Capitulo X: 11 minutes

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❝¿Tienes planes para mañana?❞
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❝¿Tienes planes para mañana?❞✧*̥˚─────────────

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Han pasado dos meses, ya era Junio. Todos sabían sobre la pandemia mundial e inclusive los países debieran mantener su aislamiento aunque en aquella isla artificial no había casos de infectados pero más valía prevenir.

El aislamiento fue una completa tortura para Bolivia quien aún no podía sacarme de su mente a cierto país tricolor con emblema de águila. A veces miraba con melancólia aquel mensaje que había mandado desde Abril:

"Que te vaya bien en la junta nos vemos en la noche (◍•ᴗ•◍)"

" Claro que sí, ahí te veo (。•̀ᴗ-)✧"

Y de ahí, nunca más volvieron a hablar por mensaje de texto, podía ver con cierta ilusión a México en línea pero éste no le mandaba mensajes alguno.

"Ya tengo suficientes problemas como para lidiar con los tuyo, solo serías una carga".

Lanzó el celular por algún lugar de la cama, para llevar su rostro hasta una de las almohadas y soltar un alarido de impotencia y rabia. Maldita sea ¿Cómo pudo ser tan hijo de perra? Pequeñas lágrimas escapan de sus orbes cafeína, mientras seguía chillando y reprochandose el porque había sido tan patán.

¿En serio necesito dos meses para saber que la cago? La respuesta es sí, estaba demasiado ensimismado creando miles de escenarios hipotéticos dónde él mexicano le jodía la vida, donde su adicción a las drogas lo terminaba afectando a él. Pero, ¿En verdad sería capaz?

Sollozo, mientras limpiaba sus lágrimas. Miró momentáneamente sus manos recordando todas las veces que juntaron sus manos en suaves apretones, como varias veces México las tomo para llevarlo a cualquier lugar. Sonrió con nostalgia, en verdad lo lamentaba.

Se levantó de la cama, para ir hasta su cocina, se sentía patético. Pero había una diferencia enorme de como se sentía con México a como llego a sentirse con Perú; con Perú sentía que en cualquier momento podría desfallecer por él, que no podría vivir sin él.

Pero con México, sentía realmente un vacío, si bien con Perú lo sintió pero jamás sintió esas ganas enormes de salir corriendo de su casa, buscarlo y pedir perdón. Con Perú, esperaba que el peruano fuera hasta él y pidiera clemencia. Era raro.

¿Acaso así era el jodido arrepentimiento? Si era así, comprendía un poco porque Perú fue a disculparse. La culpa lo carcomida como ahora lo carcome a él y en verdad que es un puto fiasco.

Busco con pereza el bote de helado, soplo con fastidio al ver qué ya no tenía. Ahora tendría que ir hasta el maldito centro y comprar suministros para otro jodido mes en cuarentena. Subió nuevamente hasta su habitación y tomo el cubrebocas de color negro.

La nave del olvido [MexLivia]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora