C I N C O.

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Al día siguiente me avisan de que hasta las 17:30 no podré volver a mi celda.
La noche anterior estuve pensando en cómo iba a ganarme a Aroa. No le podía contar mi plan de primeras, teníamos que ser amigas.
Así que llegadas las 17:30 empecé a ser amable con ella. Le pregunté sobre su hermana y el funeral. Se limitó a contestar que no le habían dejado salir, pero que la había visto por última vez antes de que su cuerpo saliera de la cárcel.
Le di el pésame y le conté lo ocurrido con la pelirroja.

- Yo puedo ir a enfermería y ver cómo está. -Cuando Aroa pronunció esas palabras, sentí esperanza por salir nuevamente.

- Dile que te envié yo, y que me perdone por favor. -Necesitaba parecer afectada para que me hiciera caso y pareciera que estoy arrepentida. Así que para añadir emoción, me puse a llorar.- Es que, no sé qué me pasó, me dejé llevar por la rabia y no me podía controlar. Lo siento muchísimo de verdad. -Aroa me abrazó al verme llorar de manera desconsolada.

- Seguro que te perdona, Lia es muy borde al principio, pero es buena persona. Ya verás que la convenzo y seréis amigas de nuevo.

- Si pudiese llegar a llevarme bien con ella, sería increíble. Para serte sincera, me parece guapísima, tiene unos ojos preciosos y un pelo precioso. Con ser su amiga me bastaría, pero ojalá llegar a algo más algún día.- Pese a ser cierto que era guapísima, no me gustaba como algo más. Me seguía cayendo mal.
Se ve que lo ultimo que dije convenció a Aroa, ya que fue inmediatamente a enfermería.
Aproveché y me duché. Las duchas eran compartidas, y no me sentí tan incómoda como pensaba que iba a estar. En el vestuario había dos chicas enrollándose, me tuve que ir al fondo del pasillo y vestirme de pie como pude, mientras sujetaba todas mis cosas. No quería dejarlas en el suelo por si alguien me robaba algo.
Cuando llegué a la habitación Aroa ya estaba ahí y me explicó lo sucedido.

- Lia está bien, consciente y a punto de que le den el alta. Tiene una brecha de 16 puntos en la cabeza, y la nariz vendada. Hablé con ella y me dijo que te perdonaba, por dos razones; ser nueva y ser la única que ha logrado ganar una pelea con ella.

- Entonces, ¿está todo bien? -Dije poniendo mi sonrisa más forzada.

- Sí, cuando Lia te perdona o simplemente os lleváis bien, tienes ciertos privilegios, como tener postre, o salir al patio si alguna vez te sientes agobiada.

No me parecían para tanto esos privilegios, pero es la cárcel, aquí los privilegios son lo que para los que están fuera, su normalidad.

Llegó la hora de cenar. Aroa y yo cogimos nuestras bandejas y nos sentamos. Pasados 5 minutos, la vimos. Venía con una coleta alta y la nariz morada. Supuse que ya la habrán quitado la venda. Lia saludó a varias presas, antes de que cruzáramos las miradas. Vino directa hacia nosotras.






Nota de la autora:
Holaa, espero que os esté gustando. Y muchas gracias por el apoyo, enserio. 🤩
Muchas gracias por leer. Tengan un buen día uwu. ✌🏻

Fugitiva.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora