Capítulo 5

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Thomas era la viva imagen del desconcierto.

ꟷNuevamente me siento excluido de la conversación.

June dirigió sus ojos hacia el rostro de su amigo y compañero, de su relación amorosa o la etiqueta que la sociedad le quisiera colocar. Él lucía confundido como cada vez que se enteraba sobre información nueva de los alquimistas, aún era como un niño en la comunidad y los secretos no solían llegar a sus oídos.

ꟷCreemos que estas cadenas y notas fueron colocadas aquí por los Apóstoles ꟷexplicó June para luego dejar caer el collar sobre la cama.

ꟷ ¿Los Apóstoles? Creía que no éramos religiosos.

ꟷNo lo somos ꟷconcordó Anna.

La mirada clara de Thomas sacaba a relucir que no entendía ni una palabra de lo que estaban hablando, como si de pronto ambas jóvenes hubiesen utilizado un idioma nuevo. La castaña solía olvidarse que él había sido ajeno a su círculo por lo que muchas veces sacaba temas de conversación que él no alcanzaba a comprender.

ꟷLos Apóstoles son una fraternidad, como una organización secreta dentro de las universidades alquimistas. Todos saben de ellos aunque nadie tiene seguridad de que existan. Se dice que convocan a alumnos cada año para formar parte de la orden, pero los hacen competir por un lugar. Son simples rumores, nunca han sido confirmados; sin embargo, estas notas y estos dijes podrían hacerlo –explicó June con paciencia y un leve dejo de entusiasmo.

ꟷ ¿Y por qué se llaman los Apóstoles?

ꟷSiguen las enseñanzas de un importantes alquimista de nuestra comunidad llamado Jesús, comenzó como una broma de mal gusto, pero el nombre adquirió importancia luego.

El muchacho asintió con la cabeza.

ꟷ ¿Entonces hemos sido invitados, los tres, a esta fraternidad no tan secreta? ¿Los tres? ꟷRecalcó con asombro mientras se señalaba el pecho.

ꟷEso parece.

ꟷAsombroso...

ꟷ ¿Por qué querrán vernos en Firth of Forth? ꟷPreguntó Anna con los ojos posados sobre la nota que descansaba sobre la cama doble de su amiga como si la hoja estuviera a punto de cambiar para darle las respuestas que buscaba.

ꟷ ¿Para ahogarnos hasta la muerte? ꟷLa voz de Thomas cargaba humor aunque a June no le pareció gracioso, no porque fuera un chiste de humor negro o algo similar sino porque parecía tener razón de alguna manera.

ꟷPara nuestro bautismo.

La habitación se sumió en silencio mientras los tres jóvenes repasaban las palabras de June. Tenía sentido y no se escuchaba como una idea tan descabellada. Si se hacían llamar los Apóstoles por Jesús y transformaban rosarios en símbolos de su organización, ¿por qué no podrían bautizarlos a las orillas del río que llevaba al mar del norte?

ꟷBueno, yo no iré ꟷsoltó Anna de repente deshaciendo la tranquilidad que se había apoderado de la vivienda.

ꟷ ¿Por qué no? ꟷExclamó June sorprendidaꟷ. Dijiste que querías experimentar la vida universitaria completa, ésta es la vida universitaria de un alquimista. ¿Por qué no irías?

ꟷ ¿Y formar parte de un grupo que hace que la gente luche y compita por pertenecer para luego humillar, opacar y discriminar al resto de la población por no ser tan buenos como ellos? No, gracias. He sido lo suficientemente discriminada a lo largo de mi vida.

La castaña abrió la boca para contestar y boqueó intentando encontrar las palabras correctas para responderle pero no encontró ninguna. Si lo decía de aquel modo no existían argumentos para discutirle y hacía lucir a esa organización como un conjunto de personas idiotas. June no podía negar que se sentía intrigada, sus padres nunca había admitido pertenecer a los Apóstoles y tampoco habían negado su existencia dejándola en duda. Su tía Perséfone Blanco, cuando una tarde le preguntó, le había dicho que era una idea loquísima para luego guiñarle el ojo con complicidad.

Sol de medianocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora