CAPITULO 2

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POV ANASTASIA

El teléfono suena y suena ¿Dónde estás que no atiendes demonios?

-Hola

-¿Papá?

-¡Ana por dios!

-Escucha bien que no tengo tiempo...

-Ana

-¡Solo escucha por favor! Estoy bien pero no quiero que Christian me encuentre, así que solo puedo llamarte por pocos momentos. Estoy bien y estoy buscando trabajo, cuando todo se acomode me iré a vivir contigo de nuevo

-Ana que bueno escucharte hija...

-No le digas a nadie, solo a mamá y por favor procura que ella tampoco diga nada... los amo y los extraño... no se lo digan a Christian por favor, por favor, prométemelo

-Te lo prometo Ana

-Adiós papá.

Lloro. No puedo creer que me tome un autobús a otra ciudad solo para hablar con papá. ¡Maldito Christian Grey! Camino un rato. Hace una semana que no salgo del hotel. Richard es muy atento y me cuenta que Taylor lo llama para preguntarle por mí. Son dos caballeros. Tomo un té. No como nada, seguro que he adelgazado varios kilos pero no me importa, ya no tengo nadie que controle mi peso ni lo que como y sí que es bueno eso. Cuando llego al hotel y me acuesto, todo en mi lo extraña. Su aroma, sus besos, su cuerpo. Mi cuerpo lo extraña, extraña no sentirlo dentro de él. Me voy a volver loca. Eso es lo que me va a pasar. Amo a ese hombre ¿Qué voy a hacer para olvidarme de él?

POV CHRISTIAN

Mi madre llamó. Quiere que vaya a comer a casa el fin de semana que viene. Ha pasado toda una semana y yo apenas me puedo mover. Le prometo que voy a ir. Pero ahora tengo que hacer algo más importante. Quiero mirar mi cuarto blanco. Mande a comprar algunos pocos muebles. Y finalmente entro. Lloro nada más abrir la puerta. Los seis retratos con la cara de Ana me recuerdan su ausencia. En un pequeño lugar está colocado el anillo de compromiso y en otra mesa, una rosa blanca, pura e inocente como ella. Me arrodillo porque mis piernas me tiemblan y sigo llorando... la perdí, la perdí para siempre y mi dolor es inmenso... más inmenso que el departamento, más inmenso que todo el cielo.

Taylor me lleva a la casa de mis padres. Todos abren sus ojos cuando me ven. Ahí están Kate y Ethan Kavanag... no los veo desde hace ya rato y no quiero escuchar a Kate hablándome mal porque esta vez la voy a mandar al infierno sin importarme si Elliot se enoja conmigo. Mamá  tiene la mano en la boca como ahogando algo. Me duele horriblemente la cabeza.

-Hola a todos- digo entrando al salón

-Christian...

-Ya se mamá estoy desmejorado, pero bueno, estoy así... no quiero hablar de ello por favor. -Comienzan a hablar de temas banales. Papá habla de sus casos, Elliot de un complejo que le pidieron remodelar. Mia acerca de su curso, Kate sobre la pasantía que está haciendo y Ethan sobre deportes. Traen la comida y a mí el estómago se me da vuelta del asco

-No, no, para mí solo café dulce y tostadas de pan negro

-Hijo

-Es lo único que puedo soportar. El resto lo devuelvo

-¿Desde cuándo?

-Desde que ella se fue- y sin importarme una mierda lo que vayan a pensar... lloro. 

Ahí sentado, con toda mi familia, lloro en silencio, por su ausencia, porque la extraño, porque mi vida ya no tiene sentido. Mi madre se acerca, me besa la frente y me dice que lo siente. Siento sus lágrimas en mi pelo. Y sencillamente, no puedo parar  de llorar. Ella me lleva hasta una de las habitaciones de la casa y pide que me lleven lo que les pedí así como al menos algo

Christian Grey, 50 sombras y luces parte IIIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora