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La molestia es latente, y antes de siquiera poder abrir los ojos un martillo le machaca los sentidos costándole mas de una maldición poder ver luego de una borrosa nube donde se encuentra.

Desnudo en el cuarto, solo.

Delante de él ya no esta la rubia y al tocar su lado esta muy frío, pero antes de razonar por la incómoda sensación en sus sienes Lucy lo toma desprevenido alzando su voz.

—Pensaba dejarte aquí—. En sus pies parada ya vestida con su cabello mojado la ve comiendo de su bolsa. Arruga su frente ante la incomodidad —Al menos ya despertaste.

—¿Qué hora es?—. Su voz raspada le duele al tener su garganta seca.

—Muy tarde, ya es medio día y no soporto más estar acá.

Se sienta masajeándose la sien, —Me esta matando la cabeza.

—Es por el vino, es fuerte la primera vez que lo tomas.

Alza una ceja y la ve tranquila aunque hastiada.

—¿Cómo que es el vino?, si es un simple vino—. Rueda los ojos y agarrando una toalla que antes no había notado en los pies de la cama, esta la alza y se la tira estrellándose en su rostro.

—Báñate, que ya huele mal—. Se da media vuelta y sale de la habitación y por lo que oye al primer piso.

Suspira y aguantándose el dolor se levanta sin pudor dirigiéndose con acierto hacia donde esta el baño, ya ni le importa que sea un duplicación de su antigua casa ante el suplicio que un par de copas están logrando.

Ordenada sobre la tapa del baño su ropa que estaba desprendida abajo ahora esta allí.

Se toma su tiempo logrando que el agua fría despeje su mente y ligeramente ayude al dolor. Pero en cuanto abre la puerta un olor desagradable y conocido le llena las fosas nasales.

Intenta darle una razón ante la duda pero recuerda con quién esta.

Traga duro ante la sequedad y a pasos largos llega al inicio de las escaleras para bajar sintiendo como el olor se vuelve mas denso cubriéndose con la parte interna del codo.

Pero no hace falta bajar mucho para distinguir el rio de sangre que manchan los últimos escalones y el resto del suelo. Desconcertado y con la mandíbula tensa ve manchas de manos pintadas las paredes, indicios de lucha y dos cuerpos muertos sentados en el suelo con el torso apoyado contra la isla que anoche fue de soporte para sus ansias.

Ensucia sus zapatos siguiendo el camino tan poco agradable de ver a pesar de ser un agente de la CIA. No tardo mucho dar con el inicio, ya que este era la puerta bajo la escalera, esa que era la única diferencia con su antiguo hogar.

—¡Por fin!—. Exclamo la rubia detrás de él asomándose por su hombro —El hedor me esta matando mi olfato—. Besa su mejilla —¿Nos vamos?

—¿Cuándo ocurrió esto?—. La encara.

Se encoge de hombros sin preocupación, —Mientras dormías, tienes el sueño pesado cariño.

—Por el vino que me diste.

—No te drogue si eso piensas—. Endurece su postura —No es lo mío.

—Y como explicas que eh quede dopado por un mísero vino mientras tú le hacías cortes a esos dos!

Intenta mantener la calma pero que haya estado tan fuera de sus sentidos lo tenia alarmado.

—Primero no me alces la voz, aun es temprano para eso—. Le quita una pelusa inexistente del hombro —Y segundo, era un vino afrodisiaco, el más fuerte que hay, y para un primerizo como tú pues como ya ves el resultado te deja luego de dormirte en un estado muy difícil de salir.

Pretty Face | Dark Soul  ~NaLu Fanfic~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora