3. Hotel California

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La nieve caía suavemente sobre ciudad en la cubierta del barco. Los árboles, los bancos, los edifcios y el barro; todo se llenaba de color blanco de una manera casi enternecedora para cualquiera que hubiera deseado salir de su hogar en ese momento.

El gran navío se movía lentamente de un lado a otro en el puerto de Niihama, ladeando de un lugar a otro con las olas que golpeaban su casco.

Dentro de esta, la joven de cabellos pelirrojos extendió un momento su mano, tratando de atrapar los pequeños copos sin moverla un centimetro. Sin embargo, y de forma lástimera, ningúno cayó sobre su palma, dejándola con cierto desánimo por el momento.

Lanzó un suspiro y ajustó la bufanda sobre su cuello, para después arreglar la casaca de invierno que traía puesta. Tomó una de sus coletas y comenzó a enroscarla con uno de sus dedos. Luego llevó la vista sobre el campo de entrenamiento, y un poco más allá al garaje donde se encontraban guardados los tanques.

Respiró pesadamente. Desde hacía unas pocas semanas, antes de la llamada de Miho, la presidenta del consejo estudiantil de su escuela se acercó a ella después de uno de los tantos entrenamientos que su equipo tenía después de la escuela. Le informó que la actua encargada de Kuromorimine, y además comandante del equipo de Sensha-do, pagaría una visita a la escuela una vez pisaran puerto para discutir ciertos asuntos que tenían índole tanto con ella como con el Consejo Estudiantil.

Por supuesto, los sucesos no le parecían tan ajenos como cualquier persona pensaría. Todas las personas habían escuchado hablar de lo que sucedió en Kuromorimine, todos los lugares estuvieron llenos de información que, supuestamente, venía de la misma escuela, por lo que recibir a la nueva lideresa de la escuela.

No obstante, aquello no le gustaba en demasía. Ella había conocido a Maho Nishizumi años atrás, antes de volver a Alemania, y sin duda sabía que en los combates actuaría como fuera necesario para obtener la victoria, no importaba si era disparar un tanque aliado ella lo haría. Sin embargo, no le cabía en su cabeza la idea de que ella hubiese actuado por deseos egoistas sometiendo a su escuela en un completo caos financiero y social.

No era para nada agradable.

-Por el momento habrá que escuchar lo que tiene que decir -dijo para sí misma.

A lo lejos se escucharon las aspas de un helicóptero. Alzó su mirada al cielo, hacia la dirección de donde provenía el sonido, notando en medio de la lluvia de nieve el vehículo de la escuela de Kuromorimine.

Frotó sus manos un momento y respiró sobre ellas para calentarlas, luego las ocultó en los bolsillo de su casaca. Tomó camino a la sala del consejo estudiantil.

***

Una vez dentro de la oficina, esperó a que la vicepresidenta trajera a las invitadas de Kuromorimine. Se había quitado la casaca de invierno y la bufanda, dejandolas sobre el reposabrazos del sillón y se dedicó a aguardar. La pelirroja mostró atención hacia la presidenta dando una mirada por la ventana, seguramente observaba que el departamento industrial no estuviese dando problemas, sobre todo en la zona cercana al muro que dividía el campus con el departamento regular.

A la chica le provocó un poco de gracia, pues la mayoría de sus compañeras de Panzerfahren eran parte de las delincuentes que generaban los altercados. No había ningún momento intranquilo durante las discusiones de las estrategias y los entrenamientos por lo que no podía quejarse de su equipo.

Finalmente, luego de unos cuantos minutos advirtió el sonido de la manija moviéndose. Casi de inmediato se puso de pie, al mismo tiempo que la presidenta giraba su cuerpo para darles un saludo.

Serie Fanfic Girls Und Panzer #3 - Jauría de Lobos y LeonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora