la idea de ser el hijo de un futuro dictador, pero más me emociona el ser el heredero... ¡Mejor aún que papá!

A penas a mi edad, ya era mucho mejor con la pistola que muchos de los soldados que llevaban años entrenando. Era como un juego para mi. Me imagino que eso ocurre cuando en vez de un peluche te regalan una granada de juguete, dagas, y armas. No conocía otro idioma que no fuera la violencia. ¿Es normal en un niño como yo verdad? Después de todo... ¡Mi padres no son más ni nada menos que LOS LÍDERES ROJOS!

Caminé por la ciudad la cual estaba comenzando a ser controlada por el caos. Todos los soldados estaban enfocados en sus misiones, pero claro, cada vez que pasaba por su lado el hijo del líder, dejaban todo lo que hacían nada que para saludar con un gesto de respeto, como en la armada.

Era sorprendente como el desorden y la crisis no había llegado aún a las escuelas... ¡PERO NO POR MUCHO JAJAJAJA!

Tan pronto llegué a la entrada ni siquiera preguntaron quién era, me dejaron pasar como a cualquier otro estudiante. ¡Joder que fácil! Sin embargo al llegar me encontré con una gorda señora que bloqueaba mi camino.

-Eeeeh disculpe doña necesito ir al centro de la escuela, ¿donde está exactamente?-

-¡¿Doña?!-

-O Gorda vieja, como usted guste-

-¡Oiga jovencito! ¡¿quién te crees que eres?! ¿De donde has salido tú?-

-¿De mi casa?-

-Muy gracioso, ¡Ahora vuelva a su salón de clases o si no se irá a detención!-

-¿¿Deten-qué??-

-Vamos vamos, ¿Cuál es tu aula?-

-Mira gorda fea no se de que está hablando pero no tengo tiempo para esto. Si no me dirá dónde está el jodido centro de la escuela pues lo buscaré yo- Dicho esto traté de rodearla, pero la puta vieja esta era enorme. Como si hubiese dicho algo terrible, la doña se enfureció y me tomó del brazo con mucha brusquedad.

-¡Ya está, te la buscaste! ¡Te vienes conmigo a detención AHORA MISMO!-

-¡Ey, ey, ey! ¡¿que crees que haces maldita?! ¡¿No ves que tengo una misión de explotar la puta escuela?!-

-¡Ya me hartaron tus chisques mocoso, ahora vas a ver!-

La jodida vieja era tan grande que me levantaba del suelo de manera que me era demasiado difícil tomar alguna de las armas que llevaba conmigo para así deshacerme de ella. Una vez que llegamos a la supuesta detención, me sentó en una silla al lado de una niña que parecía estar perdida en el espacio, pero que en el momento no le hice mucho caso.

-Que horrible oficina- Dije cruzando mis brazos y echando mi cuerpo hacia atrás en la silla.

-¡Horrible es tu desagradable forma de hablar! ¿Acaso no sabes que soy la directora? ¿Tus padres no te enseñaron a respetar a los adultos?-