13. Tsukiakari

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Luz roja. Aquello era lo que probablemente encontraría si hubiera podido estar adentro de la pequeña piedra. Un mundo rojo, a lo mejor líquido, tal vez sólido, pero un mundo al fin y al cabo. Lleno de vida o de muerte, con planetas y estrellas girando en su interior como si fuera nuestro propio sistema solar.

Si caminara por sus caminos tal vez me encontraría a mí misma en ellos. La copia perfecta. Con cada mechón en su lugar, con los ojos cafés serios mirando fijamente a su objetivo. Si era mi clon, a lo mejor concordaríamos en los mismos sentimientos que guardabamos en el interior. Aquellos momentos en los que deseabamos acabar con todo lo que podíamos, co la trsiteza que nos recorría desde que habíamos permitido la salida de Miho de Kuromirimine, fallando en nuestro trabajo de protegerla.

Tal vez, solo tal vez, encontraría a su otro yo. A la ella que mi copia amaba con toda su vida. Sentía que, sin importar el mundo, los sacrificios que habíamos hecho en nuestra existencia se transmitirían incluso a los otros yo que pasaran las barreras del espacio y el tiempo.

Incluso también, podría decir, que podría encontrarlo a él allí. Con el mismo sufrimiento que decidió callar desde el momento en que se desprendió de aquel yugo malvado, incluso tal vez con los mismos pensamientos que tenía una vez llegó a mi vida.

La luz roja consumiría el espacio como si hubiera sido suyo desde un principio, ignorando que hay otro afuera de aquel sol falso, viviendo como si aquella vida fuera propia de sí sin importar cualquier otra fuerza mayor. Iluminaría como la sangre cristalizada, como las estrellas viejas y los rubíes.

El rojo es un color extraño. Ambigüo, como todos los seres humanos. Quiza es esta una explicación del por qué el líquido que nos permite movernos, que nos da vida, sea de este tono.

Si este mundo lograba seguir existiendo y el otro también, posiblemente nadie diría nada acerca de ello. Todos callaríamos. Todos moriríamos, al igualque lo haría la humanidad sin sus tradiciones.

A las afueras de la tienda de campaña se escuchaba un gran alboroto. Desde donde me encontraba podía escuchar el romper de las olas contra el casco del buque escuela haciéndome saber que habíamos llegado al puerto. Intrigada de lo que pudiera estar pasando me levanté de la cama. Él ya no se encontraba a mí lado, seguramente alguien de nuestras tripulaciones había venido a buscarlo para lo que fuera que estuviese pasando.

Me dirigí al perchero, tomé el uniforme de Kuromorimine y lo vestí inmediatamente una vez que me despojara de la pijama.

Una vez afuera los sonidos se hicieron más fuertes. Desde la entrada del camarote pude observar cómo casi todas las personas subían en su tanques y se dirigían hacia la proa del barco. El suelo retumbaba a causa de las orugas; el aire había adquirido un olor a pólvora en mayor medida a los días anteriores. El ambiente se había hecho pesado, como si todas las personas se estuvieran moviendo por miedo en lugar de la lógica. Me dirigí hacia el garaje, donde seguramente estaría mi tripulación.

Varias de las personas no podía respirar. William, el primo de Liam, sotenía la manga de su casaca fuertemente como si estuviera esperando el peligro a la vuelta de la esquina. Sheska tenía los ojos bien abiertos, con las pupilas tan pequeñas que en algún momento habrían de desparacer por el miedo (o quizá la ansiedad); Leila se acercó a ella e intentó tranquilizarla, pero sin duda ella también tenía miedo, sus manos temblaban en el momento de tomarla. Casi llegando al garaje el Panzer IV de Miho asaltó el camino casi arrollandome en el proceso; cuando volvió en sí misma y vio lo que sucedió ofreció disculpas rápidamente, dirigiéndose a los interiores del tanque. Caminé más deprisa una vez ver a mis compañeras.

Enju se encontraba intranquila una vez me reuní con ellas. Hacía un intento de subir hacia la torreta del tanque, cayendo casi todas las veces que lo había hecho, para ser finalmente ayudada por Akari y Fuyumi.

Serie Fanfic Girls Und Panzer #3 - Jauría de Lobos y LeonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora